El contrato expiró, pero el amor ¿nació?

Con el corazón en la mano

Maximiliano no sabía que sentir por un momento una inmensa alegría rodeo todo su ser, pero luego se dio cuenta de lo imbécil que había sido, fueron casi 8 años de castigo autoimpuesto, donde de paso lastimo a Sofia profundamente, lo peor sin ningún motivo, ya ni caso tenía excusarse en las fotos que recibió en ese entonces o las que recibió ahora, en ese punto entendía que nada de eso era real. Pero entonces, ¿Qué paso? Se pregunta, con lo que rápidamente una obvia respuesta llego a su mente, todo fue planeado, pero, ¿por quién? Y solo un nombre resuena en su cabeza SAUL IBAÑEZ.

Después de llegar a la conclusión más obvio los ojos de Maximiliano se desvían hacia Sofia que ya está sentada en el orillo de la cama con nuevas lágrimas en sus ojos, lo que hace que su corazón se rompa en mil pedazos más porque todo fue su culpa, sin pensarlo mucho se dirige hacia ella mientras dice.

  • Sofia, mi vida, perdóname, yo…. – Pero Maximiliano no pudo terminar, ni siquiera acercarse porque Sofia rápidamente lo detuvo y se alejó de él aun con lágrimas en sus ojos.
  • ¿Ahora soy tu vida? – Pregunta con ironía. – Maximiliano no te me acerques, hace años me dijiste que te habías cansado de tenerme cerca y fingir ser mi amigo solo por nuestras familias, fuiste muy claro conmigo cuando te apartaste y me exigiste no volver a buscarte, fue tan claro que a los pocos días tomaste un vuelo y te fuiste por casi 5 años. – Rememora Sofia con palabras frías intentando reprimir el dolor que eso le causo por años, uno que había decidido superar, pero luego vino el matrimonio donde igual fue ignorada aun viviendo bajo el mismo techo lo que agrando aún más ese dolor y justo en ese momento ya no podía detenerlo esa noche ya no lo podía reprimir.

Maximiliano no sabía que decir o que hacer, le dolió en el alma que ella se alejara así de él, que no le permitiera ni siquiera tocarla, pero que podía hacer ella tenía toda la razón, ¿mostrarle las fotos ayudaría?, se preguntaba, pero la veía tan triste, tan dolida, aún peor que cuando años atrás se obligó a decirle eso, con la intención de que ella ya no se sintiera obligada a estar con él y fuera feliz con el hombre a quien amaba, sin saber que todo era una mentira, una gran y absurda treta en la que el estúpidamente cayo.

  • Sofí, yo de verdad solo quería que tú ya no te sintieras obligada a estar cerca de mí, solo quería que fueras feliz. – Confiesa Maximiliano con lágrimas en sus ojos, las mismas que había guardado por años, ahora ya no las podía detener, solo salían en silencio mostrando el gran dolor que sentía ahora.
  • ¿Qué fuera feliz? – Ríe con suma tristeza Sofia, puede ver el dolor en él y claro que le duele también, pero y el suyo, ¿Qué hay de su propio dolor? él pudo preguntar y todo solucionado, pero no lo hizo. – Maximiliano no te parece que pudiste preguntarme, confías tan poco en mí que decidiste asumir cosas sin ni siquiera detenerte a pensar una sola vez en hablar conmigo, creí que éramos amigos, que confiábamos en el otro, pero todo eso era mentira. – Declara Sofia secándose las lágrimas que aun salían de sus ojos como un rio sin cause.

Las palabras de Sofia eran como afiladas cuchillas directas al corazón de Maximiliano, pero aun así quiso aclarar.

  • No es así, yo quise hablar contigo, pero luego... – Dice Maximiliano, pero se detiene, primero debe investigar el origen de aquellas fotos, debe entregarle pruebas a Sofia de lo contrario nada tenía sentido, aunque eso no lo excuse al menos ella podrá entenderlo un poco o al menos eso espera.
  • Pero luego, ¿Qué? – Pregunta Sofia al ver que Maximiliano se detuvo de pronto.
  • Te juro que te daré una explicación, solo dame algo de tiempo, ¿está bien? – Suplica Maximiliano, en ese momento se siente completamente destruido, al final él es el único culpable y aunque no es así, es lo que siente en ese momento.

La mirada de súplica que Maximiliano le da sumada a las lágrimas que aún se muestran en su rostro tocan esa parte sensible del corazón de Sofia ese que sin importar el paso de los años sigue amando al hombre frente a ella, esa parte que quiere abrazarlo y pedirle que no llore que todo está bien, pero no es así nada está bien, ahora ella está más confundida y más enojada que antes, todo su sufrimiento solo por un malentendido, nada parece tener sentido así que ya cansada de todo decide aceptar.

  • Está bien, no sé qué es lo que quieres explicar, pero de todas formas ya estoy muy cansada para seguir, me iré a otra habitación. – Declara Sofia, pero Maximiliano la detiene.
  • No, por favor quédate aquí, yo iré a la habitación de visitas. – Dice Maximiliano y no espera a que Sofia responda simplemente sale de allí, con el corazón roto pero la plena convicción de aclarar todo y hacer lo que sea para que Sofia lo perdone, como sea no se divorciara, eso nunca.




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