Enemigos jurados, ella el mal y él el bien, una luchaba por gobernar y el otro para proteger, los dos se encontraban en esté momento como civiles, estando la mujer claramente enojada (celosa)
-Mi reina, no se enojé conmigo, sólo estaba trabajando.- dijo el ojiazul, intentando que su amada lo vea pero está le daba la espalda una y otra vez.
Las personas que pasaban veían con algo de confusión ésa infantil escena, pero decidían ignorarlos.
-¿Sólo trabajando? Se oyes como sí hubieses hecho algo raro para ganar algo de efectivo.
Yo no estoy enojada, está es mi cara cuando tengo hambre y ahora estamos afuera de un restaurante, teniendo yo mucha hambre pero un tonto cabeza de papa que se la pasa de coqueto con todo lo que tenga piernas, me sacó afuera antes de que pida algo.- exclamó la pelimorado.
En cierto punto, no mentía, en verdad tenía hambre y no es que esté celosa por que ése "héroe" sea tan aclamado por las mujeres siendo civil, no, nada de éso.
Ahora que se daba cuenta, ¿por qué ella no tenía pretendientes sí era una joven, muy joven en verdad, y bella mujer?
En verdad no lo entendía, los hombres son complicados (los personajes de relleno aprecian su vida)
Axel al rendirse en intentar hacer que su amada dejé de estar tan enojada, le extendió una flor.
Ése sería su último intentó, sí en verdad sólo era una molestia para su reina, buscaría avanzar sin ella.
-¿De dónde rayos salió ésa flor?
Lo preguntó en serio, es un girasol gigante y hace un momento no lo tenías.- dijo Victoria, intentando entender el raro truco de magia que usó el hombre.
-Mi reina, me presentó ante usted, soy Axel, un hombre de 30 años que trabaja en un restaurante perteneciente a su familia y que ocasionalmente es Guerrero Solar, el grandioso y bello superhéroe que combate contra la temible pero hermosa Reina Sombre, la mujer que lo dejó loquito de amor, pero él no es capaz de lograr algo con ella, ya que el corazón de la villana, es imposible de alcanzar para él.- exclamó el hombre, con una leve sonrisa.
La mujer fruncio el ceño y agarró el girasol, sintiendo que sí lo rechazaba en ése momento, podía perder algo importante, así que le seguiría la corriente.
-Soy Victoria... un gusto.- se presentó ella de manera simple.
No iba a decir cosas innecesarias como su edad, su nombre era más que suficiente, además, sí decía su edad seguro él se iba a sorprender ya que aparenta ser mucho más joven de lo que es (según ella)
-Victoria, sé que es atrevido de mi parte ya que es nuestro primer encuentro y presentación, pero debo decir que es una mujer muy hermosa y me pierdo con solamente mirarla, así que, ¿tendría una cita conmigo en otra ocasión?- preguntó el hombre, intentando no ver a su reina, sólo ver a ésa mujer con carácter fuerte.
Victoria abrió su boca, lista para rechazarlo, pero se detuvo y lo medito por unos segundos.
No tenía motivo para rechazarlo, después de todo, cine, helado y cena gratis, total sí se le declara, lo rechaza al final del día y ya.
-Claro, ¿por qué no?
Hoy estoy con unas tontas a las que llamó amiga, pero otro día estaría bien.- dijo la pelimorado con una leve sonrisa malvada.
El hombre al oír éso, se alegro y levantó sus brazos al cielo, alegré.
Ella aceptó, ella aceptó salir con él, un atractivo hombre que era codiciado y amado por todos.
El poder del encanto es tan peligroso.
Mientras el hombre se veía felíz, Victoria sonreía de manera malvada.
No sabía por qué estaba tan contento, ¿qué no entendía que al final de ésa cita lo iba a rechazar?
Ella es una villana y nadie puede tener su corazón, nadie.
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Una ventana en un segundo piso fue abierta, asomandose una niña de 5 años, con cabello negro y ojos verdes, con un antifaz negro y un mantel que usaba como capa, mirando con burla a las personas que pasaban por la calle.
-Éso es mis súbditos, siempre estén por debajo de mí como las hormigas insignificantes que son ¡muajaja!- exclamó mientras reía de manera malvada.
El mundo era suyo y no había nada ni nadie que la detenga.
Algo goleó la cabeza de la niña y luego algo agarró su capa y la empujó para atrás, haciendo que retroceda mientras se tocaba su dolida cabeza.
-Mami, dolió.- dijo con los ojos llorosos mientras veía a su madre.
-¿Sí? ¿Cuántas veces te dije que no te acerques a jugar a la ventana? ¿Y sí te caes y terminas igual de tonto que tu padre?- preguntó la madre de la pequeña, con seriedad.
-¿Alguien llamó a un tonto?
Y a la habitación llegó un hombre vestido de superhéroe, haciendo que la niña se olvidé de su dolor y lo voltee a ver, en guardia.
-El peligroso héroe Guerrero Solar, ¿cómo encontraste mi guarida del mal?- preguntó la pequeña.
El héroe rió levemente y se señaló con su pulgar.
-No hay nada que el bien no pueda hacer, ahora rindete, tu, villana, que es hora de almorzar.- dijo el ojiazul.
-¡Jamás!
No seguiré las ordenes de un niño bueno, jamás.- dijo la pequeña, cerrando sus puños.
La mujer que veía como su hija y marido pronto se pusieron a "pelear", antes de ir a almorzar, dio un suspiro profundo mientras se cubría los ojos con una mano y negaba.
Creyó dar a luz a sólo una niña hace un par de años, pero al parecer se equivocó ya que ése "hombre", era igual o peor que un niño, pero los soportaba a ambos por que los amaba, después de todo, hasta una ex villana tiene corazón.