El corazón

La vida

No somos niños nerviosos,
somos almas inquietas,
soñadores con el mundo en las manos,
con toda una vida por delante.

No somos adolescentes incoherentes,
somos voces ahogadas en el ruido,
gritos que nadie quiere escuchar,
pero que ansían ser entendidos.

No somos adultos estresados,
somos mentes que piensan demasiado,
corazones que cargan más peso
del que deberían soportar.

No somos ancianos agobiados,
somos memorias vivas,
personas que solo buscan un poco de atención,
la misma que un día entregamos,
a nuestros hijos,
a nuestros nietos,
al mundo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.