El contrato expiró, pero el amor ¿nació?

Honestidad

Pronto ambos se vieron obligados a salir de sus pensamientos, pues estaban frente al edificio de Valentina, Sofia le pidió a Maximiliano que la esperara mientras ella subía por sus cosas, pero este obviamente no estuvo de acuerdo.

  • Te acompaño, así te ayudo a bajar las maletas, porque empacaste todo, ¿verdad? – La simple pregunta no parecía tener ningún sentido para Sofia, aunque de hecho si había decidido llevarse todo, porque dedujo que mientras están en la mansión Montenegro, su departamento estará listo para mudarse allí, aun así, la pregunta no parece tener ninguna base.
  • ¿Qué te está pasando hoy? – Interroga Sofia mientras se cruza de brazos y observa directamente a los ojos de su esposo con una mirada aguda, siente que ya es demasiado para ella y necesita saber que terrenos está pisando.

La pregunta claramente toma desprevenido a Maximiliano que no sabía exactamente que responder.

  • ¿A qué te refieres? – Es lo único que puede salir de su boca, pues su cerebro parece haber tenido un pequeño corto circuito, ya que no es como si no se hubiera dado cuanta que sus acciones con completamente incomprensibles incluso para él, con mayor razón serán para Sofia.
  • Se perfectamente que sabes a lo que me refiero, Maximiliano Montenegro te advierto que no me importa a que estes jugando, detente, ya no tengo la suficiente paciencia para ti. – Declara Sofia saliendo del coche para dirigirse al elevador sin mirar atrás. Debe mantener su coraza arriba no se permitirá salir lastimada nuevamente por ese hombre.

Maximiliano se queda al interior del vehículo mudo, durante el trascurso de los últimos años, se había encerrado completamente en su corazón, había tomado una decisión y como el hombre firme que es, había actuado de acuerdo a esta, atendiéndose a las consecuencias, pero porque ahora parecía que esa seguridad empezaba a desquebrajarse.

Las palabras de Sofia le dolieron, casi tanto como aquella vez que se enteró del motivo por el que ella era cercana a él, aun teniendo sentimientos románticos por otro hombre, recordar ese momento aun le duele en su corazón, aun cuando pensó que ya lo había superado.

Por su parte Sofia subió recogió sus cosas y tomo un vaso de agua para calmarse, no puede creer que después de tantos años sumado a todos los desplantes de Maximiliano, todavía ese estúpido hombre haga que su corazón se altere con pequeños detalles, no lo piensa permitir, mejor dicho no lo va a permitir, ella ya había establecido una distancia segura, donde su corazón no corra ningún riesgo y ahora él no va a venir a romper lo que con tanto esfuerzo había logrado, menos ahora que solo les quedan unos días juntos después de eso, lo más probable es que ni se vuelvan a ver en un largo tiempo, lo que debería ser muy bueno, pero su corazón duele ante ese pensamiento.

En ese momento se cuestiona la razón por la que acepto la idea del abuelo, debió negarse, pero ya es muy tarde así que se armó nuevamente de todo su valor, tomo sus maletas y bajo, Maximiliano la esperaba fuera del vehículo, apenas la vio salir, se acercó en silencio tomo las maletas y las subió al auto, le abrió la puerta con lo que Sofia subió, pero ninguno dijo nada más.

Sofia pensaba que era lo mejor volver a la ley del hielo, mientras todo pasaba, sin embargo, Maximiliano no pensaba lo mismo el problema con él es que no sabía que decir, Sofia fue muy clara en sus palabras, además ella tenía mucha razón, pero el también solo que Sofia no sabía que él estaba enterado de todo.

Pronto estuvieron en la mansión Montenegro donde el abuelo ya los esperaba, por lo que sin pensarlo mucho Maximiliano por fin hablo, después de pensarlo durante todo el trayecto una gran indignación lo inundo, no creía justo que ella lo hiciera ver como el culpable de todo y el villano de la historia, cuando ella fue la primera en mentir, sin tan solo ella hubiera sido honesta, por lo que dejo salir sus palabras libremente.

  • Entiendo lo que me dijiste, pero quizás si hubieras sido sincera conmigo desde el inicio, las cosas no habrían terminado así, sin embargo, estaremos en casa del abuelo, él está muy feliz de que estemos aquí, por él te voy a pedir que llevemos la fiesta en paz, no sería la primera vez que fingimos ser felices y tener un exitoso matrimonio, al menos démosle ese último regalo. – Dice Maximiliano bajando del auto para ir por las maletas, dejando a Sofia pasmada, ¿Qué quería decir ese hombre con esas palabras?, ella siempre había sido honesta con él, quiso preguntar, pero para cuando bajo del auto él ya estaba llegando a la puerta donde el abuelo Sebastián iba saliendo para recibirlos.

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