La Decisión de Kira.
Kira miró a Seraphina. La rabia por la traición percibida de Vance era intensa, pero la amenaza inmediata de Seraphina reescribiendo la historia era un peso imposible de ignorar.
—Si el Corazón de la Atlántida cae en tus manos, Seraphina, no habrá venganza, solo caos —dijo Kira, su voz firme a pesar de la tormenta interna.
—¡Estás tomando la decisión equivocada, Capitana! ¡Elías Aelarion te ha traicionado! —replicó Seraphina, sosteniendo el Pergamino de Metal.
Kira se obligó a recordar el juramento de La Vigilancia. Su misión era proteger la estabilidad temporal.
—Seraphina, yo soy la última hija de Teseo. Y juro que no permitiré que uses mi sangre para tu locura.
Kira lanzó su arma hacia un cristal bioluminiscente en el techo de la caverna. El cristal se hizo añicos, enviando un pulso de energía que interrumpió la señal de comunicación de Seraphina.
Combate por el Corazón.
El enfrentamiento comenzó. Kira, desarmada, se lanzó contra Seraphina. El combate era frenético.
Mientras luchaban, Kira intentó desesperadamente evitar cualquier contacto físico prolongado, sabiendo que Seraphina necesitaba solo una gota de su sangre.
Kira usó las formaciones rocosas como cobertura, obligando a Seraphina a moverse.
Seraphina, experta en combate cuerpo a cuerpo, intentó atrapar los brazos de Kira para inmovilizarla.
En medio de la refriega, Seraphina golpeó a Kira contra un pilar de piedra. El impacto fue brutal. Kira sintió un corte profundo en su brazo.
Seraphina sonrió al ver la sangre. Rápidamente, recogió una gota con el borde de su cuchillo, corrió hacia la Cámara del Corazón de la Atlántida y frotó la sangre en el sensor de la puerta.
—¡Gracias por el acceso, Capitana! —gritó Seraphina.
La cámara se abrió con un silbido hidráulico. Seraphina desapareció en la oscuridad.
La Intervención de Vance.
Kira corrió a la entrada, pero la puerta comenzó a cerrarse.
Justo en ese momento, Vance irrumpió en la caverna, exhausto. Había logrado escapar de Atlas usando un pulso de sobrecarga en el terminal que lo inmovilizaba, aunque el genio cibernético seguía vivo.
—¡Kira, no! —gritó Vance.
Kira miró a Vance, su rostro una mezcla de dolor y rabia.
—¡Ve por ella, Elías! ¡Yo te cubro! —dijo Kira.
Vance sabía que tenía que detener a Seraphina. Él se lanzó a través del pasillo justo antes de que la puerta de la cámara se cerrara con un clank final.
Kira se quedó sola, con el brazo sangrando, entre el Mosaico y la puerta sellada..
La Verdad de Teseo.
El silencio de la caverna fue roto por una voz nueva, clara y antigua, que parecía provenir de los cristales luminiscentes.
—Bienvenida a casa, nieta.
Las runas en el Mosaico se encendieron. Una figura holográfica apareció: era un hombre de rostro noble, con vestimentas antiguas: el líder del antiguo Cónclave de Teseo.
—Soy Ptolomeo de Teseo. Y tu sangre ha activado el Santuario. Tu madre no fue ejecutada por tu padre. Fue mi propia Orden quien la silenció para ocultar esta verdad: la Quinta Pieza no es el Corazón de la Atlántida. Es la llave para el conocimiento final que puede traer una nueva Era Dorada o la destrucción total.
El holograma le mostró a Kira la verdad completa: su madre murió protegiendo el secreto de su linaje y no por traición a La Vigilancia, sino por miedo del Cónclave. Vance solo le había ocultado detalles para protegerla, no para engañarla.
La mentira de Seraphina se desmoronó, pero la rabia de Kira se transformó en una necesidad desesperada: salvar a Vance de la cámara final.
—¡Vance! —gritó Kira, golpeando la puerta sellada.
Ahora, Kira sabía que debía rescatar al hombre que amaba, quien estaba en peligro mortal en la cámara con Seraphina.