Capítulo 9: La Espada y la Corona

La advertencia del mensaje no abandonaba la mente de Isabella. "La tormenta caerá antes de la boda." Pero ¿qué significaba exactamente?

Esa misma noche, después del banquete, Isabella se reunió con Gabriel en una de las torres más altas del castillo. La luna iluminaba su expresión seria mientras él examinaba el pergamino por enésima vez.

—Podría tratarse de un engaño —dijo ella, cruzando los brazos—. Una trampa para sembrar el miedo.

—O podría ser una advertencia real —respondió Gabriel con calma—. En ambos casos, no podemos ignorarlo.

Isabella suspiró.

—Si quisieran evitar la boda, ¿cómo lo harían? ¿Un intento de asesinato? ¿Un levantamiento?

Gabriel guardó silencio antes de responder.

—No lo sé, pero si atacan, no lo harán en el campo de batalla. Lo harán en la corte, donde la traición es más letal que una espada.

Sus palabras la hicieron estremecer. Siempre había sabido que la nobleza jugaba sucio, pero nunca había sentido tan de cerca el peligro.

Gabriel se acercó un paso más.

—Debemos adelantarnos. Saber quién es nuestro enemigo antes de que actúe.

—¿Cómo? —preguntó Isabella.

—Usando lo que ellos mismos usan contra nosotros: información.

Isabella lo miró con cautela.

—¿Sugieres espiar a la nobleza?

Gabriel esbozó una leve sonrisa.

—Sugiero escuchar. Las palabras pueden ser más reveladoras que las espadas.

Isabella sintió una extraña emoción recorrer su pecho. Por primera vez, no estaba sola en esta lucha.

—Entonces empecemos —dijo con determinación.

Gabriel inclinó la cabeza en señal de aprobación.

La tormenta se acercaba, pero esta vez, no los encontraría desprevenidos.