El corazón manda

Capítulo 5: Allison

Allison

Veo al señor Stone y a la señora Minerva irse y me siento aliviada.


Esa bruja quería culpar a Ian de un error que ella cometió, siempre hace lo mismo, pero esta vez no se salió con la suya.

Tenerla a ella de jefa es horrible. Nos trata pésimo, nos grita, al mínimo error nos quita cierta cantidad de sueldo, siempre anda de malas, pero en frente de Kaden o del director del hotel, el señor Zachary, es un amor, por eso ella se abusa cuando él no está aquí. Solo espero que Kaden la reprenda como merece, después de todo solo él y el director del hotel lo pueden hacer.


–Siento que me voy a desmayar. _Suspira Ian, recostandose en el mostrador de la recepción.


Ian es botones en el hotel y mi mejor amigo. Él es increíblemente atractivo con su cabello rubio, ojos azules claros, una sonrisa coqueta y un cuerpo que cualquier hombre envidiaría. Es soltero, dice que no puede reservarse para una sola mujer, pero espero que llegue alguien que le dé un giro completo a su vida.


–Lo sé cielo, yo estoy igual. _Digo y también me recuesto en el mostrador.


–Si, pero las razones tuyas son diferentes a las mías. _Dice con una sonrisa que no me da buena espina.


–¿Qué quieres decir? _Frunzo el ceño.


–Que yo me voy a desmayar del susto, creí que de ese problema no me escapaba, en cambio tú, mi querida Allison, te vas a desmayar, pero por cierto jefe que no te quitaba la mirada de encima. _Cruza una mirada cómplice con Elena, la recepcionista del hotel y ambos me sonriendo como el gato que se comió al ratón.


–No seas ridículo Ian. _Me enderezo y miro a Elena. –Y tú, no le sigas la corriente que ya sabes cómo es, siempre me anda buscando un romance.


Elena se ríe y dice:


–Tienes razón, pero Ian también. El jefe y tú no paraba de enviarse miradas, hasta quedaste con la boca abierta cuando lo viste. _Ambos se ríen por lo bajo, siento como mi rostro se pone caliente de vergüenza y me pongo nerviosa.


–Bu…Bueno, es que é…él. _Paro de hablar y me retuerzo las manos. No sé si contarles lo que pasó en la fiesta.


–¿Qué? ¿Él que?. _Pregunta Ian.


–É…Él, en la fi…fiesta _Me detengo y los observo. No debería decir nada, después de todo ese beso fue algo sin importancia, un error.


–Allison, habla, cualquiera diría que pasó algo entre él y tú.  _Se desespera Elena.


Al ver que me quedó callada ambos me ven con ojos como platos, se miran entre sí y luego me miran de nuevo.


–Un momento. _Exige Elena. –Tú trabajaste anoche en el cumpleaños del señor Kaden, tú me dijiste que harías un turno.


–Ohh, ¡No puede ser! _Murmura Ian. –Gracias al cielo. _Dice alzando los brazos. –Pensé que eras asexual.


De repente veo a Kaden por detrás de Ian y le hago señas a Ian para que pare de hablar, pero en vez de callarse se cruza de brazos y me espeta:


–No me mires así. Sabes que tengo razón, nunca le das una oportunidad a alguien. Se te han acercado varios hombres para invitarte a salir y siempre los rechazas. Nunca…


–Ian… _Interviene Elena mientras que Kaden se detiene a pocos centímetros por detrás de Ian, escuchando lo que dice.


–Espera Elena. _Ni siquiera la deja decir nada y sigue con su discurso. –Nunca le haces caso a nadie, pero ya veo la razón, tus gustos son extravagantes, te fijas nada más y nada menos que en el jefe, cantante del momento y dueño de este hotel.


Kaden abre sus ojos verdes más de lo normal y me mira, inmediatamente me pongo roja de la vergüenza, solo deseo desaparecer.


–Ian, ¿Quieres cerrar el pico? _Le dice Elena entre dientes. –Estás metiendo la pata.


–No creo que Allison se enoje conmigo por decirle la verdad. Si más bien me alegro de que al fin muestre interés por alguien, aunque sea algo imposible que el jefe se fije… _Kaden tose intencionalmente, interrumpiendo así a Ian, quien abre los ojos exageradamente y nos queda viendo a Elena y a mí sin querer voltearse hacia Kaden.


–Señorita… _Kaden camina hacia mi.


–Soy Allison Evans, señor. _Le digo al ver que espera que me presente.


–Señorita Evans, solo quería decirle que no tiene que ir a la oficina de la señora Minerva como ella le había ordenado, ya resolví el problema así que no se preocupe por eso. _Elena e Ian me hacen muecas de besos y corazones desde atrás de Kaden, les frunzo el ceño y Kaden al notar eso mira hacia ellos y los atrapa haciendo las muecas, ellos inmediatamente se ponen serios como si no pasará nada.


Cuando Kaden se voltea hacia mi, lo hace con una sonrisa coqueta que asegura que escuchó todo lo que Ian dijo y que le hace gracia los gestos que hacían esos dos. Saber eso me hace sentir más vergüenza aún.


–Gracias señor. _Le digo, después de todo me salvó de enfrentarme a esa bruja. Seguro que está muy enojada y peor si Kaden la regañó.




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