Capítulo 16: El Precio del Sello y la Vida Prestada.

### I. Las Cenizas de la Batalla

El silencio en el Jardín Olvidado era tan denso que resultaba ensordecedor. Lyra yacía en el suelo de musgo, exhausta, sintiendo la punzada helada de la runa de escarcha negra en su pecho. El espíritu del Rey Liche estaba contenido, pero no destruido; era un huésped frío y hambriento.

Sostuvo el cuerpo de Kael. Su piel, ahora sin la escarcha oscura de la posesión, era de un blanco marmóreo, y su pulso era imperceptible. Había cumplido su promesa de romper la línea, y Kael había pagado el precio.

El dolor que la había impulsado a la victoria ahora la consumía.

—Te amo —susurró Lyra, con lágrimas cálidas cayendo sobre el rostro gélido de Kael.

Instintivamente, su mano de sanadora se posó sobre el lugar donde había infligido la herida. No había sangre, solo un leve hundimiento en el pecho de Kael. Su fuego, debilitado, se centró en un acto desesperado, no de sanación, sino de **devolución de la vida**. Ella le dio la parte de su calor que aún no estaba contaminada por el espíritu de Kyrin.

### II. La Intervención del Corazón

En ese instante, los fragmentos dispersos del **Corazón de Cristal** reaccionaron. Los cristales, restos de la vida y el sacrificio de Eira, emitieron una última y suave luz roja. Esta luz se dirigió a Kael, mezclándose con el calor de Lyra.

El cuerpo de Kael se estremeció. Lyra sintió que una parte de ella, la parte pura de la **Sangre de Fuego**, se transfería, reemplazando el vacío dejado por la escarcha oscura en él.

Kael tosió, su pulso regresando como un latido lento e intermitente. Abrió sus ojos de cristal. Había confusión, dolor, y una profunda tristeza, pero la vida había regresado.

—Lyra... —murmuró, su voz apenas un suspiro.

—Estás vivo —dijo ella, con una mezcla de alivio y renovado dolor. El destino de la Profecía se había torcido. Kael estaba vivo, pero Lyra había perdido una parte de sí misma y había ganado un prisionero eterno.

### III. La Advertencia Gélida

Kael se levantó lentamente, sintiendo el vacío donde el espíritu de su padre había estado. Miró a Lyra, sus ojos fijos en la runa negra de escarcha en su pecho.

—Lo hiciste. Elegiste la Sombra —Kael se acercó a ella. Su toque ahora no era gélido, sino simplemente frío. Ya no había magia oscura.

Lyra asintió, su propio fuego ahora templado y frío debido a la presencia de Kyrin.
—El Liche está en mí. Lo tengo sellado. Es la única forma de que permanezca contenido. El Invierno se irá lentamente, pero yo soy ahora la prisión.

Kael leyó el dolor y el sacrificio en su rostro, la prueba de que su traición había sido un acto de amor desesperado.

—El Sello no es fuerte, Lyra. Kyrin intentará escapar. Y él usará tu dolor, tu amor, tu miedo, para debilitarte. **Cada vez que uses tu fuego, él lo sentirá. Cada vez que toques el hielo, él te atraerá**.

Lyra y Kael se miraron. El amor era real, pero ahora era una condena. Ella lo había salvado de su padre y de la muerte, pero se había condenado a sí misma a una guerra interna constante.

### IV. Un Mundo sin Liche

Dejaron el Jardín Olvidado, la cámara sellándose detrás de ellos con una capa de hielo opaco. Al salir al Pico Silencioso, el aire se sentía extrañamente templado. El Invierno no había desaparecido, pero su crueldad se había ido.