El corazón de Amelia.

Capitulo 8. Parte 2.

El crujir de la madera al caer al suelo, junto con cristales quebrándose llegan hasta los oídos de ella. La gran nube negra que se alza por los cielos, producto de la madera que arde por las intensas llamas que se extiende por todas las casas, cubre todo el cielo creando un ambiente apocalíptico. El llantos de varias mujeres y niños se escucha por todas partes, pareciendo un grito desgarrador al perder a aquellos padres, hermanos, hijos y amigos que se han ido. Este es el escenario que se le ha presentado a Kyara. El pueblo lleno de alegría y amor que hace unas cuantas horas vio, ahora solo son las cenizas llenas de dolor y desesperación.

Un gran número de pasos resuena por el este, escuchándose más como la estampida de un grupo de venados. Los ojos de la Princesa captan a un gran número de personas huyendo, sus rostros pareciendo más una mueca de terror, mientras sus frentes brillan por tanto sudor. Entre sus manos están sus hijos pequeños, que por sus piernas tan cortas no pueden correr tan rápido como ellos.

Jessamine tiene que tomar la mano de la confundida Princesa, alejándola de aquel lugar y evitando que le aplasten una ola de gente que solo quiere sobrevivir. A pesar de ver tanta desesperación y dolor, la mente de Kyara solo puede pensar una sola cosa.

—Zephyro. —Diciéndolo más como un susurró, el pecho de la Princesa comienza a doler al pensar que su querido amigo y mano derecha puede estar en peligro. Así que, sin pensarlo mucho, Kyara se suelta del agarre de Jessamine y comienza a correr directamente al hospital.

Jessamine y Ban se miran a los ojos y ambos asienten, antes de ponerse a seguir a Kyara. Ambos comprenden lo afligida que debe de estar la Princesa, por lo que en vez de detenerla, deciden acompañarla.

Mientras los tres corren rumbo a la pequeña clínica del pueblo, los oídos de Ban logran captar aquello que murmuran los soldados, logrando enterarse de los causantes de tanta destrucción. Sus ojos se abren con sorpresa al captar esto. Jessamine, quien de inmediato nota el rostro de confusión de Ban, le pregunta. —¿Qué sucedió?

—No es nada. —Y aunque esas palabras de Ban pueden sonar para no preocupar a sus compañeras, Jessamine comprende a la perfección porque las dice. No hay que alterar más a Kyara, quien corre con toda sus fuerzas, su boca tomando más aire para reponer el oxígeno que sus pulmones pierden.

Al llegar a la clínica, Kyara entra corriendo, su cuerpo moviéndose con más agilidad de la que una Princesa tendría, evadiendo con gran habilidad al grupo de personas que se encuentran ocupando todo el espacio de la entrada, pasando por los pequeños huecos disponibles hasta llegar a las escaleras. Ahí sube casi tropezando, pero poniendo sus manos en los escalones para recomponer su posición y continuar subiendo lo más rápido que puede, hasta llegar al segundo piso, dónde corre hasta la última habitación del pasillo y la abre de golpe. Logra encontrar a Zephyro dormido, mientras el doctor que atendió a su asistente la otra vez anota unas cuentas cosas en una hoja engrapada a una pequeña tabla de madera.

—Esta bien, solo se le abrieron un poco las heridas por moverse. Una de mis enfermeras lo encontró desmayado en el suelo, pero ya lo revisé y está fuera de peligro.

—Gracias doctor, muchas gracias. —Lo dice Kyara soltando un suspiro de alivio al escuchar las palabras del doctor de que Zephyro no está en peligro. Tan solo se acerca a Zephyro, le toma con calidez la mano y lo mira con alivio, su pecho dejando de doler.

En cuanto a Ban y Jessamine, ellos se quedan afuera de la clínica, justo atrás, en el pequeño jardín con un par de árboles y varios arbustos de flores. Jessamine se está recargando a un árbol mientras le pregunta a Ban.

—Ahora si dime, ¿qué sucedió? —La mirada de Jessamine está fijada justo en la clínica, observando con detenimiento la ventana de la habitación de Zephyro, dónde puede ver el rostro de la Princesa más aliviado.

—Escuché quienes fueron los responsables de toda esta destrucción. Al parecer un grupo de tres Snowstroms atacaron este lugar, destrozando las casas y soldados que se opusieron en su camino. Pero el ejército del Rey llegó convenientemente y lograron asustarlos, enviándolos al bosque. —Lo comenta Ban, sentándose en la tierra húmeda y recargando su espalda en el duro tronco del árbol.

—Vaya, pero que giro tan afortunado del destino. —Lo dice Jessamine con un tono de ironía y sarcasmo, para después preguntar. —¿Crees que le hicieron algo a los Snowstroms?

—Es posible, aunque no podemos sacar conclusiones apresuradas.

—Tienes razón. Aunque tres Snowstroms allá afuera puede ser peligroso, no solo para los habitantes de este pueblo, sino también para ellos. Además, este doctor parece ser muy bueno y tiene los instrumentos necesarios para saber si hay una droga en la sangre de los Snowstroms.

Doblando sus piernas, con un ágil movimiento, Ban logra levantarse. Se rasca la nuca mientras le dice a Jessamine. —Cuida de Kyara, volveré antes del anochecer.

—Yo me encargo. —Comenta Jessamine sin dejar de observar a la Princesa a través de esa ventana.

Solo que Kyara parece tener otros planes. Ha pesar de estar al lado de Zephyro, sujetando su mano y esperando a que abra los ojos, Kyara ha estado escuchando las conversaciones de las enfermeras y se ha enterado de quién hizo sufrir tanto a este pueblo. Ella sabe que los Snowstroms serían incapaces de hacer algo tan horrible, ellos la trataron tan bien está mañana. Además, esto puede estar vinculado con el secuestro de los Snowstroms que hizo el ejército del Duque. Es muy posible que el Duque o sus subordinados hayan hecho algo tan horrible para conseguir la joya.

Mirando directamente las nubes negras que cubren el cielo través de la ventana, observando con detenimiento cómo aún hay humo que sale de varias casas y los gritos de desesperación se escuchan desde lejos, la Princesa toma una decisión. Antes de que siquiera Jessamine pudiera llegar a la habitación, la Princesa abandona el consultorio para tener una sería charla de Princesa a Teniente.



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En el texto hay: magia y aventura, fantasia épica, shounen

Editado: 22.09.2025

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