El Corazón de Jade. Libro Dos

El Corazón de Jade .Libro II. Capitulo 1

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Meses después::

Y en una linea de tiempo.....algo torcida...

: La Fiesta que Desató el Caos

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El salón de eventos del Hotel Bund Celestial brillaba como si alguien hubiera derramado un bote de purpurina sobre la élite tecnológica de Shanghái. Ejecutivos con trajes que costaban más que el alquiler anual de Li Wei conversaban animadamente, sosteniendo copas de champán que probablemente costaban más que su apartamento

"Recuérdame por qué estamos aquí", susurró Li Wei a Mei Ling mientras intentaba no derramar su bebida sobre un hombre que, estaba bastante seguro, era el tercer más rico de China.

Mei Lin, enfundada en un sexy vestido

que hacía que pareciera simultáneamente una modelo de alta costura y alguien capaz de asesinar con un palillo, escaneaba la habitación con la precisión de un dron militar

que hacía que pareciera simultáneamente una modelo de alta costura y alguien capaz de asesinar con un palillo, escaneaba la habitación con la precisión de un dron militar.

"Estamos aquí porque necesitamos entender qué ha cambiado en esta línea temporal", respondió en voz baja. "Y porque tu jefe espera que socialices con potenciales inversores."

"¿Cómo se supone que voy a socializar? ¡Ni siquiera sé qué hago en esta empresa!" Li Wei sintió que el pánico se apoderaba de él. Adicional que más temprano que tarde tenía que encontrar el valor de decirle que estaba estaba enloquecidamente,apasionadamente,desesperadamente enamorado de ella

--- La última vez que intenté hablar de tecnología, confundí Bitcoin con un Tamagotchi."

Mei Ling lo miró con una mezcla de exasperación y algo que podría haber sido afecto, si uno entornaba los ojos y usaba mucha imaginación.

"Solo sonríe, asiente, y si alguien te hace una pregunta técnica, tose y di que necesitas ir al baño."

"Esa es literalmente mi estrategia para todo en la vida", murmuró Li Wei.

En ese momento, el Sr. Zhang, CEO de Zhang Enterprises y hombre cuyo ceño fruncido había provocado la caída de varias startups, se acercó a ellos.

"¡Li Wei! El hombre del momento", exclamó con una sonrisa que no llegaba a sus ojos. "Todos están ansiosos por conocer al genio detrás de nuestro nuevo proyecto de inteligencia artificial."

Li Wei sintió que su alma abandonaba su cuerpo. ¿Inteligencia artificial? ¿Él? La única inteligencia artificial que conocía era el asistente de su teléfono, al que regularmente confundía pidiéndole que le recordara comprar "calcetines con sabor a fresa".

"Sr. Zhang, es un honor estar aquí", logró articular, mientras Mei Ling le clavaba discretamente las uñas en el brazo, su forma sutil de decirle "no la cagues".

"He invitado a algunos inversores internacionales especialmente para conocerte", continuó Zhang. "Incluida Yoo Mina, la actriz coreana. Aparentemente es una entusiasta de la tecnología cuando no está filmando esos dramas históricos que tanto le gustan a mi esposa."

Li Wei asintió como si supiera exactamente quién era Yoo Mina, aunque en realidad estaba tratando de recordar si alguna vez había visto un drama coreano que no involucrara a alguien siendo poseído por un fantasma vengativo.

"Será un placer conocerla", respondió automáticamente.

Zhang sonrió, dio una palmada en el hombro de Li Wei con la fuerza suficiente para desplazar ligeramente su columna vertebral, y se alejó para atormentar a otro empleado.

"¿Inteligencia artificial?", siseó Li Wei a Mei Ling una vez que Zhang estaba fuera del alcance auditivo. "¡No sé nada de IA! ¡La última vez que programé algo fue un 'Hola Mundo' en la universidad, y me tomó tres intentos!"

"Tranquilízate", ordenó Mei Lin. "Obviamente, en esta línea temporal eres algún tipo de genio tecnológico."

"¿O tal vez soy un fraude monumental a punto de ser descubierto?", sugirió Li Wei, sintiendo que el sudor comenzaba a empapar su camisa alquilada.

Antes de que Mei Lin pudiera responder, un murmullo recorrió la sala. Las puertas principales se abrieron, y todos los ojos se volvieron hacia la recién llegada.

Era como si el tiempo se ralentizara. Una mujer joven entró en el salón, vistiendo lo que Li Wei solo podía describir como un "vestido de princesa coreana pero sexy". Era un hanbok modernizado, con un escote que desafiaba la gravedad y una abertura lateral que revelaba una pierna que parecía extenderse hasta el infinito.

"Esa debe ser Yoo Mina", susurró Mei Ling, su tono repentinamente tenso.

Li Wei no podía apartar la mirada. No porque la mujer fuera hermosa (aunque definitivamente lo era), sino porque había algo en ella que le resultaba extrañamente familiar, como un déjà vu que no podía ubicar.

Yoo Mina se movía por la sala con la gracia de alguien acostumbrado a ser el centro de atención. Saludaba a los invitados con sonrisas medidas y reverencias perfectas, una mezcla fascinante de tradición y modernidad.

Y entonces, sus ojos se encontraron con los de Li Wei.

Por un momento, pareció sorprendida, casi alarmada. Pero la expresión desapareció tan rápidamente que Li Wei pensó que lo había imaginado. En su lugar, una sonrisa deslumbrante iluminó su rostro, y comenzó a caminar directamente hacia él.




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