El contrato expiró, pero el amor ¿nació?

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La pregunta de Valentina se repetía una y otra vez en la mente de Sofia, “Si, ¿no?, ¿de vedad podría existir la posibilidad de que Maximiliano no se quisiera divorciar?, eso a ella le parecía muy poco probable, más bien imposible, ¿debería preguntarle? Se pregunta, la respuesta lógica debería ser que sí, pero, después de todo lo que había pasado, no quiere caer en lo mismo, crearse una ilusión y luego ver como Maximiliano la asesina cruelmente. Aunque por otro lado tampoco puede seguir así, pues sin querer se está acostumbrando y eso le dolerá más después, por lo que se plantea la posibilidad de hablar con él.

Además, justo en ese momento recuerda la pequeña discusión que tuvieron el día que se mudaron a la mansión Montenegro, Maximiliano la había acusado de haber sido ella la primera en mentir, ¿Cuándo?, se pregunta sin entender a que se referiría con eso, había estado tan ocupada en los últimos días que se había olvidado de eso, pero ahora que lo recuerda decide que debe preguntarle, no va a permitir que tras de todo la acusé a ella de algo de no hizo.

Por otro lado, Valentina estaba atravesando una situación bastante peculiar, pues por alguna extraña razón se encontraba al borde de un elegante yate en compañía de nada más y nada menos que Rafael, ¿Qué cómo termino ahí?, de la forma menos esperada, por propia voluntad, está segura que Sofia se aprovechara de eso para vengarse de las muchas burlas que le ha hecho con el tema de su actual convivencia con Maximiliano.

Un largo suspiro sale de sus labios, no cree que existe un ser tan contradictorio, pues de verdad odia al ser humano que está sentado frente a ella viendo el paisaje, pero aun así ahí está ella con él en un yate en medio de la nada, está loca determina y con mucha razón.

  • ¿Cómo es que me convenciste de esto? – Pregunta después de pensarlo un rato, mientras toma de su coctel, mirando fijamente a Rafael que sonríe ante la pregunta.
  • La verdad es que no pusiste mucha resistencia que digamos. – Comenta divertido, haciendo molestar a Valentina, pues, aunque jamás lo admitiría en voz alta, él tiene razón ella no puso ni el más mínimo inconveniente. Pero como ella jamás pierde refuta de inmediato.
  • No fue así, solo que no me gusta deber nada y ya que no se me permitió pagar la estadía en el hotel, sentí que negarme a acompañarte ya que querías venir, no sería justo. Es solo una retribución, para que no vinieras solo – Dice segura, aunque recuerda perfectamente como su corazón palpito al enterarse que Rafael se había quedado esa semana solo porque ella estaba en la ciudad y se aseguró de encontrársela cada día, aun así, se promete no caer de nuevo. Eso es solo un acto de agradecimiento se convence a sí misma.
  • Claro, claro, lo sé, parece que valió la pena el gasto. – Agrega divertido, han estado 3 días allí, pero ya se les termina la diversión, pues ambos deben regresar entre otras cosas porque ese sábado es el evento de la Constructora Álvarez y ellos están invitados.
  • ¿Irías como mi acompañante? – Le pregunta Rafael de repente.
  • ¿Qué? – Pregunta Valentina sin entender.
  • Al evento de la Constructora Álvarez, sé que estás invitada, yo también. – Explica.
  • Ah eso, No, ¿Por qué lo haría? – Responde tranquilamente Valentina. – Ya tengo con quien ir. – Miente, algo que Rafael sabe, aun así, decide seguirle la corriente, dejarla ganar.
  • Está bien, si cambias de opinión avísame, si no me acompañas iré solo. – Declara con seguridad Rafael, lo que Valentina no cree, sabe perfectamente que está rodeado de mujeres y cualquiera estaría más que feliz de acompañarlo, aun así, lo pondrá a prueba.
  • No creo que suceda, pero si es así, te llamare. – Dice desinteresada.

El día seguía transcurriendo con calma, Maximiliano estaba en su oficina adelantando trabajo pues decidió que pasaría el fin de semana con Sofia aun no sabía con qué excusa, pero quería compartir más tiempo con ella, aun cuando todavía tiene muchas cosas en su corazón tomo la decisión de darse una oportunidad para ser feliz, pues está seguro que si la pierde ahora esta vez será para siempre y simplemente no se lo puede permitir.

Sin embargo, como una señal del destino o más bien de malas personas, su celular sonó con el aviso de un mensaje que no tenía remitente pues el numero era desconocido, al abrirlo lo hizo fruncir el ceño, el contenido era lo que parecían ser fotos de Sofia junto a Saul en su época universitaria, pero no eran las únicas pues había otras que parecían ser actuales, unas bastante reveladoras.

El corazón de Maximiliano empezó a latir más rápido y más fuerte, lo que hizo que sin pensarlo simplemente saliera de su oficina con la mente totalmente nublada hasta llegar a vicepresidencia donde entro sin tocar a plena de vista de todos.

El sonido de la puerta sorprendió a Sofia quien inmediatamente levanto su vista encontrándose de frente con Maximiliano quien estaba parado allí en una postura que parecía perdido.




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