Capítulo 00050 Voluntaria de la razon del caos

No era algo científicamente comprobado, pero funcional y con aparentes fundamentos, en link en el mensaje no era más que información acerca de lo mismo, no sabía mucho de Keyla, no era alguien a quien le prestaba atención, solo sabía que tenía una amiga con la que hablaba mucho y que iba en la biblioteca.

Tenía curiosidad por quién lo había mandado.

Mire el techo por un momento, ingresé en la barra de búsqueda "Desapariciones recientes" mis ojos se fijaron en lo que vi en las noticias, conforme leí me di cuenta de que esto coincide con algo que ya había pasado hace tiempo.

"Hija desaparecida de una empresa multimillonaria en bancarrota" guarde el link para leerlo luego.

***

—¿No crees que eso es un poco extraño? —Observe a Andrea dar un bocado a su sándwich.

Me encogí de hombros.

—Al menos es algo, debería buscar más pruebas. —anunció, unos segundos después tomó un sorbo de jugo.

La note dudando, desvío la mirada y noté como se tensaba un poco.

—Te apoye en colarnos a la biblioteca ¿no te parece algo obsesionado lo que haces? —la mueca en su rostro me hizo tensarme un poco, deje con cuidado la botella de lado en la mesa.

—¡Claro que no! ¿¡Esas chicas están desaparecidas en algún lado y no quieres hacer nada!? —Mi mano golpeó un poco la mesa, noté como tragaba su último bocado, para suspirar de nuevo.

—Ese tipo de sucesos suceden todo el tiempo, es normal en este país—afirmó rodeando los ojos, bebió de su botella de agua y la tapo—. No entiendo por qué estás tan frustrada por ello.

Sentí un pequeño escalofrío recorrer mi columna.

—No estoy frustrada —volví a encoger me de hombros—, solo tengo curiosidad por a donde fueron. Te dije que desaparecieron en una luz—sonrei un poco y saqué algo de mi bolsillo, una piedra estaba rota, faltaba la mitad de esta, era de color gris brillante, con toques blanco y gris un poco más oscuro—, pero encontré esto. 

Alzó un poco sus cejas para negar con la cabeza. 

—¡Oh wow una piedra! —escuche su zapato golpear el piso repetidas veces de forma monótona.

—Estoy más que segura que era de Keyla. —le sonreí ignorando su sarcasmo.

Ella rió negando.

—No voy a discutir sobre esto—se levantó de repente de la mesa y recogió su basura, tomó su bolso y lo puso en su hombro—. Te veré en un rato, intenta que el tema no te carcoma la cabeza. 

Sonrió y se alejó caminando, mire la comida que me sobraba. Guarde la piedra en mi mochila junto con el empaque de comida sobrante. Las horas pasaron con aburrimiento, prestar atención a una técnica de física avanzada era agotador, no quería ver más fórmulas por hoy.

Mi conversación con Andrea en los huecos libres fue bastante simple, ninguna volvió a mencionar el tema, era más que consciente que pensaba que había soñado todo, sabía que era real, salió en las noticias.

Tenía las pruebas.

Me detuve en la puerta de ella biblioteca, no solía venir por Andrea, ella no era fanática de los libros, tenía sus motivos para ello, abrí lentamente la puerta, al estar dentro, el olor a libro viejo y libro nuevo entro en mis fosas nasales combinado un un ligero perfume de coco, mi vista se centró en la esbelta mujer, apariencia bastante joven.

—¿Qué libro vienes a buscar? —Soltó con tono plano, mientras sacaba libros de las estanterías y los colocaba en la mesa.

Hice una mueca removiendo me en mi lugar.

—No vengo a buscar un libro. —me acerque a ella, me fijé en los libros que organizaba—. Me dijeron que aquí era voluntaria una chica llamada Keyla. 

Ella se detuvo dejando un libro en la estantería, me volteo a mirar.

—Buscas en el lugar equivocado la voluntaria anterior se llamaba Helen, estuvo aquí hace un año, luego simplemente renunció de la nada. —dijo encogiéndose de hombros, tomó una pila de libros y camino a otro lugar, la seguí.

—Estoy casi segura de que aquí venía una chica llamada Keyla. —Observé un poco los estantes, uno que otro libro llamaba mi atención.

Note a la mujer detenerse.

—Bueno hubo dos chicas que venían de vez en cuando—hizo una pausa—, no recuerdo sus nombres, desde hace una semana que no las he visto.