A menudo, se podía ver en parque de Londres a jóvenes casaderas y a sus madres contorneándose como animales en celo acechando a todo hombre con título, luciendo sus mejores atuendos y sus sonrisas tan falsas como ellas solas. Rubí observaba desde su lugar como las madres elegían a sus presas y maquinaban la forma de poder enlazar la vida de sus hijas con ellos.
Miro todo esto y pienso: No me gusta esta situación, no quiero estar en este lugar con estas personas todos son falsos, hipócritas prefiero estar en mi casa con un buen libro. Es como una jungla! donde las madres cazaderas son como las llenas y los hombres son la presa de su hambre voraz por sus riquezas y títulos nobles.
¡Solo quiero comerme un panecillo tranquila sin tanta parafernalia!
Es acaso mucho pedir.
Miro a mi madre y la desconozco es otra más de ellas.
¡No hagas esto!
¿Cómo se te ocurre decir algo así?
¡Rubí tu postura!
¡Rubí tus modales!
A este paso no encontraras nunca un marido, todo eso lo imagino con su voz chillona son insoportables.
Miro el paisaje a mi alrededor, veo a los hombres que pasean por él y no me imagino compartiendo mi vida con algo de ellos, son todos unos idiotas que solo piensan en tener sexo con una mujer y que sirvan de decoración en la casa un ornamento más.
Salgo de mis pensamientos y escucho hablar a mi madre de un tal lord Gideon, que es uno del más adinerado e influyente de todo Londres. Con él va su amigo lord Claus, otro noble de buena cuna y bastante influyente.
Todas las madres se ponen a murmurar y buscar la manera de llamar su atención para que puedan vernos bien es como si nos vendieran al mejor postor como si fuéramos un objeto. Nuestros sentimientos no importan en lo absoluto, solo importa el dinero y el título que tengas eso es lo que te exige esta sociedad.
GIDEON
Me encuentro de camino con Claus al parque, nunca cambia siempre buscando el placer y la manera de divertirse, nos parecemos mucho, pero desde que tome el ducado he podido madurar un poco y ya no tengo el tiempo para divertirme y disfrutar como antes mi buen amigo aunque ya tomo el ducado no ha cambiado en lo absoluto como me gustaría ser como el muchas veces.