Capítulo VII
Los Bárbaros atacan
El Pueblo Bárbaro del Sureste.
Así se les denominaban a los pueblos que no eran Atlantes, algunos les llamaban los “Grandes Simios”, porque eran hijos de Ish e hijas de Isha de gran estatura, portaban pieles de animales en sus armaduras, acostumbraban reforzarlas con grandes curtidos sobre estas, además de usarlas como capas o abrigos, dejarse el cabello, la barba y el vello largo, afirmaban que eran descendientes de los crueles gigantes. Eran guerreros de sangre muy antigua, su cultura era muy violenta y despreciaban a las mujeres. Irónicamente eran dirigidos por una mujer sabia. Otras formas despectivas de apodarles eran “Peluches” o “Barbados” y a su tribu “Peluchina”.
La Reina de Barbaria era muy hermosa, más alta que cualquier persona o animal en su pueblo, era dos veces el tamaño de Felipe II, su piel era blanca como el hielo sempiterno de las montañas. Pelinegra como las cabras, que gustaba de atarse en largas trenzas de ornato con listones multicolores. Sus delgados labios de grana ajustaban cómodamente con el color de sus oscuros vestidos de viudez, motivo por el luto de su esposo. asesinado Doña Mary le decían los lores del Reino Oscuro o simplemente decían “La Bárbara”, los más osados también le llamaron “Bloody Mary”.
Lady Mary fue esposa del poderoso Púnico Hasdru-baal, señor de la Antigua civilización Birsa, de quien se dice es hija la infanta Vlädygrittê I, heredera al liderazgo de las tribus bárbaras del sur. Asesinaron a este señor los aguerridos marinos norteños del Más Allá por orden del anti-emperador, Bad-ness, para que este pudiera obtener la doncellez de Lady Mary. Murió en los brazos de la dama. Por este infame hecho siempre hubo conflicto entre los bárbaros del sur y los norteños atlantes a quienes ellos llamaron “barqueros”, entre estos y los señores del anti-imperio de la Ciudad de los lobos. Aunque su odio hacia estos últimos era mayor. Como reza la profecía antigua de los bárbaros:
¡Oh púnicos! Nunca haya alianza entre los hijos de Luperca y su vil linaje. ¡Bárbaros del Sur! Odiadles para siempre, que nunca haya tal amistad entre tales pueblos. ¡Sus playas contra nuestras costas! ¡Su marea contra nuestras olas! ¡Hasta el último de la maldita raza de la Casa del Lobo sea destruido antes que el último de nuestros descendientes caiga sin vida!
Tras la caída de su esposo fue violada en repetidas veces por el anti-emperador oscuro Bad-ness. De esa unión profana nacieron varios descendientes, pero entre ellos se destacan por belleza e inteligencia a Vlädygrittê I o “Charlotte I” y también Lady Mary-cela. Por cierto, a esta última doncella, fue a quién prometieron como esposa a su hermanastro Lord “Fernando VIII” Guillermo Salomón, empero nunca llegaron a poder casarse, puesto que este se unió en matrimonio con otra alta cortesana y huyó de la presencia de su padre.
Al morir también el supuesto emperador Bad-ness a manos de Lord Mikael I y sus “águilas”, Lady Mary apoyo a que parte de su oscuro imperio cayera al atacar la retaguardia de orcos y retirarse, se ganó el mote de “Devoradora de hombres” por parte de los servidores del reino oscuro.
Lady Mary siempre guardó rencor a los “barqueros” del Norte, aunque enviaba grandes pangas y otras embarcaciones menores para comerciar a tales reinos. Empezó su riqueza con la venta de pieles, todo el llano en que vivía su pueblo le tenía miedo y la obedecía sin chistar.
Dicen los que dicen que saben que era una gran bruja, que entreno y domestico con miel y vinagre a las aves Reb-Hullans, pajarracos demoniacos que los kissines trajeron de su tierra maldita, parecidos a los tordos, pero de mayor tamaño y malicia, cuales cuervos pequeños, pero no tan astutos. Los malignos Reb-Hullans solamente salen en la puesta del sol y cazan durante el voraz anochecer y ocultándose antes del amanecer, puesto que los rayos solares les queman sus negruzcas plumas, cuando se vuelven cenizas se hacen doradas, se les puede llegar a observar en su hambriento apogeo si la noche no es estrellada, pues la luz estelar también le molesta al volar. Los usaba en sus antiguas y oscuras artes para llevar recados y espiar a los demás pueblos. Por eso se cuenta que si ves a un Reb-Hullan cerca de la casa o a la ventana le saques un tazón con miel y vinagre para que nunca se vaya, así quizás mude su efímera lealtad o por ser bien recibido, quizás, guardará silencio por algún tiempo, pero que por nada lo dejes entrar a la vivienda o alguien pronto morirá de manera intempestiva, tampoco se le puede correr con violencia, pues detrás de ellos vendrán los kissines a tomar la hacienda. Sin embargo, dicen las ancianas sabias que no son leales a nadie más que a sus malvados señores, mucho mejor es que invoquéis a God-ness para que os proteja y nunca en la ventana los verás.
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Editado: 21.01.2019