- De pronto hago una pregunta importante, muuuy importante y me incorporo. - ¿Estará Lucille en la junta?
- No debería, pero ya sabes su manía por meter las narices donde no la llaman, solo por ser hija de uno de los Jefes, así que seguro estará. – Me siento peor, aunque recuerdo que ella nunca vio a Luke. – No faltará de seguro David, cree que tiene todos los derechos del mundo también por andar con ella. – Ok, creo que voy a desmayarme.
Había escuchado de esa clase de días en los que nada te sale bien, teniendo a alguien muy dispuesta a jorobarme la existencia cada que pudiera, consideraba que un día realmente malo en toda la extensión de la palabra podría enfrentarlo sin problemas, soy una ilusa. Corro como loca a recepción, conseguí incluso un gancho de donde colgar el saco y una bolsa negra que lo cubra, no es elegante pero es lo único que encontré, pego una nota con el nombre de Luke Sanders.
- Hola Jaz. – Digo sin aliento a la linda recepcionista morena.
- Toma aliento querida. – Me dice con su enorme sonrisa.
- Jaz debes entregar este saco a esta persona por favor.
- ¿Luke... Luke Sanders? ¿El dueño de S&C?
- ¡Rayos! ¿Por qué todo el mundo sabe quién es Luke Sanders menos yo?- Jaz empieza a reír.
- ¿En qué mundo vives? Sanders no es solo un socio, es dueño de la mitad de la compañía, la fundó con un primo o algo así. Y tiene pinta de modelo de Dior ¿Cómo no voy a saber quién es? Suele aparecer mucho en noticias del mundo de negocios y como no, en noticias sociales. Es muy conocido.
- Vivo en una piña debajo del mar Jaz y no debí haber salido nunca de allí. – Me quejo.
- Pero tienes que decirme como es que esto es para él ¿lo conoces? – Pregunta entusiasmada y casi frenética. – Pero si es nuestro rival ¿a qué viene?
- Sí, lo conozco, pero solo de pasada y como secretaria que soy simplemente me encargué de solucionarle un imprevisto al Sr. Sanders. Su saco se manchó de... algo. Él vendrá a recepción por él y así podrás verle y sólo sé que viene pero no sé a qué.
- ¡Vaya pero que emoción! ¡qué buena amiga eres querida! Lo veré y sin saco, preferiría verlo sin camisa y mucho mejor sin pantalones. – lanzó una carcajada. – Hay fotos de él surfeando en Hawái, de infarto Ken, el tipo es de infarto.
- Lo sé. – Susurro.
- ¿Cómo?
- Que seguro sí. Debo irme y por tu vida. – Me acerco en plan conspirador – No digas que yo traje esto, puede peligrar mi empleo.
- Claro, claro querida.
Paso uno a seguir: entrega del saco y silencio de Jaz. Listo.
Paso dos a seguir: retocarme el maquillaje en el baño de damas. Si se viene el desastre que no me agarre con el rímel o el labial corrido. Listo.
Paso tres a seguir: tomar un té de valeriana o tila. Casi le pido a Jaime uno de los Ingenieros de mi departamento que me regale un Valium, debido a la enorme carga de trabajo de meses pasados, el pobre pagó las consecuencias. Es un poco débil y dado al histrionismo, añádanle nervios e hipocondría, el resultado es taraaaan: Valium. Me abstengo, no creo sea buena idea, además me preguntará por que quiero una de sus pastillitas milagrosas.
Paso cuatro a seguir: preparar todo para la presentación en la sala de juntas. Lo hago con anticipación y con precisión enfermiza. Listo.
Paso cinco a seguir: ser invisible. Estaré antes de que entren todos, me escudaré en alguno de los muchos que estarán de pie, porque se ha corrido la voz y medio mundo quiere entrar aunque sea para ver el momento icónico en que ambas empresas inicien su fusión en el proyecto. Así que cuando las luces se apaguen, simplemente apretaré los botones correspondientes y la presentación tendrá lugar y punto final, al encenderse las luces saldré primera y listo. Falta media hora para la junta, se espera que dure una hora aproximadamente, pues solo son las presentaciones mutuas. Mejor voy por ese té.
Una hora después.
El caos.
Todo el mundo me mira.
No atino a decir nada.
Bueno Crissa, no llegaré a cumplir mi meta de durar dos años más aquí.
Lucille debería estar feliz de al fin poder verme lejos, parece terriblemente molesta.
Quiero gritar y estoy a punto de hacerlo.
- Así que durmiendo con el enemigo eh Kendra. – Suelta David enfrente de todos. – Ya decía yo que su cara me lucía familiar.
- ¿Cómo pudiste? – Exclama Lucille cual virgen ofendida de la edad media.
- ¿Algo que decir? – Dice el padre de Lucille. El jefe de todos, dueño para más datos de la compañía. – Haz sido empleada nuestra todos estos años, la empresa ha hecho tanto por ti.
¿Perdón? ¿La empresa ha hecho tanto por mí? Bueno, darme empleo y más nada. ¿Por qué todo el mundo se cree con derecho a juzgarme? Vale, algunos me ven con curiosidad, otros con morbo y hay otros que con lastima.
Empieza a crecer un enorme sentimiento de furia dentro de mí. No puedo reprimirlo más. Voy a hablar. Voy a vomitar todo lo que tengo dentro.
Luke me observa con el ceño fruncido, se ve su cara de preocupación, bueno, lo siento. No era lo que quería que pasara, lamento arruinar las cosas. Pero, esto es demasiado para tener que soportarlo con la cabeza gacha, así que...