### I. El Enfrentamiento con el Guardián
El Guardián de Hielo era imponente, su figura translúcida y letal. Se movía con una gracia inhumana, sus garras de escarcha brillando con una luz mortecina.
—**El Sello debe permanecer. La Dama del Verano Olvidado nunca despertará** —siseó la criatura, su voz un eco de la voluntad de Eira.
Kael se interpuso entre Lyra y el Guardián, su espada en alto.
—Su objetivo es detenerte, Lyra. Es una extensión del Sello mismo.
El Guardián atacó primero, una ráfaga de gélido poder que heló el aire a su alrededor. Kael lo esquivó con una velocidad asombrosa, respondiendo con un golpe preciso. Su espada, hecha de un metal oscuro y extraño, chocó contra el cuerpo de hielo, emitiendo un sonido metálico.
Lyra se sentía inútil. Su calor no parecía una arma efectiva contra una criatura de hielo puro.
—¡Lyra! ¡No luches contra el hielo con fuego! ¡Lucha contra el *alma* que lo anima! —gritó Kael, mientras el Guardián lo empujaba hacia atrás con una fuerza brutal.
### II. El Despertar de la Estrategia
El Guardián lanzó una oleada de fragmentos de hielo, obligando a Kael a ponerse a la defensiva. La criatura parecía alimentarse de la desesperación, su forma creciendo ligeramente con cada golpe fallido de Kael.
—¡Necesito que lo debilites! ¡Busca su fuente! —ordenó Kael, su voz tensa por el esfuerzo.
Lyra, recordando las palabras de Kael sobre el alma que anima el hielo, miró más de cerca. La criatura no era sólida. En su pecho, bajo las capas de escarcha, había un pequeño punto brillante, una chispa de luz azul que pulsaba débilmente.
Era el **corazón de escarcha**, la esencia de su existencia.
Lyra cerró los ojos y concentró su calor. No pensó en quemar, sino en **perturbar**, en desequilibrar. Abrió los ojos y extendió una mano. Un delgado chorro de energía pulsante, como una flecha de calor invisible, se disparó hacia el punto brillante en el pecho del Guardián.
El Guardián de Hielo soltó un aullido de furia y dolor, el primer sonido no gélido que emitía. El punto brillante parpadeó, y la criatura se tambaleó, su forma de hielo resquebrajándose ligeramente.
### III. La Danza Mortal
—¡Así se hace, Sangre de Fuego! —rugió Kael, aprovechando el momento.
Con una agilidad sobrehumana, Kael se lanzó hacia el Guardián, su espada describiendo un arco perfecto. Apuntó directamente al punto que Lyra había debilitado. La hoja atravesó el hielo con un crujido estremecedor.
El Guardián se desintegró con un grito final de agonía. Los fragmentos de hielo cayeron al suelo con un tintineo, convirtiéndose rápidamente en charcos de agua helada que se evaporaron en el aire frío.
Lyra se desplomó, exhausta pero eufórica. Había usado su poder, no solo para sanar, sino para luchar.
Kael se acercó a ella, envainando su espada. La miró con una mezcla de respeto y una pizca de miedo.
—Tu poder es... más versátil de lo que incluso la Profecía anticipa. Esa no fue una llama, sino una alteración. Una pulsación. Es peligroso.
—¿Peligroso para quién? —preguntó Lyra, sintiendo la adrenalina aún recorrer sus venas.
—Para todos. Especialmente para aquellos que intenten controlarte —Kael la ayudó a ponerse de pie, su tacto ahora era más cálido, como si la batalla lo hubiera afectado—. Esa fue la **Prueba de Fe**. Ahora, el camino hacia la siguiente prueba está despejado. Pero no estamos solos.
### IV. La Sombra en la Lejanía
Antes de que Lyra pudiera preguntar, Kael la tomó del brazo y la tiró detrás de una roca. Se quedaron en silencio, el aliento contenido.
—¿Qué pasa? —susurró Lyra.
Kael no respondió. Apuntó con el mentón a lo lejos, donde la ladera de la montaña se curvaba hacia Eldoria. Una pequeña columna de humo se elevaba en la distancia, y el sonido débil de cuernos de caza perforó el aire.
—Yorven. Él ya está más cerca de lo que pensé. Nos ganamos un poco de tiempo, pero no lo suficiente. Sabe que estamos en la montaña. Y no se detendrá hasta encontrarte.
Lyra tragó saliva. Acababan de superar un guardián mágico, pero la amenaza humana, el Protectorado, era aún más inmediata. Estaban atrapados entre el pasado mágico y el presente mortal.