El contrato expiró, pero el amor ¿nació?

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La sala está en completo silencio, con los nervios a flor de piel, los allí presentes sientes que nada bueno puede salir de lo que está sucediendo, temen que esos dos enojen tanto a la vicepresidenta que decida arremeter contra todos, pues en definitiva sin importar las circunstancias tiene el absoluto poder para hacerlo.

Sin embargo, los más valientes se giran delicadamente hacia Sofia quien no muestra el más mínimo cambio en su expresión lo que les genera gran intriga ya que las acusaciones no son simples, aun cuando ella tenga un cargo muy importante si los rumores se expanden su imagen se podría ver gravemente afectada al punto que ni siquiera el presidente pueda protegerla, peor aún si la esposa de él susodicho se entrera es lo que piensan en general en la sala.

Por su parte Sofia se mantiene totalmente tranquila, hasta una sonrisa aparece en sus labios antes de hablar, lo que los desconcierta y hasta asusta.

  • La verdad es que no tengo nada de qué avergonzarme, si bien es cierto no ingrese a la empresa por el conducto regular, me gane mi puesto a pulso. – Expone Sofia tranquilamente dejando a todos anonadados con la noticia, pues si bien es cierto ya habían determinado que efectivamente la vicepresidenta tenía una relación ilícita con Maximiliano, jamás creyeron que ella lo aceptara públicamente y peor aún que no se viera ni un poco apenada por ello, algo que decepciono a muchos allí.

Pero esas palabras por parte de Sofia fueron suficientes para que a Lina se le iluminaran los ojos, pues siente que la tiene en sus manos, ahora ya es un hecho. Por lo que rápidamente inquiere.

  • ¿Está aceptando entonces su relación ilícita con el presidente? – Pregunta con una exagerada expresión de asombro, solo con eso será suficiente para desprestigiar la moral de Sofia, además puede aprovechar la situación para llegar a algún tipo de acuerdo pues si bien es cierto, la vicepresidenta está aceptando su situación allí como si nada, no sería lo mismo si la prensa o los accionistas de la compañía se enteran, se los comerían vivos. Sobre todo, a Sofia ella sería la más afectada mucho más que Maximiliano, así es la sociedad, no les importaría que el fuera el casado es la mujer la que lleva la peor parte.

Sabiendo eso con la más grande cara de fingida preocupación dice.

  • Vicepresidenta, creo que no debería exponer cosas así tan a la ligera, no creo que se sienta orgullosa de su situación, además estoy segura que al presidente no le gustara para nada saber que usted está exponiendo ciertas infidencias a todo el mundo, eso le puede causar graves problemas. – Proclama con superioridad, sin quitar su fingida preocupación, a lo que Sofia solo la puede observar y reír por lo tonto de la situación.

Quienes observan toda la escena no pueden creer que la vicepresidenta sea ese tipo de personas, siempre la habían visto como una mujer respetuosa, honesta y muy buena, pero al parecer no es como ellos creían o al menos es lo que estaban pensando en ese momento por lo que las miradas recriminatorias y los murmullos no se hacen esperar.

  • Directora Manrique no tengo tiempo para esta clase de tonterías cuando tengo un asunto realmente serio por resolver, por lo que le voy a pedir a usted y a las demás personas que Natalia acaba de nombrar que se retiren en este momento, en unos minutos recursos humanos los estará llamando. – Declara Sofia para acabar con la tontería, ahora debe empezar a aplicar los planes de acción para resolver la crisis que están atravesando, pero Lina no se da por vencida, mucho menos ahora que se siente con ventaja y es que ella está viendo las reacciones en la sala y sabe que ahora Sofia se ha quedado sin la más mínima empatía por parte de los presentes.
  • ¿De verdad espera tener la autoridad moral para que los aquí presentes cumplamos sus órdenes? – Cuestiona con incredulidad y Sofia ya se había dado cuenta que efectivamente los allí presentes le lanzaban miradas acusadoras, por lo que deja salir un gran suspiro mientras interroga.
  • ¿Así que todos están de acuerdo en que no tengo la autoridad moral para darles ordenes? – Pregunta Sofia tranquila, mirando a cada uno de los presentes en la sala, pero todos guardan silencio mientras agachan la mirada, pues es cierto que el hecho de que su vicepresidenta sea alguien con poca moral les parece poco adecuado, pero aun así sigue siendo su jefa por lo que la verdad es que no saben bien que decir al respecto.

Sofia al ver las expresiones de duda en las personas, además de que quien sabe que están pensando sobre ella, pues las miradas son de desaprobación, decide que es momento de aclarar las cosas porque ya la están frustrando.

  • Muy bien supongo que si no cuento con la autoridad moral para que escuchen mis ordenes, querrán hablar directamente con el presidente. – Comenta Sofia mientras toma el teléfono celular en su mano, buscando un número.

Lina se ríe sin reserva mientras refuta.

  • Vicepresidenta, ¿de verdad cree que nos puede amenazar?




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