Advertencia
Contenido fuerte no para personas débiles, si decides continuar leyendo el capítulo dejo como tu responsabilidad lo que leas después. No me hago responsables de daños emocionales que puedan pasar.
Sin más que decir, sigan leyendo.
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Fantasma
El olor a carne quemada queda en mis fosas nasales, la sangre que gotea en el plástico es la viva imagen de una obra maestra.
Me ha gustado como ha quedado mi musa, mi obra maestra. Su rostro no hay nada que pueda imaginar, no tiene nada de diente se lo saque con un alicate de presión uno por uno consciente. Tiene dos clavos incrustado en sus muñecas manteniéndola unidas juntos con el alambre que se une con su piel manteniendo el nudo, sus brazos tiene quemadura de todo tipo, no tiene dedo de los pies.
Se lo arranque todos por cada vez que pensaba en lo bocona que es, que se sentía ver esos pies sin ningún dedo al cual la mantuviera de pie.
Observo por completa fascinación como aun lucha en su agonía y busco la navaja, yéndome a ella donde aprieto su mejillas que están hinchada.
— Vamos abre la boca.—ella gruñe mientras solloza y no pienso en la hora de agarrarle la lengua y cortársela.
Ya sus ojos no votan ninguna lágrima, porque se lo arranque de la rabia que cargo en cima. Rompí mi patrón y por mala suerte de ella fue mi saco de boxeo.
Siento esa picazón en los dedos cada vez que quiero ver como la vida de alguien escapas de sus ojos, pero solo veo cuencas negras que botan sangren.
Odiaba su mirada, no me importaba que en su mirada viera un monstruo en mí. No me importaba cuando más suplicara y pidiera perdón. Yo solo quería hacerla sufrir porque es el único deseo que tengo.
— ¿Qué tal si le mandamos esto a tu representante? Porque así de dañado están las dos... ayer te vi.—ella grita pero su grito es amortiguado por la sangre que no para de salir de la cortada de lengua que le hice. Arrastro la hojilla hasta su costilla y afinco tanto en la profundidad haciendo mi marca perfecta.—Salía hermosa en la noticia, lástima que cuando te encuentren seas difícil de reconocer. —Me aparto de ella y busco el hilo y la aguja volviendo a ella.— Fuiste muy bonita la verdad, pero en un mundo donde gobierna los monstruos solo eres la presa a la que van a descuartizar.—le coso la boca apretando sus labios hinchado y ella intenta pelear pero ni fuerza tiene.
Sus brazos ya están listos para ser apuntados, no hay reparación en ellos por las quemaduras que tocaron sus huesos. La sangre que chorea de su boca es la misma que la está ahogando.
Siempre me ha gustado el rojo y más cuando baña la piel de la persona, ver cada vez como ese hilo de sangre mancha todo tipo de piel es la perfección misma del rojo.
— ¿Como dicen? Ah sí, por la boca muere el pez. Saludos al que gobierna en el infierno, le dice que te mande yo.—ni siquiera espero cuando termino de coser alzando la pequeña navaja cortándole la garganta.
Espero minutos y horas hasta que le tomo el pulso y ya no está con nosotros.
La sonrisa no abandona mi rostro y me levanto del suelo yendo hacia el congelador que tengo aquí, saco la pequeña cava y busco la mano que se mantiene congelada yéndome al cuerpo de nuevo.
Dejo las huellas en toda ella y después vuelvo a buscar las otras guardándola en la pequeña cava. Ahora dejar mi pequeña obra maestra a la vista de todos aquellos que pondrá deleitarse con esta maravilla de obra cultural.
Creo que la palabra cultura queda poca, es la perfección misma y si Picasso estuviera vivo envidiaría mi trabajo.
Por eso guardo todo en mi auto, y meto el cuerpo cubierto en la bolsa. La noche fría es lo mejor que hay en esta ciudad porque siempre llueve a cada rato. La lluvia a veces limpia las manchas o las evidencia pero jamás borra nuestros pecados.
Mamá siempre decía cuando me bañaba que el agua era la mejor herramienta del humano porque te limpiaba y no dejaba rastro de que algo quedo ahí.
Al principio no entendía, pero después vi un caso de una violación y la chica se bañó después. La evidencia se esfumo, hubo un crimen bajo la lluvia y ella se llevó todo rastro que identificara a la persona que estuvo, un cuerpo en el lago, Uff para que contar si no eres tonto y dejas huellas en el cuerpo jamás sabrán que fuiste tú.
Por eso cuando la lluvia cae fuertemente, yo solo miro el edificio que esta frente de mí. Las calles están vacías, no hay personas locas que ande corriendo bajo la lluvia o bailando. Y por eso me coloco mejor mi capucha antes de salir y dejar que el agua me arrope.
Voy hacia el cuerpo y lo arrastro hasta llegar al edificio, entrar es fácil. Aunque se vea algunos vagabundos ellos me ignoran ya que están drogados y otros anda más de la otra vida que pendiente de mí.
Subo las escaleras y observo como el plástico no hace que la sangre manche el piso, y sigo subiendo hasta que llego a la azotea. La lluvia vuelve arroparme y voy por la cuerda antes de sacar el cadáver y colocárselo en el cuello y arrastrarlo a la pendiente. Observo una vez más como la lluvia es la cortina perfecta en esta noche mágica y dejo caer el cuerpo al vacío que queda extendido.
Salgo y bajo las escaleras, antes que pueda cruzar la puerta de salida un vagabundo se levanta y se me acerca pero yo saco mi arma con silenciador colocándoselo entre las cejas.
Su frente sudada y los pasmo que se le ven es porque necesita más drogas, sus ojos rojos están tan inyectado de sangre que piensa que en cualquier momento se va a morir pero me miran pidiendo clemencia o que lo mate. Pero hoy como estoy de ánimo saco mi celular con la otra mano mientras se la extiendo.
— Llama al 911 y dile que alguien está teniendo una sobredosis.—sus ojos inyectado de sangre me miran perdido buscando mi rostro que no muestro ya que la oscuridad siempre será mi amiga para encubrirme.