¿Te enamorarías, aun sabiendo que el chico que amas no es para nada lo que pensaste amar?
Las personas rotas rompen a las personas. El amor no lo puede todo, pero el ser humano lo necesita; y a veces, eso es lo que más lo destruye.
¿Amor y sexo son lo mismo?
Muchos creen que sí. Confunden caricias con un contacto vacío, placer con amor, y eso solo suena como una tormenta antes de la destrucción.
Todos tenemos sombras que no queremos mostrar. Pero cuando alguien ve tus monstruos y, aun así, se queda, te desarma. Te deja un intenso miedo a no ser suficiente. Muchos ven la virginidad como un mérito; yo no. No te define a quién te entregaste, sino lo que hiciste con ese momento.
Me enamoré, sin saber que cada noche compartía su cama con alguien más. Sin tener idea de que su piel guardaba marcas que no nacían del amor. Amé a Ángel, aun sabiendo que el suelo que pisaba le ardía como llamas del infierno. De su dolor. De sus heridas. De la forma tan bonita en que me recitaba a Allan Poe.
No debí. Pero lo hice. Y lo volvería a hacer, aun sabiendo que no puedo cambiarlo. Porque lo amé incluso cuando él no sabía lo que era amar. Incluso cuando ni yo sabía lo que para mí era el amor... Ahora lo tengo muy claro. Es su risa, sus ojos, su amor. Para mí, el amor es él; el privilegio de amar es como yo lo amo a él.