Adriel
No sé cuántas horas han pasado, pero he decidido que ya no voy a volver a repasar el caso si ya había dado mi punto y final. Así que cierro el expediente y lo dejo a un lado mientras que agarro la caja que tenía a mi lado y la coloco encima de mi escritorio cuando comienzo a sacar todo.
Lo primero que hago es revisar es el expediente extensos del famoso fantasma, Martínez y su equipo como me lo había imaginado y dicho Fisher no habían querido que supiera más del tema por lo que cuando ellos llegaron después al hospital a ver si Malika había despertado no le dio más remido que volver a la oficina y me fui junto con ellos para ver si me decían algo más del caso o me daban una copia del expediente pero lo único que recibí por ellos fue el ignoro del año.
<<Como si a mí también me hacía gracias trabajar con ellos.>>
Por eso ignoro la mirada que me da King cuando le doy mi mejor sonrisa al percatarse lo que tengo en manos.
— ¿Cómo... cómo?—ni siquiera la deje que terminara de hablar.
—Tengo mis contactos. — y volví mi mirada al expediente.
Su cara de estupefacción valió un millón de dólares por retratarlo en este momento pero no, el caso era más importante, así que me puse en ellos.
Ya me dolía la vista de tanto leer y se lo aseguro que mi estómago estaba más que revuelto, pero me dije que había visto cosas peores.
El primer cuerpo apareció en el 2016, y se lo aseguro que desde ese día mantuvo un patrón que nunca rompió hasta hoy con sus quince víctimas.
Si eran mujeres como había dicho King, siempre usaba la tortura en aquel gancho para después dejarla en una silla de madera amarada donde su cuerpo desnudo demuestra muchas cortadas y un sello.
Los hombres siempre le colocaban ratas en genitales, ácido, fuego, cortadas o cosas que hiciera que ellos sufrieran más.
No pasaban de los treinta años, y no entendía por qué Malika. Si ella no entraba en el perfil perfecto para esa persona. Y también debemos incluir a la familia de Martínez, ellos no entraban en su perfil. Era algo muy estúpido y absurdo.
Por lo que seguí leyendo, hasta que me levante de mi asiento guardando todo y saliendo de la oficina con las miradas de King y Williams en mí. Presione el botón que me llevaría a evidencias, y camine por aquel pasillo donde varios oficiales pasaban y saludaba, me acerque a la oficial que estaba tras de un escritorio alto.
—¡Pero miren a quien tenemos por aquí! ¡Si es mi Detective favorito!—la oficial Taylor hablo animadamente atrayendo las miradas hacia nosotros cuando llegue a su lado.
Coloque la caja arriba del escritorio mientras le regalaba mi mejor sonrisa de coquetería.
— Si hablamos de cosas favorita, tú lo eres en mi vida preciosa Taylor.—sus mejillas se colocaron rojas mientras alzabas las manos como si se estuviera echando aire.
—No me hables así, que me vuelvo a enamorar y después no podre soltarte de nuevo mi amor. Ve que ya me voy a casar y soy capaz de dejarlo todo por ti. —sonríe más y solo por provocarla me incline hacia adelante para que nuestros rostros estén lo suficiente cerca.
—Sabe que si voy al matrimonio, soy capaz de robarte de ese absurdo casamiento. —hable para los dos, y solo bastaron como dos segundo para que ella me empujara hacia atrás y los dos rompiéramos en risa.
— Es tu funeral si Bravo se entera que quieres robarte su prometida.
—Me juego el cuello solo por ti preciosa Taylor.
Y sin dejar las risas dos dimos un pequeño abrazo, y es que la oficial Taylor y el jefe están comprometidos. Es algo que todavía no hallo respuesta como alguien tan dulce puede estar comprometida con alguien tan gruño como el jefe.
Después que las risas calmaron, ella me sonrió sacando una tableta con hojas para que la llenara.
—¿Qué evidencias buscas? —pregunto y pude ver por el reflejo sin apartar la vista de la hoja que llenaba, que su sonrisa se había apagado y estaba intentado sacar el tema sin que me afectara un poco.
— Las evidencias del caso: 2016-01578—le dije mientras lo marcaba en la cabecilla que lo pedía en el papel. Ella hizo un gesto de desagrado pero lo entendía.
— Ese caso fue un desastre y te lo aseguro que tanto las evidencias de aquel día todas se contaminaron, solo quedaron pocas y eso porque alguien si fue más inteligente que el equipo de Martínez—la vi alejarse entre las estantería mientras me hablaba.
Yo en cambio no dejaba de mirar la caja que de ahora en adelante andaría conmigo para arriba y para abajo.
Aunque ahora que lo pienso, puedo hacer mi pizarra de sospechoso en mi lindo apartamento.
—Ni me lo digas, ya leí el informe de ese día. —blanquee los ojos un poco molesto y cansado.
16 de mayo del 2016, primera víctima. Thor Torre, chico de 16 años encontrando en las afueras de un molino por lo paramédicos que fueron atender la emergencia. Su cara estaba inconocible, por la huellas se pudo saber que era de nacionalidad extrajera que había venido en un viaje escolar.
Fue el primero que se le hallo en la costilla el sello hecho con un cuchillo en forma de una cruz invertida. Al principio en aquel entonces la mayoría creyeron que era un culto satánico, porque no se encontró huellas más que una desconocida que no aparece en el sistema y las otras de unos oficiales, paramédicos y el grupo de Martínez como siempre no protegiendo la escena.
Tanto fue el descuido que la mayoría de las evidencia se contaminaron, y casi cierran el caso dándolo por cosas satánicas hasta que apareció en el río otro cuerpo de otro joven con el mismo patrón de siempre.
— A lo mejor tú logras ver algo que los otros detective no vieron.—y era verdad, siempre comienzo desde el principio desde el inicio, nunca desde el momento que me dieron el caso sino antes que yo lo tuviera.