Cuando llegamos al restaurante estaciono y me bajo del auto, lo rodeo para abrirle la puerta a Allison. Cuando lo hago le extiendo mi mano para que la tome y ayudarle a bajar, ella me regala una sonrisa de agradecimiento cuando la toma y sale del auto.
Es inevitable que mis ojos se dirijan a sus piernas, son espectaculares. Desvío la mirada rápidamente para que no se de cuenta que observaba sus piernas y así no hacerla sentir incómoda.
El lugar donde la traje a cenar es el Popina Gentium, es un restaurante moderno que sirve platillos de casi todo el mundo, cuenta con las tres estrellas michelines desde hace casi diez años, lo que lo posiciona entre uno de los mejores restaurantes a nivel mundial, por esa razón para poder obtener una mesa hay que reservar con un mínimo de dos meses de anticipación, aunque hay personas con las que hacen excepciones, como por ejemplo conmigo.
El Popina Gentium es un restaurante de fachada moderna por dentro, pero por fuera es un poco rústico ya que está revestido de ladrillos rojos dando una vista urbana, sin embargo, una vez dentro todo cambia al lujo. El salón es de paredes blancas decoradas con pinturas abstractas de artistas de muchos países, el piso es gris oscuro, siempre limpio y brillante, las mesas son negras y las sillas son de un gris perla claro. En el centro del salón hay una lámpara araña gigante que ilumina todo el lugar en un tono tenue haciendo que el ambiente se vea misterioso y romántico, aparte de dar la sensación de privacidad. Sobre cada mesa hay una pequeña lámpara circular guindando que los clientes pueden encender si quieren.
Cuando entramos nos recibe una mujer rubia de unos treinta y cinco años, está vestida elegantemente con un vestido negro y nos ofrece una sonrisa que, aunque estoy seguro que es ensayada parece totalmente sincera.
-Buenas noches, bienvenidos a Popina Gentium. ¿A nombre de quién tienen la reservación? _Pregunta la anfitriona, desbloquea su tablet para buscarnos en la lista de reservaciones supongo.
Me pongo un poco incómodo, el que siempre me ha atendido es Giorgio, él es el gerente y anfitrión del lugar y me aseguró que el dueño del restaurante es un gran seguidor mío y exigió que cada vez que yo viniera obtuviera una mesa.
-No hicimos reservación. _Le digo. Allison y la rubia me miran boquiabiertas sin dar crédito a mis palabras.
-Lo siento señor. _Dice la anfitriona luciendo confundida. -Para poder tener una mesa debe hacer una reservación con dos meses de antelación. _Allison hace un sonido como de sorpresa y luego su rostro se torna ligeramente rosado.
-Soy Kaden Stone. _Digo con la esperanza de que tal vez no reconozca mi cara, pero que mi nombre le suene. Seguro Giorgio dejó alguna indicación sobre mi. La mirada gris de la mujer se llena de reconocimiento y respiro profundo.
-¿Usted es Kaden Stone? Mi hija lo adora, no para de escuchar sus canciones. _Expresa con una sonrisa enorme. Le devuelvo la sonrisa, pero se me borra inmediatamente cuando dice: -De verdad lo siento, pero sin reservación no puedo darles una mesa, es el reglamento del restaurante.
-Señorita, yo no necesito reservación, aquí me conocen, ¿puede llamar a Giorgio o al señor Lantinni? _Él señor Lantinni es el dueño del Popina Gentium. Siento como Allison está tensa desde que la anfitriona nos negó la mesa y cada vez se pone más roja.
Esto está siendo un verdadero desastre.
-Lo siento, pero ninguno de los dos se encuentran. Si quiere…
-Lo siento señorita _Allison interrumpe a la rubia. -¿Kaden podemos hablar un momento? _Pregunta entre dientes.
-Claro. _Respondo. Nos dirigimos a la salida y le abro la puerta. Cuando estamos afuera Allison se voltea hacia mi con su rostro inundado de furia.
-¿Qué pasa? ¿Por qué estás tan enojada? _Cuestiono tomado por sorpresa al ver su expresión.
-¿¡Es una broma!? _Exclama alterada. -¿¡Es esto una broma!?
-¿Una broma? ¿qué quieres decir? No entiendo de lo que estás hablando. _Sus labios se fruncen y mira hacia todos lados excepto hacia mi. De repente asiente para si misma como si hubiese llegado a una conclusión y la decepción y tristeza pasan por su rostro, pero rápidamente eso se convierte en aceptación y determinación.
-¿Por qué me invitaste a una cita? Si ibas a hacer esto ¿por qué me invitaste? _Murmura con la vista en el suelo. Me acerco a ella y la tomo de la barbilla para que me mire.
-¿Si iba a hacer qué? Allison te invité porque te quiero conocer más ya te lo dije. De verdad no entiendo qué te pasa. _Susurro sinceramente.
-¿De verdad? ¿No estás jugando conmigo? Es que es raro que me hayas invitado, lo he pensado desde el momento en que me lo pediste.
-¿Raro por qué?
-Kaden miramos. _Ordena ella con voz despectiva. -Tu eres un cantante famoso, seguro has salido con muchas mujeres que son igual de famosas que tu, y yo, pues yo soy una mucama del hotel del que eres dueño.
-¿Y que tiene de malo que seas mucama? No le veo nada de malo. _No puedo creer que Allison se sienta menos que yo o que cualquiera por su trabajo. Es un trabajo honrado y es lo que importa.
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Editado: 11.01.2019