El Corazón del Duque

Capítulo 14: Rostros de la Traición

Los guardias llegaron rápidamente al lugar del ataque. Gabriel mantenía a uno de los agresores inmovilizado contra el suelo, mientras que Isabella apuntaba su espada al otro.

—¡¿Qué significa esto?! —rugió Lord Reynald al llegar con un grupo de nobles. Su mirada se posó en los dos hombres capturados y luego en Gabriel—. ¿Estáis bien, duque?

Gabriel no respondió de inmediato. Su mirada se fijó en los rostros tensos de algunos nobles. Había expectación, pero no sorpresa.

—Estoy bien —respondió finalmente, con voz fría—. Pero parece que alguien en esta corte ha decidido que no debería vivir para mi boda.

Un murmullo se extendió entre los presentes. Isabella desmontó con elegancia y se acercó al atacante que tenía retenido.

—¿Quién os envió? —preguntó con dureza.

El hombre, con el labio partido y el rostro ensangrentado, bajó la mirada. No hablaría fácilmente.

El rey Edric y la reina Elena llegaron poco después, alertados por la conmoción. Al ver la escena, el monarca frunció el ceño.

—Exijo una explicación —ordenó con voz autoritaria.

Gabriel se inclinó con respeto.

—Majestad, estos hombres intentaron asesinarme. Es evidente que alguien en la corte les pagó para hacerlo.

El rey miró a los prisioneros con severidad.

—Llevadlos a los calabozos. Se usará cualquier método necesario para obtener la verdad.

Los guardias se los llevaron, pero Isabella notó cómo Lord Reynald apartaba la vista y cómo Lady Vivienne se aferraba demasiado fuerte a su abanico.

Alguien en ese círculo de nobles era el responsable.

Cuando la multitud comenzó a dispersarse, Gabriel se acercó a Isabella y le susurró:

—Ahora sabemos que no actuarán solos.

Ella asintió.

—Y cuando el verdadero traidor cometa un error… estaremos listos.




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