El corazon de una bruja maldita

-Quédate

POV: GENEVIEVE

Tenía enfrente un hombre tan enojado que podría mirar como una vena se marcaba en su frente y sus orejas se volvían rojas. Su cabello ondulado era creciente y sus mejillas tenían pecas.

Feredik era tan hermoso que no había belleza que se igualara, para mí, nadie podría reemplazar su presencia por otra. Él era el ser mágico perfecto a mis ojos.

Estaba en mi castillo cuando Feredik se transportó para enfrentarme. Tenía tres días que no hablaba con él.

Venía con pasos rápidos, la cara tan roja como su cabello y ambas manos a su lado. Mantenía pasos firmes caminando en mi dirección. El ceño fruncido me alertó que esto no sería una conversación amistosa.

Feredik y yo teníamos una buena relación, pero después que acepte ir al campamento, nuestras conversaciones habían sido un campo de batalla. Pero hoy, le daría al fin un ultimátum.

—Recuerda a quien le dirigirás la palabra— advertí, uniendo las manos en mi regazo.

Estaba sentada en el trono. Un gran asiento de oro macizo tallado por brujas imperiales hace al menos 4.500 años. El rojo en el tapiz y las paredes de mármol hacían que yo fuese el objeto con menos valor en el lugar. Las columnas se unían a los altos techos y los ventanales estaban decorados con imágenes de la guerra.

— ¿Por qué estás haciendo caso omiso a mis cartas?—pregunto, aun caminando en mi dirección—¿Cuándo has decidido ignorarme? Ahora que hay un reisel en tu vida, soy solo un cero a la izquierda.

—Oh cariño. ¿Por qué piensas eso? Eres irremplazable en mi vida— dije en un susurro.

—¡¿Entonces porque nunca me dices nada?!—alzo su voz, de pie en medio del salón.

—Tu reina no debe darte explicaciones—me coloqué de pie, bajando las escaleras que estaban adornadas por alfombras— Cuida tus palabras.

—Una reina no me diría donde está pasando las noches— Feredik se alzó ante mí— Pero mi hermana si.

Feredik era un hombre con un carácter arrasador y temple de acero. Cuando apenas era un bebe supe que él sería el sucesor al trono. Nunca mi remplazo, pero si el comienzo de una nueva era. No solo por ser sangre de mi sangre. Cuando nació la magia se dividió y volvió a unirse, mi corazón se hinchó y mi vida cambió.

Para muchos, era un guardia con demasiado sentido de la autoridad, pero para mí, era el próximo rey. Lo había criado para ser un buen hombre, un esposo amoroso y un rey bondadoso.

Pero cuando mi enfermedad empero hace algunos meses, se había convertido en este ogro que no le importaba su entorno. Me había confesado que tenía miedo, pero ese miedo nos estaba destruyendo a los dos. Su miedo estaba arrasando con nuestra hermandad.

Cada que pensaba que no podría ver cómo sería su ascenso al trono, mis horas eran grises. Quería mirar como caminaba en este pasillo y todos se arrodillaban ante él. Mi pequeño niño, ojalá pudiese tomar ese miedo, pero ni siquiera podía controlar el mío.

—Debes respirar hermano, podría fallar tu corazón—dije, dando un paso al frente.

—¡He pedido!-.

— ¡Aún no estoy muerta! ¡Yo soy la reina!— lo apunté, dando otro paso hacia él— ¡Tu reina!. ¡Así que, si deseas tomar la autoridad de un príncipe, debes ser digno de tal título!.

Feredik se quedó callado. Mantenía las manos detrás de la espalda, respiraba de forma agitada y me miraba de forma fija. Él no siguió protestando pero nunca bajo la mirada.

—¡No permitiré que levantes tu voz contra mí, si deseas realizar alguna protesta, como tu reina lo acepto, pero no permito que el hombre que crie me falte el respeto como mujer¡—grite, reclamando sus acciones—Soy tu reina Feredik, pero, antes de eso soy tu hermana, la mujer que ha dado su vida por tu bienestar!.

Aún me miraba a los ojos, pero ahora su mandíbula se apretaba con rabia.

—¡Si deseas protestar sobre mi mandato, deja de ser un cobarde y no seas un guardia, sé el príncipe heredero!—dije, dejando de apuntarlo—¡Desde que llegamos a ese campamento, dejaste de ser mi hermano, eres un hombre insoportable y gruñón! Sé que temes, pero, de igual forma moriré, aceptadlo de una vez y toma el trono, ambos sabemos que serías un buen rey.

Feredik se movió con lentitud, mientras me miraba y negaba.

—¡Dime, Feredik Ann Avalon, ¿Necesitábamos llegar a estos extremos?!— mis palabras salían con fuerza—¡Nunca me has gritado de esa forma!.

Le di la espalda, ignorando su expresión de rabia. Me senté en el mismo lugar. Fingí que mis rodillas no dolían y mi garganta, ojos y labios no picaban. Tenía ganas de llorar y detestaba la sensación que ahora me rodeaba.

Mire al hombre que se acercaba para detenerse enfrente mío. Feredik, nombre que le coloque porque Federico me parecía idiota y demasiado humano para un príncipe. Era el único hombre que amaba, pero, en estos momentos podría golpear sin cesar.

Feredik se colocó derecho y me miro a los ojos.

—Debemos hablar, hermana—susurro, igual de rojo— Esta situación es insostenible para ambos.

—¡¿Qué quieres hablar?!— pregunte, alzando mi voz— Podríamos comenzar que te comportas como un idiota y me faltas el respeto cada que puedes. Lo juro Feredik, otra protesta y te dejaré en este castillo.

—Soy un adulto, no puedes amenazarme con castigarme.

—Creo que eres un estúpido y deberías aprender a cerrar la boca—conteste, enojada— Además, de ahora en adelante me limpiaré con tus opciones cada que vaya al retrete.

Feredik seguía mirándome con cuidado.

—Creo que fue un error que fuésemos a ese campamento—susurro, aun sin quitarme los ojos de encima—Míranos, ahora separados.

—No, en realidad no lo fue. Hice un amigo.

Feredik me miro de forma extraña, como si mis palabras fuesen imposibles de creer.

—¿Estamos hablando sobre tu reisel?—pregunto, cruzando los brazos sobre su pecho— ¿Estás hablando en serio?.

Asentí como respuesta.

—¿Por qué te parece poco creíble? Soy una mujer que le gusta conversar, me gusta estar rodeada de gente— coloque mi espalda derecha— ¿Crees que eres el único que puedes relacionarte con cada raza?.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.