El Corazón De Kymira

PRÓLOGO

No recuerdo en qué momento exacto empezó todo a desmoronarse. Supongo que fue mucho antes de que yo lo notara… antes de Asterion, antes del Corazón de Kymíra, antes incluso de saber quién era realmente.

Lo único que sé es que hubo un día —un solo día— en el que todavía podía mirar el mundo sin sentir que estaba huyendo de él.

Ahora ya no tengo ese lujo.

Hay noches, como esta, en las que el frío me cala hasta los huesos y me obliga a recordar todo lo que perdí. El viento corta como si quisiera arrancarme la piel, pero no es el clima lo que me duele.

Es lo que dejé atrás. Más bien, lo que me obligaron a dejar atrás.

Dicen que nadie debería conocer su destino antes de tiempo. Yo sí lo conocí. Lo escuché en susurros, en advertencias y en miradas de miedo disfrazadas de admiración. Incluso antes de que yo mismo pudiera aceptarlo, otros ya sabían lo que sería de mí.

Un arma.
Un error.
Una amenaza.

Hay algo casi gracioso en eso: como si yo hubiera elegido algo de lo que soy.

No lo hice. Nunca se me dio la opción.

Hubo un día, uno que me niego a olvidar, en el que pensé que todo podía cambiar. Que tal vez ahí, entre risas forzadas, misiones imposibles y amistades que parecían improbables, podía encontrar un lugar al cual pertenecer.

Una casa, una vida o tal vez un futuro.

Pero los dioses no regalan futuros. Los arrebatan.

Y yo… yo no estaba hecho para quedarme en su mundo.

No es que haya querido huir. Es que no me dejaron otra opción.

Así que aquí estoy, escondiéndome entre sombras y nieve, lejos de donde todo empezó, respirando como si cada aliento pudiera ser el último. Una parte de mí quiere pensar que todavía hay algo por lo que luchar. Otra parte sabe que ya no hay camino de regreso.

Si alguien llega a leer esto… solo quiero que entienda algo.

No siempre fui un fugitivo.

No siempre fui el chico al que los monstruos persiguen y al que los dioses quieren borrar.

Antes de todo eso, fui un muchacho intentando sobrevivir. Intentando pertenecer. Intentando ser alguien más que el hijo de un secreto que jamás debió existir.

Y aunque lo perdiera todo… aunque el mundo se viniera abajo… aunque ellos me llamaran peligro…

Yo todavía recuerdo quién era antes de caer.

Y quizá —solo quizá— todavía pueda encontrar una razón para levantarme.

A cualquier semidiós, humano, ninfa o criatura que este leyendo esto....

Atte. Lex Krane




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.