El CorazÓn De La Bestia (el Lobo De Albemarle) Inadecuados I

XXXII| DETONANTE

HOLA MIS AMORES.

HE REGRESADO CON UN NUEVO CAP DE ESTA HISTORIA.

RECUERDEN QUE ESTAMOS AL FINAL DE LA SEGUNDA PARTE Y QUE SOLO FALTA LA PARTE TRES PARA QUE LLEGUE A SU FIN, DENTRO DE POCO EXPLICARÉ BIEN A LO QUE ME REFIERO.

NO OLVIDEN QUE LOS LIBROS DE LADY SINVERGUENZA, CONDENA DE AMOR, Y ACTUANDO CON EL CORAZON ESTAN EN FISICO Y DIGITAL AL IGUAL QUE LADY ESPERPENTO SOLO EN FORMATO DIGITAL.

TAMBIEN TENEMOS UN GRUPITO DE  WHATS DONDE PODEMOS HABLAR Y CONOCERNOS MEJOR PARA LOS QUIERAN ME ESCRIBEN AL INTERNO O EN COMENTARIOS Y CON GUSTO LOS AGREGO.

NO SIENDO MAS, NOS LEEMOS PRONTO.

LES AMA.

JEN<3

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BELLA

(Londres – Inglaterra)

Hertfordshire…

 

Siempre supo que los cuentos de hadas no eran para los villanos con el alma podrida por las situaciones que los convirtieron en lo que son hoy día.

Que no era una tierna y perfecta princesa, porque su apariencia etérea no desvanecía el desastre que era en su interior.

Aurora Harris era un desperdicio para la sociedad, la incorrecta, pero la idónea para esa existencia tan escasa de humanidad.

Y por eso es por lo que estaba aprovechando cada segundo que la vida le otorgaba con aquel lobo que le estaba enseñado a que la felicidad existía.

Que estaba llena de matices, y venia de la mano de pruebas que demostraban que tan merecedora era.

Y esperando ser una de las escogidas, es que daba lo poco que tenía, para que lo que ansiaba la considerara cuando todo culminase.

Porque tenía que acabar, y la única manera de hacerlo era dando un paso al costado, y en esa ocasión era por su propia voluntad, esa misma que la había llevado a ayudar a un hombre importante para su amo, pese a que pensaba que no merecía ni siquiera una mirada de soslayo de su parte, porque lo perfecto no le quitaba lo malagradecido.

Porque la traición de un amigo, que al final de cuentas le salvó de caer en las garras de Abigail, no se comparaba con los días que había pasado Sebastien desde que pisaron Hertfordshire teniendo de frente a uno de los hombres que había provocado el sufrimiento de su madre, pues era un hecho que estaría en ese lugar intentando resarcir un error que debió evitar siguiendo con el camino de su destino, que torció por una prostituta que ahora la tenía con los nervios destrozados porque de alguna manera se había visto envuelta al tener en sus manos la posibilidad de regresarle algo de vida al hombre que la miraba con un puro en la boca, mientras ella provocaba una distracción para sus problemas, y que mejor que jugar a la carta de la posesión cuando lo que más lo enervaba es que creyera que podía hacerlo que quisiera cuando le pertenecía entera.

Matando dos pájaros de un solo tiro, al encantarle que la reclamase como suya y de paso haciendo que su mente solo se enfocara en lo que menos conflicto le causaba, porque sin expresárselo abiertamente sabía que no deseaba enfrentarse a su verdadero padre cuando aún tenía demasiado resentimiento que podía convertirse en tragedia.

Aunque el panorama no se veía para nada alentador, si seguía provocándolo con uno de los que se sumaron, no entendiéndolo del todo, pero no estaba ahí para objetar ante esas nimiedades.

Lo único claro es que Lord James Smith, Marqués de Londonderry, podía ser un hombre perfecto en todos los sentidos, pero su mayor error era fijarse en mujeres de dudosa reputación, confirmándolo con su persona, cuando con un par de batidas de pestañas no se le despegaba.

Y no ayudaba a la situación, que Lord Berwin Spinster, Conde de Lincoln, en vez de advertir a su amigo le riese las gracias avalando su actuar solo por su sana diversión.

Pero, si era sincera consigo misma casi lo prefería si tenía en cuenta que Lord Alexandre Allard, Duque de Beaumont, y el último hombre que los acompañaba en ese estudio, al ser su hermana la que estaba en peligro, no le despegaba la mirada de encima como si quisiese que lo sacara de algunas dudas que no le correspondían.

 Buscando justificaciones para las acciones de la llamada Lady frivolidad, cuando era peor ciego el que no quería ver si solo se detenía a analizar por un momento el actuar de una dama como ella.

Dejó su juego peligroso con Londonderry, cuando el caminar de Lord Adler Somerset, alteró los nervios de todos lo de la sala siendo Sebastien el único que se atreviera a ponerle fin a una ansiedad que no solucionaba nada.

Su madre y hermana estaban desaparecidas, con ventajas y no las hallaban ni por debajo de las piedras, así que desquiciarse tampoco aportaba a la nula capacidad para hallar a un par de arpías con un ser poderoso como supuesto aliado, porque que no lo dijese en voz alta no significaba que no supiera lo que eso significaba.

—¿Podrías parar? me estas mareando —en vez de hacer caso siguió con su andar ansioso —. Así no la encontraremos —bufó exasperado, frenando sus ímpetus.

—Resérvate tus comentarios absurdos, que no me dejas pensar con claridad —acotó molesto y hostil, haciéndola rodar los ojos mientras se cruzaba de brazos esperando como se desenvolvía la conversación tan cariñosa entre dos hermanos que no sabían cómo sobrellevar la situación.




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