~Matías~
A la caída del sol, cada uno de nosotros recibió un mensaje de las chicas detallando nuestro código de vestimenta para esta noche. Ninguno sabía lo que nos podíamos encontrar, pero la intriga nos consumía, así que, con los nervios a flor de piel, seguimos las indicaciones al pie de la letra.
Al anochecer, nos reunimos al comienzo de la arboleda, donde nos encontramos con mi padre, Eloy, Adriano, Austin y algunos otros.
—¿Qué traman esta vez, papá? —pregunté, y con una pícara sonrisa respondió:
—Tenéis que poneros esto si queréis avanzar. —Todos sacaron unos pañuelos de satén negro.
—Pero quedáis advertidos: nada de usar vuestros poderes de híbrido o vampiro. Si lo hacéis, todo se cancela —intervino Eloy.
—Grrr, está bien —gruñimos al unísono. Segundos después, nuestros ojos fueron vendados.
—Nosotros los guiaremos a través del bosque —agregó Adriano.
~Alessandra~
A pesar de que fue nuestra idea y de que hemos tenido una semana para prepararnos, estábamos impacientes, con nuestros corazones latiendo con celeridad en nuestro pecho.
Con expectativa y anhelo esperábamos verlos llegar, imaginando la reacción de sorpresa, deseo y celos incontenibles que tendrían al descubrir la noche que íbamos a compartir. Anticipábamos con un escalofrío agradable en nuestra espina dorsal, mientras un exquisito fuego interior avivaba nuestra excitación. Imaginábamos cómo sus ojos brillarían y lo mucho que les costaría mantener el control de su lobo con sus intentos de romper las cuerdas que los retendrían, con el deseo insaciable de hacernos suyas.
Los vimos emerger de entre las sombras, siendo guiados por mi padre y los demás. Enseguida nos percatamos que siguieron nuestras instrucciones: vestían jeans oscuros ajustados y camisas manga corta de botones, cada uno un color diferente. Matías llevaba una azul que se ajustaba a la perfección a su figura. Tres de los botones en la parte superior permanecían sin abrochar, revelando sutilmente el contorno de sus pectorales con una elegancia despreocupada; la tela se estira ligeramente sobre su pecho, resaltando cada uno de sus músculos.
Los dejaron en el umbral de la entrada principal y se marcharon. Tomé a mi esposo de la mano para ayudarlo a entrar a la vivienda; al instante, una sonrisa coqueta y segura se dibujó en su rostro. Sabía que percibiría lo que yo sentía, pero esta vez yo tenía el control.
Cada una de nosotras guiaba a su pareja al piso de arriba con cuidado. Los colocamos en su lugar, en el amplio sillón, oyendo cómo se aceleraba la respiración de ellos en cuanto los atamos de pies y manos, asegurados en el suelo que les impedía moverse.
—El dominio está en mis manos esta noche, amore —susurré con un tono de voz sensual en su oído, y posé un suave beso en su mejilla después de asegurar sus muñecas.
—Grrr —soltó un gruñido ahogado bajo.
Jessica les retiró el pañuelo de los ojos al mismo tiempo, desde nuestras posiciones.
~Derrik~
Observamos nuestro entorno una vez nos lo permitieron. La aceleración de nuestro pulso iba acrecentando; la vista se detuvo en ellas. El cuarto estaba bañado bajo una tenue luz roja, creando un ambiente íntimo y apasionado que invitaba a la complicidad.
Las chicas se encontraban en el medio, compartiendo entre ellas miradas de entusiasmo y sonrisas nerviosas, cuando el suave sonido de la música llenó el espacio, envolviéndolas en una atmosfera de seducción.
Nuestros ojos se detuvieron en sus exuberantes figuras y la fina tela de encaje que las adornaba. Algo se activó en mi interior y mi lobo despertó cuando, con movimientos suaves y sensuales, comenzaron a deslizarse por el suelo de terciopelo rojo. Alessandra tomó de la mano a mi esposa, ayudándola a levantarse y calculando cada paso como parte de la coreografía. Una inexplicable conexión se había instalado entre ellas, despertando los celos en mí cuando compartieron un delicado beso. Miré a mi derecha y observé que tanto Matías como yo buscábamos soltarnos, más resultó imposible. Entonces lo supimos:
—Grrr, Jessica —gruñimos al unísono.
De repente, se centraron en nosotros. Todas adoptaron la misma postura con confianza y determinación; con gestos seductores y miradas provocativas se colocaron frente a nosotros, a la suficiente distancia que nos prohibía tocarlas. Como las alfas, eran el centro de la actuación. Cada contoneo nos incitaba a querer tomar el control. Con cada movimiento, el deseo crecía en nosotros como una llama ardiente que amenazaba con consumirnos por completo.
—No, solo tocarás cuando yo lo diga alfa —susurró mi esposa al oído, mientras cubría mi torso con suaves caricias, tras desabotonar mi camisa y llevar sus manos hasta el borde de mis pantalones, antes de que las demás se alejaran hacia el centro del cuarto rojo.
Sentimos las cuerdas aflojarse, cuando Jessica hizo un ligero movimiento de muñeca. Con el brillo de nuestros ojos y la determinación y el deseo palpables en el aire, una vez liberados, cada uno tomó a su mujer entre sus brazos, cargándolas por el pasillo hasta la habitación, donde dimos rienda suelta a nuestros deseos.
~Hank~
Vivo bajo el miedo constante, incapaz de olvidar los días de tortura a los que fui sometido por esa maldita bruja de la que creí haberme deshecho tiempo atrás, y a la que mi propio hijo Ethan me entregó una vez nos encontramos al otro lado del velo, vagando por aquel inmenso bosque.
No he logrado dormir una noche completa desde que me hicieron regresar a la vida, porque cada vez que cierro los ojos revivo la muerte de mi esposa, haciéndome gritar de desesperación al avanzar y no poder salvarla.
Era consciente de dónde me encontraba y de que Derrik me había preparado mi antigua habitación el día que regresé. Pero ahora mismo desearía poder estar en otro lugar que no fuera este, pues, paralizado, veía desde el rincón más oscuro de mi habitación la figura de mi esposa Hannah emerger de la oscuridad. En su mano empuñaba un cuchillo ceremonial amenazadoramente; las sombras de la noche se cernían sobre nosotros, acompañándola a cada paso. Con una fuerza sobrehumana, me puso de pie frente a ella y, mientras clavaba el cuchillo en mi pecho, dijo:
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Editado: 09.11.2024