El corazón de Amelia.

Capitulo 9. Parte 2.

Pequeños copos de nieve caen al suelo, cubriendo los cuerpos de aquellos soldados que fueron abandonados. Un profundo silenció toma el lugar después de escuchar la historia de Kyara, quien aún procesa la información. La primera en hablar es Jessamine, quien pregunta.

—Aun no comprendo. ¿Realmente esa joya es tan poderosa como para darle vida a todo este Reino?

Kyara asiente moviendo su cabeza de arriba para abajo varias veces. —Si. Y pienso que es mucho más poderosa de lo que creemos. Antes de acabar la gran guerra, uno de mis ancestros la uso para alejar al ejército de gigantes que pensaban acabar con este Reino, pero su poder fue tanto, que miles de soldados gigantes perdieron la vida en unos segundos.

Las palabras de Kyara dejan con los ojos bien abiertos como platos a Jessamine y Flamea, mientras que sus quijadas caen.

—Ahora entiendo porque el Duque tenía esa obsesión con las joyas y como no quería comenzar la guerra sin ella. —Comenta Flamea con los brazos cruzados, mientras una pequeña sonrisa se forma en sus labios. —Y si la joya pudo acabar con varios batallones de gigantes, entonces un solo pedazo será tan poderoso como para arrasar ciudades enteras. —Los puños de Flamea tiemblan ligeramente, emocionada al saber que habrán enemigos poderosos y que muy seguramente el Duque use algunos pedazos de la joya en contra de la Princesa.

—Antes de continuar con nuestro viaje, quisiera saber una cosa. ¿Qué hace esa mujer aquí? —Lanza esa pregunta Jessamine, lanzando una mirada filosa y cargada de odio a Flamea.

—Tranquila gatita, guarda esas garras. Ya no soy su enemiga, ahora quiero ser su aliada. —Comenta Flamea, tratando de provocar a Jessamine.

—¿A qué te refieres con aliada? ¿Cuáles son tus intenciones para seguirnos? —Pregunta Kyara entrecerrando sus ojos, evaluando con sus mirada a Flamea y tratando de ver si miente o dice la verdad.

—El ejército del Duque es aburrido, está lleno de personas fuertes, pero nadie quiere pelear conmigo. Así que pensé que si me uno a ustedes, el principal enemigo del Duque, entonces podría luchar contra todos esos soldados que tiene el Duque. —Flamea suelta esa escusa y para los ojos de Kyara luce sincera, no parece que diga mentiras. Claro que Jessamine al escuchar eso, su mente solo pudo pensar que esa mujer y Ban tiene algo en común, ambos desean pelear con oponentes poderosos.

—De acuerdo, te permito entrar al grupo. —Lo dice Kyara con total seguridad, para después agregar. —Pero aún no confío en ti, por lo que te mantendremos vigilada.

Claro que la decisión de la Princesa sorprende a Jessamine, quien cierra sus puños con fuerza para opinar distinto. —No creo que debamos de invitarla. Entiendo que es fuerte, pero es una mujer que traicionó a su grupo y puede hacernos lo mismo.

—Eso no importa Jess. —La voz de Ban se alza por todo el lugar, llamando la atención de todos. Es tan áspera y aún parece contener mucha ira. —Si ella trata de hacer algo, simplemente la mataré. Pero volviendo a lo que importa, dime una cosa Kyara, ¿esa joya puede controlar a las bestias y monstruos?

La Princesa retrocede unos pasos, entendiendo que aún Ban luce muy molesto, mientras que Jessamine se pone enfrente de ella para protegerla.

—Pu… puede que si. Quizás con el hechizo adecuado o una máquina. Yo solo se que un solo pedazo tiene el poder suficiente para doblegar voluntades. —Responde Kyara con una voz baja y aguda, sus manos temblando por el aura oscura que libera Ban, mientras ve como poderosos rayos cubren el cuerpo de Ban.

—¿Por qué preguntas eso, Ban? ¿Por qué luces tan molesto? —Pregunta Jessamine, sabiendo que su compañero y amigo está bastante enojado e inestable. Pero aún está relajada, dado que sabe a la perfección que Ban no los atacaría, aún si está enojado.

—Tengo la sospecha de que ese maldito Duque uso el poder de la joya para controlar a distintos monstruos que envío a atacar Ciudad Crysolis, justo la misma ciudad donde viven nuestros amigos. —Las palabras que suelta Ban no solo permiten que Jessamine comprenda su enojo, sino que ella misma siente como una profunda oscuridad de irá llena su cuerpo. Sus dientes comienzan a crujir por la fuerza con la que aprieta su quijada, a la vez que su mirada oscurece.

—Ese maldito. —Las palabras que libera Jessamine hacen que la Princesa retroceda, su cuerpo no puede parar de temblar al ver a Jessamine con el mismo aspecto de Ban. Pero las siguientes palabras de Jessamine logran calmar a Kyara un poco. —No te preocupes Kyara, no estamos molestos contigo.

—Solo que ahora ya tomamos una decisión. No me importa si ese Duque tiene un ejército entero a su disposición o una joya poderosa, le cortaré la cabeza por matar y herir a varios de mis amigos.

Aunque el corazón de Kyara logra calmarse por un momento, las palabras y la mirada de Ban le dejan una certeza dolorosa: el enfrentamiento contra el ejército del Duque y sus aliados es inevitable. No hay forma de detener lo que viene. Siente un vacío en el pecho, como un abismo que le susurra que las muertes no solo son inevitables, sino que comenzaron mucho antes de que ella pudiera hacer algo. Kyara comprende, con amarga resignación, que Ban y el Duque están destinados a enfrentarse a muerte… y que, por más que lo desee, no podrá impedirlo.



#3440 en Fantasía
#4052 en Otros
#693 en Acción

En el texto hay: magia y aventura, fantasia épica, shounen

Editado: 13.10.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.