Narrador omnisciente.
"No muevas las aguas, porque no sabes lo que puede salir de ellas."
La lluvia cae en la ciudad de New York, frente del Departamento Policial hay una huelga de protestad buscando un responsable al cantante que miles de fans que no saben que el mismo se suicidó buscando una compensación a su mujer para pagar las deudas en una muerte fraudulenta que el seguro no puede pagar.
Todo es un caos cuando los oficiales comienzan a lanzar gas hacia las personas y entre tanto caos, el ataúd cae en el suelo y el muerto es pisoteado cuando muchas gentes huyen del gas que deja que sus ojos lloren y otros se desmayen.
Algunos quieren dar pelea pero es difícil cuando hay muchos oficiales con traje especiales para mantener el orden que se le van encima, algunos logran escapar pero otros nos.
La viuda a pesar de que ya estaba lista para huir, fue capturada por dos oficiales que la llevaron a rastra a la sala de interrogatorio.
— ¡Suéltenme, no tiene derecho de tratarme así!—gritaba mientras luchaba para soltarse pero era difícil para ella cuando dos oficiales bien en forma la tenían agarrada de cada brazo.
A pesar de las quejas y amenaza nadie le hizo caso y la dejaron en aquel lugar esperando que llegara su verdugo.
Afuera el caos estaba pasando, mientras que algunos oficiales y detective seguían en lo suyo tratando de despejar las celdas.
Con una sola llamada de parte del Jefe el caos disipo, y en medio de aquel alboroto caminaba un hombre en un traje de último diseño con un maletín en manos mientras que los lentes de sol ocultaban la mirada de odio que le lanzaba a la gente.
Un rostro que no mostraba sentimiento caminando por aquel lugar lleno de caos era como si vieran al mismo diablo caminando en la tierra, llego a la puerta pasando por el detector de armas y fue directo hacia el lugar donde lo estarían esperando.
Adriel que a pesar se mantenía en la otra sala viendo que hacía a la viuda donde un vidrio grande oscuro lo separaba podía observar mientras que se masajeaba la sien.
La puerta se abrió y él solo observo al hombre trajeado que se quitó los lentes y entraba a la sala donde estaba.
—Miller. —saludo este y Adriel solo se cruzó de brazos mirándolo.
— Scott.—apretó la mano del Abogado Fiscal que le extendió a modo de saludo.
— ¿A pedido un abogado?
—No, no deja de gritar y lanzar amenazas.—Adriel apretó un botón a un lado y de inmediato la voz de la mujer invadió el lugar.
—¡... Más le vale que me suelte porque se lo aseguro que los voy...!—volvió a presionar el botón y el abogado lo agradeció porque la mujer tenía una voz chillona y cansona.
—Los perros claman para que se calle la boca, y le hicimos un gran favor deteniéndola.—Adriel le paso la carpeta al abogado y este la sostuvo en sus manos, con un solo repaso asintió. —Con una confesión la tendrás y podrás acusarla, además tienes cargos nuevos por alterar el orden.
— Vuelves al campo y lo primero que te dan es un caso de un famoso, por qué no te dan uno que te mantenga lejos de los problemas.—Scott cerro la carpeta y miro a la mujer que ahora golpeaba la puerta de hierro mientras gritaba como loca.
Ya ni siquiera mantenía su ropa sin ninguna arruga, ahora parecía una loca salida de un manicomio.
— Eso mismo pensé yo, pero ya vez.—Adriel se llevó la mano al puente de la nariz masajeándosela, la falta de sueño ya le estaba pasando factura.
— Ya note el ataúd afuera, me imagino que no abra de nuevo autopsia ¿verdad?—Adriel de solo pensar como esa gente mantenía ese ataúd con el cuerpo del difunto en medio de la avenida que lo balanceaba de un lado al otro llego a pesar de que esa gente estaba mal de la cabeza.
— López dijo que no había más nada que investigar, por eso dio el permiso que se llevaran el cuerpo cuando di el caso por terminado.
—¿Y las prostitutas?
—Siguen en la morgue, López no quiso hacerle autopsia. —de solo pensar eso Adriel y el abogado hicieron la misma cara de molestia hacia el forenses que odiaba hacer su trabajo.
— Busca alguien más que lo realice, y dame lo que necesito. Porque de la que encierro la encierro, ya no será el único que tendrá justicias, esas mujeres también lo obtendrá—Scott agarro su maletín y dio un último vistazo a detective antes de salir de la sala y entrar donde estaba la loca mujer.
La puerta fue abierta con intenciones que la viuda se apartara cueste lo que cueste, ya que ella estaba como loca golpeando la puerta iba hacer difícil si le decían que dejara de hacerlo.
<<¿Por qué demonios no le colocaron las esposas si estaba bajo arresto?>>
Fue lo que pensó el Fiscal con cara de molestia y desagrado.
La mujer se quedó en shock al ver al abogado que tenía al frente que la miraba con una mirada y una sonrisa, de que ella había ya perdido esta absurda guerra.
— ¿Sabías que debía esperar más de una semana hasta que la investigación sea cerrada para cobrar el seguro de vida?—el abogado dejo el maletín en la mesa y le hizo una señal a la mujer para que se sentara.
Está lo hizo pero temblando del miedo, lo había visto. También había oído hablar de él. No hizo falta presentación porque ella sabía quién era y porque le decían "El Abogado Fiscal del Diablo."
Se llevaba todo a su paso, y no había nada que se le escapara.
— Yo... yo...—ella quería pedir un abogado o salir huyendo pero era difícil cuando los ojos negro como la noche te miraban y provocaban tanto miedo que no lograbas decir ninguna palabra.
— Veamos Señora Fick, la lista es larga de los delitos que cometió pero el que más me interesa es la de su esposo. Así que sea tan buena persona y explíqueme quién de los dos tuvo la maravillosa idea de abrir un seguro de vida de más de 500.000$ ocultándolo de las autoridades y meses después el propietario muera. —el abogado lanzo algunos papeles que le había dado el detective en la mesa. Ella con los ojos vidrioso miro los papeles del seguro y el nudo se formó en su garganta cuando vio que ahora eran fotos de ella que le colocaba.—Y ya que estamos en esto, también quiero saber si fue un mal momento para que las chicas estuvieran ahí o solo por complacerla a usted en este juego. Ya que tengo entendido que esas cuatro chicas eran las preferidas de Carlos.