El crepúsculo de los lobos [saga Resiliencia •2]

Fracturas del alma

~Ciara~

Hace unos días, Kevin, al enterarse de que buscaba trabajo, me sugirió que pasara por la pastelería de la esquina de su calle. A pesar de no tener experiencia, quise arriesgarme. ¡Y no van a creerlo! ¡Conseguí el trabajo! En este momento, no quepo en mí de felicidad; este empleo no es solo para mí, es una oportunidad para construir nuestra vida juntas.

Mi vida ha dado un giro completo desde que Maggie entró en mi vida. Cada detalle de ella me fascina y enamora: desde sus grandes ojos color agua marina hasta esa forma tan tierna en la que se arruga su nariz cuando se ríe. La forma en que su sedoso cabello cae suavemente sobre sus hombros y su sonrisa radiante, capaz de iluminar mis días. Pero de todo lo que me mantiene embelesada, son sus grandes y hermosos ojos en los que podría perderme perfectamente.

Sus labios, tan carnosos y tentadores, invitan a perderse en ellos con cada beso. Sus voluptuosas curvas son un tributo a la belleza en estado puro. Sin embargo, lo que realmente me cautiva es su personalidad. Maggie es risueña, con ocurrencias espontáneas y alocadas, pero con propósitos claros y un corazón generoso.

Hace unas noches, en medio de una cena, me compartió su mayor sueño, revelándome el deseo de formar una familia con su persona especial. Antes de conocerla, no había pasado por mi mente la idea de ser madre, pero tras escucharla hablar de sus anhelos, quizás he comenzado a visualizar una vida diferente, una con hijos. Siendo consciente de que todo aún es reciente, estoy decidida a trabajar incansablemente por nuestra estabilidad, felicidad y para hacer realidad su sueño más deseado.

Pero ahora que me estoy abriendo a ustedes, confieso que no todo es tan fácil. Pienso en Hunter a menudo; su recuerdo trae una mezcla de dolor y nostalgia. Compartimos un vínculo especial y un dolor que me hace consciente del daño que le he causado. Mi corazón lo quiere, pero ninguno esperaba la llegada de Maggie, que me otorgó la oportunidad de escapar de mi antigua vida. Es la única manera que conozco para proteger a Hunter, alejándolo del sombrío destino que le esperaría a mi lado.

Nosotras, por otro lado, hemos pensado en tratar de ajustar nuestros horarios de trabajo para poder tener tiempo juntas y explorar Londres de su mano. Llevo mucho tiempo en esta ciudad y aún no conozco más allá del bosque y las calles colindantes de nuestra manzana.

~Derrik~

He despertado hace escasos cinco minutos, tal vez. Nunca podré agradecerle a Scott por su ayuda. Me siento totalmente renovado; todo lo percibo magnificado: la vista, el oído, el olfato, las sensaciones, los sentimientos. Pero ahora mismo lo que más siento es esa sed que me quema. Me levanté desorientado; no he logrado ubicarme por ahora. Observaba con detenimiento la habitación en la que me hallaba cuando mi mirada se posó sobre mi padre y mi tío, quienes se han quedado dormidos en los sillones. De pronto, los recuerdos fueron llegando como flashes, lo que me hizo pensar en ella.

—Ada —me giré y la vi, pálida, dormida, con máquinas conectadas a ella para asistirla. Una mano en mi hombro me hizo sobresaltarme.

—Hijo —al girarme vi a mi padre.

—Papá, ¿cuánto llevo dormido?

—Un día. Pensábamos que tardarías menos en despertar. Nos empezamos a preocupar cuando pasó un día entero.

—Sí, sobrino, nos has dado un tremendo susto. ¿Cómo te encuentras? —añadió tío Bastián, tallándose los ojos antes de ponerse en pie.

—Muy bien, totalmente nuevo. ¿Y ella, cómo ha estado? —pregunté, con preocupación por el estado de mi mujer.

—Estable. No ha habido mejoras, pero tampoco contratiempos —contestó papá.

—Dime, ¿lo vas a hacer? —cuestionó mi tío.

—Si no lo hago, también me arrepentiré. Debo hacerlo —dije, mirándola y anhelando verla despertar.

—Todo saldrá bien, ya lo verás —me alentó papá.

No había que pensar más; estaba decidido. No podía quedarme sin hacer nada, viendo cómo se iba apagando frente a mis ojos. Me acerqué a su lado a paso lento, observándola solo por un instante, cubriendo de caricias su pálido semblante.

—Te estaré esperando con los brazos abiertos, princesa. Por favor, no puedo continuar sin ti a mi lado. Dijimos que lucharíamos siempre juntos, amor. Regresa conmigo —supliqué, con lágrimas contenidas.

Miré por un momento a mi padre y a mi tío; ambos me sonrieron con calidez. Entonces, aparté el cabello de la esquina de su cuello, donde se encontraba la primera marca, y lo hice: la marqué como híbrido. Rogando a la Diosa que esto la ayude a volver a casa.

—Ahora solo queda esperar a que despierte. Iremos a ver si en la aldea necesitan algo. Si pasa algo, llámanos.

—Está bien, estaremos bien. Muchas gracias.

—Por cierto, hijo.

—¿Sí, papá?

—Scott ha muerto —no pude ocultar mi asombro; me esperaba todo menos eso.

—¿Qué ha pasado? —pregunté, con desconcierto.

—Matías había fallecido por el veneno. Scott no quiso rendirse; en cuanto supo que había una alternativa para devolverle la vida, lo hizo. Dio su vida por su hijo.

—¿Dónde está Matías?

—Organizando el funeral de su padre y los demás caídos en Texas —intervino tío Bastián.

—¿Cómo están él y Eloy? —pregunté preocupado.

—Sorprendentemente estables. A pesar de las indicaciones médicas hacia Matías, desde temprano los hermanos han estado trabajando en equipo en la aldea. Es comprensible que quieran mantener la mente ocupada —añadió papá. —Si quieres, podemos quedarnos con ella un rato para que vayas a ver a tus amigos.

—Gracias, no tardaré —dije, saliendo rápidamente de la habitación en busca de los chicos.

~Nikolay~

Desde mi llegada a Camden y tras asegurarme de que Matías se recuperaba bien al despertar, vi correcto avisar a los demás, aunque me llevara todo el día. Desde Brent hasta Hansel, Callum, Matthew, los gemelos y los Miller en Londres, todos han sido informados del fallecimiento de Scott. Fue algo inesperado para ellos, por supuesto, pero al contarles el motivo de lo ocurrido, que un padre se había sacrificado por su hijo, quedaron conmovidos por ese acto de amor y decidieron estar presentes en su funeral. Esto me sorprendió, pues después de las pérdidas que sufrimos en nuestra última contienda, no creí que pudieran venir. Sin embargo, sé que algunos de ellos, como los gemelos y Callum, estarán llegando pronto.




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