—¿Sabes la razón por la que esa chica renunció? —interrogue, note como dejo otros libros guardados en los estantes, y volteó a mirarme.
—No, tendrías que preguntarles a las chicas que venían. —dijo tomando otros libros que estaban en la mesa.
Suspire. La información no era de mucha ayuda, una idea pasó por mi mente, la piedra que tenía en mi bolsillo era similar a las de los archivos que había tomado prestados. La mujer siguió caminando por la biblioteca, decidí preguntar.
—¿Tienes Algún libro sobre “El Arco de Eclipson de Thalassia”?
Ella se detuvo, me miró de arriba hacia abajo interrogante, note algo de escepticismo en ella.
—Sección de historia pasillo A3. —organizó unos libros en los estantes.
Me dirigí hacia donde me había dicho, un escalofrío recorrió mi columna cuando noté la puerta al final del pasillo A2, justo donde se encontraba el sótano. Escanee cada estante buscando un libro referente al arco.
Mi mirada se dirigió hacia cada libro y el nombre que decía en la parte del lomo, el ligero polvo en el lomo de cada libro que que mis dedos recorrían. Sonreí cuando leí "El Arco de Eclipson de Thalassia" en el lomo de un libro. Sin pensarlo mucho lo tome, abriendolo.
"Historia de la decadencia de los Thalassinos y su imperio" Sonríe al notar el título. Me apoye en un estante, para recostarme en el suelo.
Los habitantes del imperio en decadencia, conocidos por sus grandes avances tecnológicos, sus maravillas arquitectónicas, y su increíble conocimiento sobre la ciencia y la astronomía. El imperio Thalasso se extendió por todo el mundo convirtiéndose siglos atrás en un imperio con grandes avances, en la actualidad ningún país ha logrado lo mismo.
Una civilización de origen no muy claro. El Arco de Eclipson, descubierto a mediados de los siglos XV-XVII. Nombrado Eclipson a causa que el día del descubrimiento hubo un eclipse solar. En los textos antiguos se describe que un brillo místico iluminó los símbolos del Arco.
Cerré el libro de golpe. Era la primera vez que le prestaba mucha atención a la historia de un monumento. Mire a los estantes al frente. Necesitaba este libro.
Me levanté del suelo, para acercarme a la mujer de antes, ahora en su escritorio concentrada mientras presionaba las teclas con fuerza.
—Disculpa... —me aclaré la garganta, ella levantó la mirada hacia mi.
—¿Que puedo ofrecerte? —volvio a mirar la pantalla.
Mire por un momento el libro en mis manos. Iba a encontrar respuestas acerca de lo que había pasado.
—Me gustaría prestar este libro. —anuncie alzando un poco la voz.
La escuché suspirar, levantó una ceja y dejó de teclear. Busco algo en su escritorio, un bolígrafo y un papel de registro.
—Nombre completo y cédula. —siguio tecleando.
Trague saliva. Una parte dentro de mí esperaba que no sospechara del robo. Tomé el bolígrafo escribiendo en la hoja lo que me indico, luego la empuje sobre el escritorio hacia adelante. Cuando ella levantó la mano le ofrecí el libro, dejó un sello en la parte trasera.
—Tendras que devolverlo en quince días. —anuncio para continuar tecleando.
Se notaba que ese trabajo no la hacía feliz en lo más mínimo.
—Gracias. —dije para retirarme de la biblioteca.
Había caído la noche, el viento helado chocaba contra mis huesos. Los faroles de luz amarilla iluminando las calles solitarias, decidí prestar atención a mi alrededor. No quería que alguien me robara.
Un escalofrío me recorrió el cuerpo. Note la calle que llevaba hacia el parque principal, desvié mi mirada hacia el otro lado de la calle, dos parejas borrachas cruzaban la calle. El zumbido de los faroles de la calle acompañaba mis pasos. Me deteni en el parque principal, en medio de este el Arco de Eclipson, era iluminado por la luz de la luna reflejando contra el material del mismo. Una sinfonía de colores oscuros se plasmó ante mis ojos.
Sonreí, me acerqué al arco, mi vista se dirigió a los símbolos que decoran la estructura, los diferentes tonos de colores combinaban entre sí, me sorprendió que nadie haya intentado destruirla para quedarse con los materiales. Cada grabado le daba un toque único a la estructura. Me acerqué y me atreví a tocar la estructura del arco, algo llamó mi atención dentro del arco, di unos pasos acercándome. Dentro de las paredes del arco unos grabados extraños llamaron mi atención, toque con delicadeza la superficie de estos, de mi bolsillo saqué la piedra, la coloque en el pequeño agujero a pesar de estar rota.
Fruncí el ceño al notar que encajaba a la perfección, que ironía.
Acerque mi mano para retirarla piedra, me recorrió un escalofrío al notar que se había atorado.
Oh Mierda...
Leer.
¡Hola! Buenos días, tardes y noches. Soy la autora, espero que disfruten de su lectura, solo vengo a avisar que las actualizaciones serán de una, dos o tres veces por semana, dependiendo de cómo esté de ocupada.