El contrato expiró, pero el amor ¿nació?

Mansión Montenegro

  • Mis queridos nietos que alegría verlos. – Sonríe el abuelo recibiéndolos con gran alegría, pasando a abrazar a cada uno. – ¿Cómo están? – Pregunta con emocionado de tenerlos ahí.
  • Muy contentos de verte abuelo. – Responde Sofia intentando ocultar la tensión que hay con su esposo, quien solo abrazo a su abuelo y entro a la casa sin decir más, algo que no es extraño para nadie, Maximiliano normalmente es así.
  • No más que yo mi niña, pero adelante, ya Tomas sube sus maletas a la habitación. – Dice el abuelo mientras Tomas quien es el mayordomo de la mansión y un gran amigo para Sebastián saluda amablemente y pasa a tomar las maletas, feliz de tener invitados en la casa ya que esto no es muy normal, mucho menos que el invitado sea Maximiliano.

Ambos llegan a la sala donde ya Maximiliano está sentado saludando a Ana, ella lo quiere mucho y es que lo conoce desde que era un niño.

  • Mi niño, ¿quieres algo especial para la comida? – Pregunta Ana emocionada por cocinarle a Maximiliano. Sofia solo puede rodar los ojos con la sonrisa y amabilidad de que muestra su frio esposo, quien lo viera como un niño mimado con Ana.
  • Anita te lo agradezco mucho, puede ser una pasta, la tuya es maravillosa. – Menciona Maximiliano amable, Ana es como su nana.
  • Claro mi niño. – Responde de inmediato Ana, girándose hacia Sofia que ya ha ingresado con Sebastián. - ¡oh! Mi niña Sofia como estas de hermosa, mi niño Max quiere Pasta, ¿tú quieres algo diferente? – Pregunta Ana feliz de poder atender a esos niños que casi nunca van.
  • Para nada Anita, pasta está bien, muchas gracias. – Corresponde la sonrisa Sofia.
  • Muy bien, iré a prepararlas de inmediato, mientras pónganse cómodos. – Dice Ana para retirarse a la cocina y empezar con su labor.

Mientras tanto en la sala se quedan los tres platicando un poco, Maximiliano y Sofia hacen su mayor esfuerzo para mostrarse naturales como un matrimonio armonioso, aunque no logran engañar a Sebastián aun así este no dice nada, porque tiene toda la intensión de lograr que se convierta en realidad.

Ana prepara la comida muy rápido, con lo que pasan al comedor felices, Sebastián esta más que dichoso de poder comer con ellos en medio de risas, pues con Sofia se la han pasado riendo de todo, Maximiliano aunque casi no opina está muy relajado escuchándolos, sonriendo de vez en cuando Sofia sale con alguna cosa, en ese momento se pregunta, hacia cuanto no la veía sonreír de esa manera tan cómoda en su presencia, es más, se preguntó si alguna vez habían compartido alguna comida que no fuera durante algún evento y la respuesta es que no, no lo habían hecho.

Para ese momento se afianzaba más en su cabeza la idea de tener más días así, salir juntos del trabajo, llegar a comer juntos, reír por cosas que pasaron en el día o compartir sus tristezas, hace años que esa idea para él se había convertido en imposible, pero ahora, ¿si lo intenta?, se pregunta, claro puede salir mal, pero si lo piensa bien ya está lo suficientemente mal, de todas formal al final solo estaría quedándose solo como ya está pasando, pero al menos cree que habrá valido la pena intentarlo, solo espera que no sea tan tarde para él.

  • Ya es muy tarde muchachos, vayan a descansar, la habitación ya está lista. – Indica Sebastián, con lo que ambos se despiden para dirigirse allí, no es necesario preguntar cuál es su habitación, pues lo tienen claro, de hecho, Sofia de joven se había quedado allí muchas veces, era la habitación más grande y bonita de la casa después de la de Sebastián, era de Maximiliano, pero cuando Sofia se quedaba allí por alguna razón, Maximiliano se iba a otra y le dejaba esa a ella, por ser la más cómoda.
  • Tomare una ducha primero. – Indica Sofia tomando su pijama para entrar al baño sin esperar una respuesta por parte de Maximiliano, no quiere admitir que está muy nerviosa por la situación, había pasado por alto el hecho de que tendrían que compartir no solo la habitación, sino que también la cama, lo cual no le parecía para nada adecuado, pero tampoco es como que tuvieran otra opción, al final solo suspiro y tomo la ducha.

Maximiliano por su parte, no quería pensar demasiado en la situación, solo quería disfrutar del sentimiento de alegría que estaba experimentando por compartir la habitación con Sofia y parecer un matrimonio normal, quizás es una señal del destino se anima a sí mismo y toma un decisión que se vuelve firme cuando ve salir a Sofia del baño con su pijama puesta, sin ninguna gota de maquillaje y su largo cabello mojado, en ese momento sintió como su corazón dio un vuelco dándose cuenta que jamás la olvido, sus sentimientos siguen intactos y puede ser que mucho más fuertes que antes.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.