~Ethan~
Durante mucho tiempo, fui alguien pernicioso. Cometí muchos errores y dañé a innumerables personas que no lo merecían. No me siento orgulloso de todo el mal que causé; no busco el perdón porque aquellos a quienes les arrebaté la vida no podrán regresar junto a sus familias. Ni siquiera sé si podré perdonarme a mí mismo.
Actualmente, mi vida es tranquila. Vivo entre los humanos, disfrutando de las pequeñas cosas que antes pasaba por alto: un café en la terraza de un bar, paseos por el parque al atardecer, las conversaciones casuales con vecinos o clientes en mi horario laboral. He encontrado una paz que nunca creí posible.
Y Angie... en este tiempo que nos hemos estado conociendo, se ha convertido en el sol de mi vida. Estoy locamente enamorado de mi hermosa mujer, cautivado por su risa melodiosa. Sus ojos muestran su alma pura y generosa. Amo su fortaleza y su ternura, la manera en que ve lo bueno en todo y en todos, incluso cuando yo no sé cómo hacerlo. Juntos hemos creado rutinas agradables: las caminatas al caer la tarde entre semana, cocinar juntos, leer abrazados en el sofá o perdernos entre películas hasta altas horas de la noche los fines de semana. Son cosas que no cambiaría por nada del mundo.
Aunque desconozco por qué la diosa luna consideró darme esta segunda oportunidad, me siento afortunado por ella y prometo que esta vez no será desperdiciada.
Sin embargo, con todo lo bueno, hay un miedo persistente. Angie aún no conoce mi verdadera naturaleza; no sé cómo presentarle a Mason. Por ahora, no he hallado el momento adecuado para decírselo.
Pero es inevitable que me pregunte: ¿cómo reaccionará cuando sepa mi verdadera naturaleza? ¿Me verá de la misma manera? ¿O el miedo se apoderará de ella y la hará querer alejarse para siempre? Supongo que, si se da el rechazo, sería el karma pasándome factura, y deberé aprender a vivir con ello.
Por otro lado, consciente de que puedo perderlo todo, estoy decidido y listo para ser honesto al cien por cien con ella. Quiero construir un futuro juntos, y el primer paso es la honestidad.
—Buenos días, preciosa —susurré, depositando pequeños besos en su rostro mientras la observaba con ternura, aún adormilada.
—Buenos días —respondió con una sonrisa suave.
—¿Cuánto llevas mirándome?
—Un rato, no más de diez minutos. Te veías tan relajado que no quise despertarte —dijo con voz suave. Me acerqué y le robé un beso rápido, provocando risas en ella y un alboroto de mariposas en mi estómago.
—¿Desayunamos? —pregunté, acariciando su mejilla con cariño.
—Sí, me muero de hambre.
—Bien, ve a la ducha si quieres. Prepararé el desayuno; ayer lo hiciste tú —dije poniéndome en pie.
—¿Y qué tenemos para hoy? —cuestionó desde la cama, antes de que saliera por la puerta.
—Tortitas con fruta picada, chocolate, café y zumo de naranja —contesté, viendo cómo se animaba de inmediato. Saltó de la cama y rodeó mi espalda desnuda con sus brazos, dándome un reguero de besos que enviaron un cosquilleo a través de mi piel.
—Voy a prepararme —agregó con entusiasmo. El chocolate era su debilidad; siempre la hacía sonreír como una niña. Descubrí esto en las primeras semanas de conocernos y cada vez me enamoro un poco más. Todo en ella es simplemente perfecto.
~Ryan~
De buena mañana, los nervios me carcomen. Hoy es un día muy importante, no solo para mí, sino también para Isabella. Finalmente, daré el paso y le pediré matrimonio. He planeado mi discurso durante días y ahora, con el anillo en mi bolsillo y el corazón desbocado, siento una mezcla intensa de emociones y miedo. Quiero que este momento sea perfecto para ella y que sea un día que podamos recordar siempre con una sonrisa.
Sin embargo, no todo puede ser bueno. Recibimos hace poco la devastadora noticia del fallecimiento de Scott, un alfa respetado por todos, no solo en su manada, sino también como un amigo que ha dejado un vacío en nuestros corazones con su partida. Me sentí mal por no poder ir a despedirlo como corresponde; hablé con Matías al respecto y él dijo comprenderlo. Pero le hice saber que mi tío iría en representación de toda nuestra manada. Era lo menos que podíamos hacer para honrar su memoria y brindar apoyo a la familia.
Por otro lado, estaré infinitamente agradecido a la mate de nuestro beta, Cameron, por prestarse a distraer a Isabella durante el día para que no descubra lo que mi hermano y yo estamos organizando.
—¿Cómo me veo, amor? —cuestionó Bella, al terminar de arreglarse frente al espejo.
—Estás hermosa, pequeña. Soy la envidia de toda la manada y muy afortunado por tenerte —respondí, admirando nuestro reflejo mientras la abrazaba por la espalda.
Se giró entre mis brazos para mirarme directamente a los ojos y dijo, cubriendo de caricias mi mejilla:
—Eres un ser muy especial, siempre sabes qué decir.
—Nada que no sea cierto, te lo aseguro —respondí, posando un suave beso en sus labios. —Hoy es un día solo para ti. Disfruta con Jimena del spa y no quiero que te preocupes por nada más, ¿de acuerdo?
—Prometo que lo haré. Pero si pasa algo, prométeme tú que me llamarás. Vendré de inmediato —advirtió.
—Ja, ja. Está bien, ahora ve y diviértete —nos fundimos en un beso delicado antes de que saliera por la puerta.
—¿Ya se fue la princesa? —inquirió mi hermano, apareciendo por la puerta poco después.
—Sí, se acaba de ir —contesté.
—Perfecto. Hora de la operación "Hacer que mi hermanito no parezca un desastre". ¿Por dónde empezamos, jefe?
—Dado que será en un lugar especial que mencionaste que me enseñarías, por favor, guía el camino —contesté.
—Bien. ¿Me acompañas, amor? —preguntó, ofreciéndome su brazo en jarra.
Escudriñándolo con la mirada, me reí y dije:
—Con que ahora, chismoso. ¿No te han dicho que las conversaciones ajenas no se escuchan? —con un gesto dramático, haciendo pucheros y fingiendo ofenderse, respondió:
#102 en Paranormal
#3754 en Novela romántica
amorverdadero, guerra licantroposvsvampiros, hombrelobo alfa luna mate
Editado: 15.02.2025