Tres Meses Después: Tokio, Japón.
El mundo exterior era un laberinto de luces de neón y rascacielos futuristas. Sin embargo, en el subsuelo del antiguo barrio de Shinjuku, Seraphina había establecido su nuevo cuartel general en un bunker nuclear abandonado.
Tres meses habían pasado desde su humillante derrota en Rapa Nui. Había perdido el control del Pergamino de Metal y Atlas solo había logrado escapar con el Protocolo de Cronos, ahora inerte, y la pista de la Quinta Pieza.
Seraphina estaba sentada frente a un mapa holográfico de Japón, su rostro marcado por la cicatriz de la venganza. El Protocolo de Cronos, inactivo, estaba colocado en una caja de seguridad reforzada, un recuerdo constante de su fracaso a manos de Kira y Vance.
—Atlas, ¿la Quinta Pieza es precisa? —preguntó Seraphina.
Atlas, el ciber-genio, ajustó sus gafas. —Comandante, el Protocolo de Cronos, en su breve activación, reveló un fragmento de conocimiento puro. La Quinta Pieza es el Corazón de la Atlántida. No es un artefacto físico, sino un santuario.
—¿Un santuario?
—Sí. La cuna del conocimiento atlante, custodiada por un linaje antiguo que escapó del cataclismo. El único lugar donde el Pergamino de Metal podría ser reensamblado y activado por completo. Y ese lugar es un templo budista centenario en los Alpes Japoneses.
La Última Moneda de Cambio.
Seraphina sonrió, una expresión helada. La Vigilancia (Kira y Vance) no sabía que la Quinta Pieza era un lugar y no un objeto.
—La Capitana Rourke y el Profesor Aelarion vendrán a Japón. Lo sé. Ellos no pueden permitir que yo encuentre la última clave.
—Ellos tienen el Protocolo de Cronos, aunque inactivo, y el conocimiento para descifrar el Pergamino fundido de Rapa Nui.
Seraphina rió. —Dejemos que vengan. Yo tengo una moneda de cambio mucho más poderosa que el tiempo o el dinero.
Seraphina activó un monitor encriptado. La imagen que apareció era la de Kira Rourke de niña, en una foto antigua, de la época antes de que se uniera a la milicia.
—Durante mi tiempo en la Cripta de Londres, no solo robé datos financieros. Robé historias. Historias personales. La Capitana Rourke tiene un pasado que ni siquiera su amado profesor conoce. Un pasado que, si se revela, la destruirá.
El Plan Final.
Seraphina se puso su nuevo traje táctico, esta vez de un camuflaje oscuro, adecuado para los bosques japoneses.
—Elías Vance y Kira Rourke vendrán a Japón. Usarán la tecnología de Lena para descifrar el fragmento del Pergamino en Rapa Nui. Pero yo llegaré primero al Corazón de la Atlántida.
Seraphina miró a Atlas. —Mi orden es clara: prepara el equipo para la escalada. Usaremos el conocimiento de la Capitana contra ella.
—¿Y qué hay de La Vigilancia, Comandante?
Seraphina miró por la ventana, hacia la noche neón de Tokio.
—La Vigilancia caerá aquí, en Japón. Y cuando caiga, le revelaré a la Capitana su verdadera identidad. Y la quinta pieza, el Corazón de la Atlántida, será mía. ¡Que comience el juego final!