Te echo mucho de menos...como los peces cuando están fuera del mar; en el fondo mi alma me grita, que tú a mí no vuelves más...
Mi corazón impaciente repite lo mucho que te llegué a amar, es desesperante lo que transmite y no lo puedo calllar...
El corazón y así mismo el cerebro, jamás olvidan quién le enseñó a amar... Tal cual un niño, quién le enseñó a caminar.