Hannah
Golpeo la bolsa de boxeo una y otra vez descargando mi rabia que no calma, pateo y golpeo hasta que mis brazos duelan pero aun así no me detengo.
—Fallaste.—escucho su voz molesta pero no detengo la tarea. —Fallaste otra vez, estoy comenzando a creer que no eres tan buena como me has prometido ser.
Dejo la tarea volteándome molesta enfrentándolo.
—¡El maldito tiene más reflejos que un fantasma y antes que apretara el dedo del gatillo ya sabía que la bala iba hacia él! —estallo recordando la pelea de anoche.
Lo estuve esperando en su apartamento llevo semanas o mejor aún meses calculando todo para que su muerte fuera perfecta, solo me dio tiempo de soltar la bomba porque el maldito lanzaba disparo como si llevara años en eso.
—¿Y quieres que te consuele por fallar? Por favor, eres una inservible que no vale para nada. Juras y per juras que puedes con esto pero cada vez te veo más lejos. Creo... corrijo. Sé que tu hermana lo mataría antes que él se diera cuenta que fue ella quien lo mato. —solo la mención de mi hermana me da estrago en mi estómago y la ira vuelve a surgir como el volcán a punto de estallar.
Él sigue permaneciendo con los brazos cruzados y su porte de querer matarme en cualquier momento, pero no puede.
— Si tanto te importa ella, ¿Por qué no la mandas?... No es tu favorita pues.—aprieto los puños con las ganas de ir a buscarla y partirle la cara a esa perra también.
Él se encoje de hombros y veo como su semblante cambia mientras la mirada se le ilumina y va a sus recuerdo más perversos.
— Todavía no es tiempo para que estemos cara a cara, pero cuando lo hagas haré que ella misma no solo lo mate sino que también haré que pruebe tú sangre.—sus palabras no me hiere para nada.
Saque el mismo gen de sádico de él, lo que me molesta es que siempre ha tenido preferencia por esa perra que lo único que ha traído a este hogar es destrucción.
— Si tanto quieres ver al Detective muerto porque no me dejas ir al hospital y ya, te dije que esta vez sí lo voy a lograr.—suplico apretando aún más los puños pero él niega mientras sigues en su pensamientos y veo como se saboreas sus labios sádicamente.
— Sigue infiltrada, investiga un poco más de él que quiero darle donde más le duele.—se va dejándome sola en la habitación de práctica.
Voy por la pistola y ni me molesto en colocarme los protectores cuando disparo una y otra vez el blanco que está en la distancia, es ella y él.
Ahí está la preferida de mi padre y en otra foto está el detective que veré bajo tierra.
Sigo soltando disparo hasta que se me acaban las balas, porque cuando tenga la oportunidad me voy a deshacer de todos y terminare vengando a mi madre. Mi hermana la mato, ella la metió tanto en la locura que la mato. Jugo con todas sus defensas mentales hasta que vi como ella se iba, me quito a lo que más me aferraba para seguir adelante y mi padre la amo más por eso.
Por eso cuando la vuelva a ver, no dudare hacerle lo mismo que le hizo a mi madre.
Dejo todo y me voy hacia las duchas, en el camino agarro la grabadora y me coloco los audífonos escuchando las últimas conversaciones del detective y su amiga. Ya que no tuve tiempo porque estaba preparando el terreno donde lo iba a matar.
Coloque micrófonos y ni cuenta se dio.
— ....¿Qué haces aquí? No te había dicho que te quedaras con tus padres.—es lo que le dice cuando escucho que cierran una puerta.
— Quiero estar aquí, no con mis padres iel. Si tanto te molesta, me lo fueras dicho que soy una cargar más a la que cuidar y proteger.—su amiga le responde y yo blanqueo lo ojos.
—No eres ninguna carga, solo te dije que te quedaras con tus padres porque no iba a estar hoy aquí.
—Pero si llegaste, y no solo.
— No empiece lika.
—Ni siquiera te estoy diciendo nada, solo volví porque aunque te cueste asimilarlo me siento más segura aquí que en otro lado.
—¡Si, y mira que paso cuando yo no estaba y fue en este mismo edificio!—estalla y escucho un vaso golpear algo.
Me quito la licra junto con el sostén deportivo antes de buscar la toalla y seguir escuchando.
—¿Y quién tiene la culpa? ¡Porque yo no la tengo, no tengo la puta culpa que fui el blanco de un asesino que lo único que me repetía en medio que estaba drogada que esto me lo merecía por ti!
Se hace un silencio sepulcral y pienso que hasta ahí llega la conversación hasta que veo que la conversación sigue.
— Lika...
— Todo me queda claro ahora iel, tú sigue en tu trabajo que yo tengo que sobrevivir y pelear con mis propios demonios. Porque ya sé que contigo no voy a contar esta vez.
— Lika, no sabía...
—Tú nunca sabes nada iel, porque ni siquiera te intereso nada. Te fuiste segundo que me sedaron dejándome en un país que no conozco, no estuviste en el hospital, no estuviste cuando te llame una y otra vez ese día, no estuviste hoy y tampoco estará cuando me vea en un puto ataúd.
Y ahí se corta las voces, vuelvo a repertirlo una y otra vez hasta que me decido dar una ducha y sonrió más.
<<Ya sé cuál es su lado débil, el lugar donde le dolerá como a más nadie. >>
Veré sus lágrimas correr por sus ojos y disfrutare de su sufrimiento, estaré ahí cuando me pida clemencia. Pero solo encontrara a su parca dispuesta a dejar que otro monstruo sigue caminado en la tierra cuando ya hay una reina que gobierna este mundo.
Termino de bañarme, me visto a tiempo récord ya que trabajar de infiltrada en la central está trayendo nuevos frutos. Paso por la sala donde el televisor esta encendido mostrando la noticia de ayer en la mañana donde se muestra todavía los vídeos del cuerpo de aquella mujer.