~Ada~
De niña, vivía en mi propio infierno, un lugar de un dolor indescriptible causado por una de las personas que debería haberme protegido. A pesar de eso, mi inocencia me instaba a mantener la esperanza. Aunque pequeña, esa esperanza había persistido con el tiempo, soñando con vivir un cuento de hadas donde podía tocar la felicidad con la punta de los dedos. Creía en la magia, en los finales felices y en el amor verdadero. A medida que iba creciendo, esos sueños se desvanecían, tornándose inalcanzables. Sin embargo, conocía una leyenda que mencionaba un hilo rojo, un lazo invisible que conectaba a las almas gemelas.
Ahora que conozco este mundo sobrenatural y formo parte de él, puedo decir que la Diosa Luna es la encargada de unir a esas dos personas. El dolor que mi padre causó dejó cicatrices irreparables, como la pérdida de mi madre, sumergiéndome en una tristeza inmensa. Pero entonces, la Diosa Luna me mostró un destello de luz, un atisbo de esperanza, demostrándome que la felicidad aún era posible, que no debía darme por vencida.
Fue cuando conocí a Derrik. Él me salvó de la oscuridad, mostrándome un mundo nuevo, lleno de posibilidades y de un amor genuino. Junto a él, descubrí lo hermoso de la vida. Siempre supe que no sería un camino fácil, pero podíamos mantenernos fuertes. Hemos enfrentado pruebas devastadoras, como la pérdida de familiares y amigos.
Pero la peor de todas ha sido la de nuestra hija, Hannah, nombrada así en honor a su abuela. No puedo mentir: cuando fui consciente de la gravedad de la situación en aquel entonces, pensé que no sería capaz de seguir adelante.
Pero, una vez más, Derrik permaneció fuerte como una roca, sosteniéndome en cada paso. Creí que ocultaba bien mi dolor, olvidando que, por nuestro vínculo, era imposible esconder mis sentimientos de mi marido. Me ofreció unas semanas para nosotros, mimándome como a una reina, siendo mi pañuelo de lágrimas en mis momentos de bajón y reforzando mi corazón con su amor incondicional. A pesar de que él también sufre, se ha mantenido fuerte, todo por no querer dejarme caer. Me ha recordado que no estoy sola, que siempre estará a mi lado, dispuesto a todo por mí.
Aunque el dolor sigue presente, debo decir que, gracias a cada gesto suyo, cada palabra de aliento, he decidido aprender a sobrellevarlo, dando un paso más hacia la recuperación.
Estas dos semanas han sido muy especiales. Hemos paseado por el bosque durante los atardeceres, cuando el sol, con su clásico color ámbar, se esconde entre los árboles y montañas. También hemos disfrutado de baños en el lago después de recorrer la zona cazando. Hemos cocinado juntos, creando no solo platos deliciosos, sino también recuerdos llenos de risas y juegos, como cuando terminamos cubiertos de mermelada de fresa, acompañados de muestras de cariño.
Los maratones de películas han sido otro de nuestros refugios. Aunque debo admitir que no soy apta para ver películas de miedo; sí, soy algo miedosa, y encontrarme acurrucada en sus brazos, buscando consuelo, ha sido de lo más reconfortante. He llorado con las películas de amor y reído hasta más no poder con las cómicas.
Tuve la idea de crear momentos especiales, relajándonos y conectándonos. Entre mis enseres, traje mis cremas y mascarillas faciales, deseando mimarlo. Compartimos sesiones de cuidado personal, llenas de suaves caricias y masajes que nos acercaron aún más. Derrik, con su ternura desbordante, preparó la bañera con sales de baño y me dio masajes con aceites corporales.
En esos instantes de intimidad, su gentileza, dulzura y admiración en su mirada me hicieron sentir la mujer más especial del mundo. Me ha hecho el amor de una manera que solo él puede, con una combinación de pasión y devoción, haciéndome sentir la más afortunada. Nos queda poco tiempo aquí, antes de regresar a casa, pero no me arrepiento de nada de lo que hemos vivido en este hermoso y tranquilo lugar. Quedará guardado como un buen recuerdo, que siempre que queramos podremos repetir.
Desperté con la luz del día filtrándose suavemente por la ventana. Al girarme, lo vi observándome con una sonrisa tierna.
—Buenos días, mi princesa —murmuró, acariciando mi mejilla con sus dedos.
Me acerqué, apoyando la cabeza en su pecho, escuchando el ritmo constante de su corazón.
—Buenos días, mi vida —contesté, levantando la cabeza para mirarlo a los ojos. Los mismos ojos con los que siempre me observa llenos de cariño me miraban con una intensidad que me hacía sentir la mujer más amada del mundo.
Nos besamos lentamente, disfrutando del momento. Sus labios eran suaves y el beso se llenaba de una mezcla de dulzura y pasión. Al separarnos, no pude evitar sonreír.
—¿Cómo has dormido? —pregunté, cubriendo de caricias su rostro.
—Durmiendo a tu lado, perfectamente —respondió, tocando la punta de mi nariz, haciendo que mi corazón se acelerara.
—Eres tan cursi —dije riendo, aunque en el fondo amo este lado de mi marido.
—Solo contigo —contestó, rodeándome con sus brazos y abrazándome fuerte.
—¿Desayunamos? —sugerí, rompiendo el silencio confortable que nos envolvía.
—Claro, pero solo si me dejas prepararte algo especial —dijo, besándome la frente antes de levantarse de la cama.
—¿Y qué tienes en mente? —cuestioné, siguiéndolo a la cocina.
—Crepes con fresas y crema batida, y un café que te hará pensar que estás en París —respondió con una sonrisa traviesa.
Lo observé mientras se movía por la cocina, preparando nuestro desayuno con una eficiencia y gracia que siempre me impresionaban. Me acerqué y lo rodeé con mis brazos desde atrás, apoyando la cabeza en su espalda.
—¿Sabes cuánto te amo? —susurré.
—Dímelo otra vez —dijo, girándose para mirarme. Sus ojos brillaban, tornándose de su habitual color ámbar.
—Te amo más de lo que las palabras pueden expresar —aseguré.
Terminamos de preparar el desayuno juntos, entre besos y risas. Nos sentamos en la mesa de la terraza, contemplando las vistas al lago, disfrutando no solo de la comida, sino de la compañía del otro.
#82 en Paranormal
#3226 en Novela romántica
amorverdadero, guerra licantroposvsvampiros, hombrelobo alfa luna mate
Editado: 23.09.2025