El cronista de Shálayim: La Historia del Reino. Parte I

Capítulo I: La Bendita Leyenda de Su Alteza Serenísima y Majestad Imperial y Real, del Excmo. Príncipe Malki-Tzedek de Shálayim.

Capítulo I:
La Bendita Leyenda de Su Alteza Serenísima

y

Majestad Imperial y Real,

del Excmo. Príncipe

Malki-Tzedek

de Shálayim.

Cuentan las historias de nuestros abuelos y abuelas en las grandes fogatas, que hace mucho tiempo atrás en un lugar medio del antiguo continente el Dios-Diosa único, que se sienta por encima de todos los dioses y divinidades menores, reyes mortales y señores, decidió mostrar su amor a su creación.

 

            Sucedió mucho tiempo después de la caída del reino de bronce que gobernó sobre toda la tierra, después que le siguió el reino de hierro, fue durante los días de los reyes de los reinos de barro y hierro. En los días de estos reyes, el Único Dios del cielo levantó un reino que jamás fue destruido o lo será, este reino no será, ni es o fue entregado a otro pueblo; desmenuzará y pondrá fin a todos aquellos reinos, y él permanecerá para siempre, como la gran roca, aquella que desecharon los constructores.

 

            Dada su majestuosidad, poderío y grandeza no podía descender a Gea sin destruirla con ello, pues ni siquiera la potente madre tierra tendría la fuerza de resistir a tan Omnipotente presencia. Decidió así el Supremo Dios-Diosa que una parte de sí mismo descendiera a la tierra de los mortales, como uno igual a ellos, encarnándose. Así, mandó a un heraldo imperial a pedirle a una mujer, virgen, que pudiera ser la concepción de aquel ilustre ser. Después de aceptar tal mujer la honorable petición, la sombra de God-ness descendió sobre aquella fémina, quién dio a luz a quién después se le conocería como Lord Malki-Tzedek, “el Dios-Diosa entre nosotros”.

 

            Como está escrito en los antiguos textos sagrados: Saldrá cortada del Monte del Perdón y desmenuzará los restos de los reinos del hierro, del bronce, del barro, de la plata y del oro.

 

            Destruyó la gran estatua de Bad-ness, el enemigo antiguo que construyó los cinco reinos, aquellos de los hombres malvados, aunque el sexto, el de los kissines sobrevivió apenas.

 

            Antes envió por delante a su noble siervo, su primer caballero, su mortal heraldo itinerante y su fiel portaestandarte. El primero en enfrentarse al gobernador, un Dragón de fuego, fue este caballero andante, que eligió ser errante en el desierto. Heraldo del rey prometido, primo del Magno Rey de reyes y Señor de señores Malki-Tzedek, el Segundo caballero Mikael antes de la llegada del rey prometido. Fundó la Noble Orden de los Caballeros Mikael. Lord Mikael y Jean Baptiste le decían, era de la Casa del “Excelso” León Guerrero la división de “Abías”, que son Hijos del Altísimo Dios, McHael. Uniformado como su antecesor el Primer Lord Mikael, portaba un manto hecho de pelo de camello, también un cinturón de cuero en la cintura, se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Murió, degollado por orden del gobernador de la antigua Shálayim el Dragón de fuego. De este guerrero y mártir proceden todos los caballeros Mikael. Lamentablemente Se le cercenó la cabeza y se le apartó, para que no pudiese revivir, pero no contaban con el poder del reino celeste.

 

            (Muchas personas a lo largo del tiempo confunden al Magno Rey Lord Malki-Tzedek con el Segundo Lord Mikael, sin embargo, aquí se aclara que los dos son personas diferentes, aunque tienen cierto parentesco, el primero es El Unigénito y Creador, el segundo es un Hijo de Ish y de los primeros “hijos de Dios”, principados.)

 

            Al fallecimiento de este gran héroe sus tropas y súbditos se unieron al Gran Rey en campaña. Siguieron al Magno rey prometido Malki-Tzedek.

 

            El magno rey prometido Malki-Tzedek fue es y será El Grandioso Montaraz, Guerrero y Paladín, anduvo en las funestas tierras oscuras, desiertos y paramos, montes y valles, arroyos, lagos y ríos, hasta que subió a Shálayim, por lo que se le llamó el Gran Príncipe Errante.

 

            Algunas personas narran que era la divinidad en un cascarón de carne o armazón humano, lo que sí sabemos es que era el príncipe unigénito salido del propio pensamiento y voluntad del Dios-Diosa para reinar sobre los pueblos que habitan Gea. Toda la plenitud de la Deidad reside en El, corporalmente, divino y humano. Que vino en sacro Espíritu, alma y cuerpo a padecer como un mortal. Su noble hogar y habitación, si de alguna manera podría haberse considerado que habitó en algún sitio, puesto que anduvo errante como caballero andante, un lugar que su propio pueblo le llamó High Hall o Alto Aposento que se hallaba otrora junto al temible Kibrot-Hataava, dejando a un lado el provecho y las glorias. Durante mucho tiempo estuvo apostado allí, debajo de lo que ahora son llamadas las “Montañas de los Dragones”. Allí entre mercenarios, prostitutas, ladrones, estafadores, pescadores y agricultores; enseñando y formando el Gran Reino Celeste. Sus seguidores llegaron a más de cinco mil. No atesoraban riquezas. Ahora eran adoptivos hermanos y hermanas del Magno Rey Malki-Tzedek, también hermanos y hermanas entre sí por obviedad, ora siendo llamados Hijos e Hijas de Dios y ninguno se podía considerar superior a otros delante de Dios y Lord Malki-Tzedek.




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