El Corazón Del Invierno (saga Corazones De Cristal #1)

Capítulo 4: La Garra del Protectorado.

I. La Revelación de la Fuga

El sol, un pálido disco de latón, apenas asomaba sobre las montañas cuando el Capitán Yorven, líder de la guarnición de Eldoria, irrumpió en la enfermería. El lecho que había ocupado el misterioso viajero Kael estaba vacío, y junto a él, un pequeño paquete de las preciadas hierbas de Lyra había desaparecido.

Yorven, un hombre cuyo rostro estaba permanentemente marcado por la disciplina y la cicatriz de escarcha, rugió.

—¡Revisen cada casa! ¡Nadie sale de Eldoria sin permiso! ¡Ella no puede haber ido lejos!

La abuela de Lyra, al despertar y ver la nota apresurada de su nieta, solo pudo sollozar en silencio. Pero Yorven no creyó en la inocencia. Él ya había sospechado del calor inusual de Lyra y de la mirada extraña del forastero.

—El viajero no-marcado se ha fugado, y la sanadora más cálida del pueblo desaparece con él. ¡Es una bruja y una traidora! ¡Deben estar yendo al Norte, hacia el Pico Silencioso! ¡A caballo!

### II. El Descanso Inquieto

Mientras tanto, Lyra y Kael habían logrado un ascenso significativo. Se refugiaron en una cueva estrecha, un escondite temporal. Lyra, exhausta por la adrenalina y el esfuerzo, se acurrucó, usando la capa de lobo de Kael. Él no se había movido, sentado en la entrada, sus ojos de cristal escaneando el horizonte gris.

Lyra encendió el cristal de escarcha que Kael le había dado. El calor era débil, pero bienvenido.

—El Protectorado nos seguirá —dijo Lyra, su voz quebrada por el cansancio.

—No son rápidos en la nieve. Pero Yorven sí. Él te teme. O teme a lo que representas —respondió Kael, sin mirarla.

—¿Y tú no me temes?

Kael volteó, sus ojos fijos en la pequeña llama de calor que emanaba de la sanadora.
—Te temo más de lo que temo a la muerte, Lyra. Tu calor es lo único en este reino que puede derretir la prisión de mi alma. Y mi alma está atada a algo que juré liberar.

Lyra se estremeció. La ambigüedad de sus palabras era más fría que el clima. **¿La protegía o la usaba?** La atracción era un tirón peligroso hacia la inevitable traición.

### III. El Sonido de la Persecución

La respuesta llegó antes de que pudieran descansar. Un sonido sutil pero inconfundible: el golpe amortiguado de cascos en la nieve endurecida.

—Caballos —siseó Kael, poniéndose de pie con la gracia tensa de un depredador—. Yorven no es estúpido, ha tomado el sendero de invierno.

Kael se acercó a Lyra y la tomó por el brazo. Su tacto era sorprendentemente gentil, pero firme.
—Aquí se divide la aventura y la supervivencia. Si nos quedamos, nos capturan. Si corremos, moriremos de frío.

—¿Qué propones? —preguntó Lyra.

Kael sonrió, pero esta vez no fue gélido. Fue un gesto de pura determinación, el primer signo de un guerrero al límite.
—Vamos a hacer que Yorven piense que hemos tomado las tierras bajas. Necesitarás tu fuego, Sangre de Fuego.

### IV. La Distracción Ardiente

Kael la guio a un afloramiento rocoso que dominaba el sendero por donde venían los soldados. Les dio las pocas astillas de madera que había recogido.

—Enciende esto. Usa tu calor para hacer una gran hoguera, algo que se vea desde abajo. Y corre. Yo crearé la distracción.

Lyra dudó. Hacer arder una hoguera en territorio del Protectorado era una declaración de guerra. Pero no tenía otra opción. Ella concentró el fuego interior, ese pulso cálido que normalmente usaba para sanar. Esta vez, lo impulsó con miedo. Las astillas crepitaron y se encendieron con una rapidez inusual, elevando una columna de humo espeso y oscuro.

Mientras Yorven y sus hombres se desviaban hacia la columna de humo, Kael actuó. Saltó al vacío, desapareciendo en la bruma. Lyra solo escuchó un grito ahogado y el sonido de espadas chocando, mezclado con el relincho de un caballo.

Cuando Kael reapareció, estaba ileso, pero su expresión era dura.
—He inutilizado sus caballos y bloqueado el camino. Nos perseguirán a pie, pero ganamos tiempo. Ahora, vamos a ascender. Nos dirigimos al corazón de la escarcha.

El peligro los había unido. Lyra, mirando el camino de humo que había creado con su propia magia, comprendió: estaba oficialmente fuera de la ley y atada al misterioso hombre de ojos de cristal. La aventura se había convertido en una carrera por la vida.

I. La Revelación de la Fuga

El sol, un pálido disco de latón, apenas asomaba sobre las montañas cuando el Capitán Yorven, líder de la guarnición de Eldoria, irrumpió en la enfermería. El lecho que había ocupado el misterioso viajero Kael estaba vacío, y junto a él, un pequeño paquete de las preciadas hierbas de Lyra había desaparecido.

Yorven, un hombre cuyo rostro estaba permanentemente marcado por la disciplina y la cicatriz de escarcha, rugió.

—¡Revisen cada casa! ¡Nadie sale de Eldoria sin permiso! ¡Ella no puede haber ido lejos!

La abuela de Lyra, al despertar y ver la nota apresurada de su nieta, solo pudo sollozar en silencio. Pero Yorven no creyó en la inocencia. Él ya había sospechado del calor inusual de Lyra y de la mirada extraña del forastero.

—El viajero no-marcado se ha fugado, y la sanadora más cálida del pueblo desaparece con él. ¡Es una bruja y una traidora! ¡Deben estar yendo al Norte, hacia el Pico Silencioso! ¡A caballo!

### II. El Descanso Inquieto

Mientras tanto, Lyra y Kael habían logrado un ascenso significativo. Se refugiaron en una cueva estrecha, un escondite temporal. Lyra, exhausta por la adrenalina y el esfuerzo, se acurrucó, usando la capa de lobo de Kael. Él no se había movido, sentado en la entrada, sus ojos de cristal escaneando el horizonte gris.

Lyra encendió el cristal de escarcha que Kael le había dado. El calor era débil, pero bienvenido.

—El Protectorado nos seguirá —dijo Lyra, su voz quebrada por el cansancio.

—No son rápidos en la nieve. Pero Yorven sí. Él te teme. O teme a lo que representas —respondió Kael, sin mirarla.



#1544 en Fantasía

En el texto hay: fantasia, avetura, magia amor y lucha

Editado: 19.12.2025

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