El corazón de la villana

La villana celosa

Axel se encontraba atendiendo a las clientes, con una sonrisa encantadora.

-¿Qué desea pedir, bella damisela?- preguntó el hombre, viendo a la chica que todavía no hizo un pedido.

Las amigas se miraron entre sí y rieron mientras la que era atendida veía al hombre con nervios.

-Yo... nosotras... queremos una... una sonrisa.- dijo ésa mujer.

El hombre la miró con sorpresa y sonrió levemente.

-Señorita, no esta bien pedir el postre primero pero sí es por ustedes, haré una excepción.- exclamó el mesero mientras las chicas daban un gritó chillón, alegres.

Ser tan apuesto como él era cansador, pero no puede hacer nada con ésa belleza mas que deslumbrar al mundo.

Mientras que en otra mesa.

-Maldita sanguijuela coqueta.- susurro Victoria, muy enojada mientras veía ése triste espectáculo.

¡¿Qué ésas tipas estaban ciegas?!

-Mi hermanito es codiciado por las mujeres a pesar de su cara de idiota.- dijo Amelia quien tenía a su pequeño hija, sentada sobre la mesa.

Se le olvidó que dejó a su madre de niñera y al verla, se la entrego.

-No deberías decir malas palabras frente a tu hija.- exclamó Camila, mirando con el ceño fruncido a la líder de los héroes.

No podía crear que alguien de su posición diga algo tan malo como... tonto.

La detective, miró a su nueva amiga con seriedad.

-Bobo, tonto, idiota, cara de popo...- exclamó de manera tranquila.

-¡No oigas, pequeña!- y la mas joven del grupo agarró a la niña y le tapó los oídos con sus manos.

Definitivamente Amelia encontró alguien nuevo para fastidiar.

-Un hombre tan guapo debe tener novia, ¿verdad?- preguntó una de las mujeres al mesero que volteó a verla.

-No, tristemente no tengo ya que... no encuentro a la indicada.- respondió el ojiazul, sin dejar de sonreír.

Lo dijo de manera tranquila pero ésa fue la gota que derramó el vaso.

-¡¿Y qué hay de mí, sucio traidor?!- preguntó Victoria mientras se ponía de pie, muy enojada.

Él es su héroe tonto y molestó, nadie tiene permitido coquetearle.

Karen al ver como todos miraban el espectáculo que se estaba armando, se puso nerviosa.

-¡Vi, calmate!
No te veía tan enojada desde que Celeste vi...

-¡¿Por qué mencionas a ésa cerebro de moco?!- gritó la pelimorado, mas enojada que antes.

¿Qué era el día de hacer enojar a la joven Victoria?

-Hay una niña presenté.- susurro Camila, cubriendo los oídos de la niña.

¿Qué todas en ésa mesa eran tan groseras?

-¿Quién es Celeste?- preguntó Amelia, curiosa ya que el nombre se le hacía conocido.

-Vieja amiga nuestra de la escuela.
Actualmente es una superhéroe famosa.- respondió Karen.

Victoria decidió ignorar a su amiga y miró a... ése "héroe", que era todo un cerdo como civil.

-¡Tú, deja de fingir que no existo!- gritó, enfadada.

-¿Quién es ésa anciana?

Una pregunta prohibida se oyó y a la pelimorado se le notó un nervio en la frente.

-¿Quién dijo éso?- preguntó de manera siniestra.

Ésa noche, alguien moriría.

Axel al ver que su amada estaba cerca de hacer fluir su energía oscura, se acercó nervioso.

-Señorita cliente, por favor, relajese.- pidió, asustado.

¿Sí estaba contento por que su reina estaba celoso?
Definitivamente la respuesta es un sí, pero no era momento de festejar ya que alguien podía morir.

-¡Oigan bien, sanguijuelas! ¡Esté super tonto está enamorado de mí!- gritó Victoria, señalandose con el pulgar.

Todos se sorprendieron mientras Karen se cubría el rostro con vergüenza y Amelia se aguantaba la risa.

-Señor Axel, ¿lo qué dice la abuela es enserio?- preguntó una chica, personaje de relleno sin descripción.

-S-sí.- respondió el hombre de manera tímida, con sus me
mejillas sonrojadas.

Su reina era mas atrevida de lo que se imaginaba.

-Muy bien, esta vez sí vi quien me insultó.
Prepárate por que te dejaré chimuela y calva.- dijo Victoria con una sonrisa siniestra mientras levantaba levemente una mano, mostrando sus uñas.

-Mi reina, por favor, acompañeme.- dijo Axel, cargando a la mujer en su hombre y llevándosela.

-¡Recordaré tu cara!- gritó Victoria, arañando al aire en dirección de la personaje de relleno que lucía muy asustada.

Una vez los que tenían la atención en ése restaurante se fueron, Karen miró a Amelia.

-¿Qué?- preguntó la mujer al darse cuenta de que la pelirroja la veía.

-Primero yo y ahora Victoria, ¿fue parte de tu plan?- preguntó, curiosa.

Ésa mujer podía divertirse con el sufrimiento ajeno, pero raramente era la líder de todos los héroes, así que todo lo que hacía debía tener un motivo.

-¿Sí? Es un misterio.- exclamó la hermana del héroe prodigio, con una sonrisa.

-Señora Amelia, ¿y su esposo?- preguntó Camila, curiosa.

La sonrisa de la detective se borró y pareció estremecerse levemente antes de agachar la mirada.

-Yo... lo siento, ¿pregunté algo que no debía?- preguntó la de cabello castaño, nerviosa.

Por curiosidad, causó que alguien se ponga triste.

-No te preocupes, no es tu culpa.
Falleció poco antes del nacimiento de mi hija; mis padres y mi hermana mayor y su marido me ayudaron a cuidar de Leila.
Aún duele un poco pensar en él ya que pasamos cosas bonitas juntos, digo, lo conocí desde niña y fue la única persona que siempre me gustó... hasta ahora, ya puse el ojo sobre alguien nuevo y pronto mi pequeña tendrá papi nuevo.- dijo la líder de los héroes, volviendo a la normalidad.

Puede que en el agua se encuentren muchos peces y el que ella quiere es uno muy difícil de conseguir, pero nada es imposible con mucho esfuerzo.

-¡Amelia, deja de andar de perezosa y ven a trabajar!- gritó una mujer mayor, atendiendo a unos clientes.

-¡Hoy es mi día libre y estoy con mis amigas, mamá!- gritó Amelia, con el ceño fruncido.

¿Qué su madre lo hacía a propósito?



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En el texto hay: superheroes, algo de accion, supevillanas

Editado: 01.01.2021

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