El Crimen Imperfecto

Noche de Sangre -Parte I

NOCHE DE SANGRE
PARTE I

Fantasma

Hay noches oscuras como noches silenciosas, pero nunca una noche de sangre. Ésa noche que todo el mundo huye, que nadie quiere estar. Ésa noche cuando las pesadillas se convierten en realidad, esa noche cuando pasa de ateo a convertirte en creyente.

Esa misma noche donde dejas salir tu instinto animal y nadie lo puede parar.

Para el ser humano cuando ve la luna roja dicen que es un eclipse, pero para los dañados es noche de sangre.

Cada año cuando hay un eclipse recolectan personas que se vuelven presas para el cazador, personas que pueden ser tú vecino, profesor, amigo, novio, padres o esa persona que no te dio los buenos días. Personas que viste y te obsesionaste con ellas.

Este día es tan especial porque dejas salir tu instinto animal.

Por eso cuando los monstruos observan en la oscuridad con su túnicas puesta y su máscara que impiden que revelen su identidad miran como cada presa entran al edificio.

¿La carnada? Se ganaron un viaje gratis al mejor hotel de Miami con todos los gatos pagos.

A pesar de que no veo al rey de los monstruos sé que está aquí, esta noche no se la perdería por nada del mundo. Pero en cambio la otra persona si, la vi desde que entro, lastimas que el otro monstruo no está. Ese permanece dormido aún.

Por eso miro a mi derecha y observo la leyenda.

Cuenta la leyenda que cuatros monstruos se enfrentaran en una batalla campal, solo para tener de recompensar al diamante bañado en sangre que todos desean.

El primer monstruo es un rey con máximo poder que nació del sufrimiento y traición, no oculta su bestia sino que la deja salir cada vez que tiene la oportunidad.

El segundo monstruo solo es una princesa caprichosa con deseos de codicias y avaricia, nacida de amor pero muerta de sentimiento.

El tercero monstruo no tiene sentimientos, no sabe distinguir el bien del mal. Ese monstruo fue un error, algo que no debió nacer. Y el mundo ahora debe inclinarse a sus pies.

El cuarto monstruo es el más peligroso, su lado asesino y loco despierta en esta fecha. Mata sin distinguir, se dice que cuando nació, uno de los dioses del inframundo lo bendijo para ser el verdugo de todos aquellos monstruos que hoy se reúnen aquí.

Por eso cada quien hace lo que le plazca este día, porque este día no solo eres cazador sino que te vuelve presar con ese último monstruo.

Él nos caza uno por uno, cuando duerme. Pero cuando está despierto es como mirar al diablo a los ojos.

— ¿Crees que vendrá?—alguien se posa a mi lado y su voz robótica hace que no distinga bien quién es.

Me encojo de hombro porque sé que no vendrá, no hace faltar ser un adivino para saber que tenemos otra noche más libre.

—¿Cuál es tu presa? —respondo con otra pregunta y señalo la pantalla que muestran las fotos de 327 personas que serán la presa.

Este club fue organizado por nuestros ancestros es muy difícil que recibas una carta de ser miembro si no eres de los que pones a temblar el mundo de terror a tus pies.

Mi primera invitación fue a los doces años, recuerdo que ya estaba aburrida de llevar personas al bosque y matarlas sin pelea. ¿Cómo dieron conmigo? no sé, pero pensé que alguien me estaba jugando una mala broma hasta que entre en la web oscura.

Y ahí estaba, el club de psicópata, de los asesinos en series, de aquellos que querían salir de su monotonía. Era como si Dios mismo me hubiera mandado hasta aquí.

Las reglas eran claras si decidías participar:

1. Siempre cazador y nunca presa.

2. Nunca ataques a uno de los tuyo.

3. Cuídate la espalda.

Cuando las leí me reí por un buen rato, pero me anime a venir. Cuando llegue había de todos los tamaños, desde jóvenes hasta adultos. Como todavía no había elegido mi presa, decidir ser única.

Me iba por las presar de los demás, ese día salí bañada de sangre y mi deseo loco psicópata se calmó por un poco. Y desde ese día que pobre esto ya nadie me saca de aquí.

— La 15.—dice y busco el número, es una joven su pelo esta bañado de colores y tiene una sonrisa en el rostro como si nunca estuviera triste.

—Parece un ángel. —él o ella alza la copa veo que medio se alza la mascaras antes de que un pequeño pitillo se coloque en la copa y absorba el líquido dándole un trago a su bebida sin apartar la mirada de la pantalla.

— Eso parece, pero no. Se metió con mi perrito, puedes creer que esa mocosa enveneno a mi perro solo porque la mordió un día.

Si, aquí nadie se salvaba.

Era muy difícil que una persona no común no entre en el radar de un psicópata, a veces he creído que todos ya estamos tan jodidos que ya deberíamos es pelearnos entre nosotros.

—¿Y el tuyo?

— El 3 y la 300.—dos presas, porque con una no me iba a bastar.

—Que tenga suerte.

—Tu igual.

Estamos en un salón de fiesta reunidos, a pesar de que todos llevábamos túnicas y máscaras como si fuéramos algún culto satánico, no se pierde el aire creativo que tienen muchos. El salón tiene paredes de color rojo sangre y negro, no hay cuadros solo la leyenda, las reglas y un reloj que tiene la cuenta regresiva.

Hay muebles para que tomen asiento los que quieran, y una mesa con aperitivos. Mientras que uno espera, hay bebidas como para termina en un coma. El reloj llego a su fin, era uno rojo que estaba en la pared junto a la pantalla. Mostraba que ya el eclipse había comenzado, y las cámaras en el hotel mostraron donde estaba cada presa.

A veces pienso que el que invento este juego vio mucho esas películas de terror donde había un asesino en un hotel o vio el resplandor, o vio mucho el juego del miedo. Solo que aquí nos dejan usar nuestras armas.



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En el texto hay: asesino, detective, 911

Editado: 08.08.2024

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