El Cuadro Encantado

EL CUADRO ENCANTADO

La primavera se había ido y el verano se instalaba, los meses de espera eran interminables para Lara, ya en el final de su 

embarazo, y si no fuera por la ausencia del profe, su vida sería prefecta. Lara recuerda cuando le pidió que fuera su padrino de bodas "porque es como mi viejo", la mirada de Alvaro y su ronquera, y que ella pensó que se iba a desmayar; "nosotros tres nos convertimos en su familia -piensa- pobre el profe, tengo que hacer algo".

La abuela le escribe en la compu: "no está enojado, no puede soportar los sobresaltos que vos le causás; ¿te acordás cuando apareció el Juanjo Alvarez ese? Bueno, Alvarito me dijo que fue impresionante lo que pasó en Londres porque se dio cuenta de lo que ocurría acá ¡y él lejos!, dejámelo a mí"; y la abuela se puso a escribir en un papel, lo puso en un sobre y se lo dio a su nieta diciendo: "dejáselo en el buzón"

"¡Lacrado? -¿qué pensás, que lo voy a leer?"

La abuela la mira "elocuentemente" con las manos en la cintura.

"Mejor me voy" -dice Lara.

En la chatarra va hablando bajito: "el día que apareció Juanjo

fue un día bueno, exelente fue, y el profe también estaba contento, fue una fiesta completa, formábamos un grupo bárbaro porque todos sabían y podíamos hablar libremente; después, cuando Margarita tuvo los melli él fue y sigue la relación con Fede; también estuvo en la fiesta de Juanjo y aceptó el trabajo para mí; pero después..."

Lara llega a lo de Alvaro y deja el sobre sellado de la abuela en el buzón. Mira hacia la ventana del escritorio y le pareció que alguien se escondía tras las cortinas.

Lara se va triste.

Esa noche un Alvaro algo mustio la llama: 

"tráigame la panza".

Lara salió a los tiros, pone el casette diciendo: "Mariano, viejo amigo, dame suerte".

Alvaro la hace entrar, le señala una hoja sobre el escritorio haciendo además de que la lea, es la nota de la abuela, Lara la toma y se sienta:
"Querido Alvarito: sé que pasaste tu vida solo y tu contacto con los jóvenes se reduce al ámbito estudiantil, cuando Lara te pidió que la llevaras al altar te adoptó como su papá, para ella (me lo dijo), la ceremonia fue doble ¿entendés? 

Si vos crees que ser padre es fácil te aviso, estás requete equivocado, los disgustos que te dan son cotidianos y las alegrías anuales, y con Lara...

Bueno. Besos. Abu".

"Eso... eso..." -dice Alvaro.

"Es cierto, sí profe, yo se lo dije..."

Alvaro carraspea apoyado sobre el escritorio, Lara se acerca y lo abraza "entonces, ¿va a volver a comer los domingos? mire que ya falta poco para que la panza se desocupe."

Alvaro trata de sonreir y dice: "que grande está... snif ¿todo va bien?"

Después Alvaro le dio un bolso con todo lo que se lleva para ir a dar a luz y se quedaron horas hablando hasta después de cenar.

Dos meses más tarde Lara terminó la restauración de la casa de Juanjo que estaba espléndida, pero él decidió esperar a que naciera la bebé de Lara para la re-inauguración, con la esperanza de que su melliza de Londres viniera. 

Esos últimos días antes del nacimiento Lara ya no salía, se le hinchaban los pies y se pasaba la tarde en su viejo sillón con una palangana de agua salada al lado; Enzo fue "obligado" por su jefe (el del Bosque Viajero), a tomar licencia y el profe iba todas las noches a cenar; la abuela cocinaba y solo dejaba de cocinar para escribir, o dejaba de escribir para cocinar.

Así transcurrió Diciembre, la última foto de Lara con panza era junto al árbol de navidad, y ella decidió que sería la primera del álbum de la bebé.

Un día llegó la cuna del altillo, regalo de Juanjo, Fede y Enzo la entraron, ya no parecía la misma con su madera marrón, la habían pintado de blanco y los barrotes estaban decorados con los jazmines de la ventana.

"Es maravillosa" -dijo Lara, y se fue a llamar a Juanjo.

El profe, que la miraba lleno de negros presentimientos, pregunta:

"¿No habría que exorcizarla?"

Simultáneamente a ésto, Lara recibe una mañana un mensaje telefónico de Laura, su vecina y amiga de la infancia, que ya había terminado la carrera y tenía su primer trabajo de restauración de muebles; en la pequeña pantallita, Lara leyó: "tengo uno de esos, llamame".

Después de varios mensajes, Emails y visitas de Laura con regalos para la bebé, quedaron en que ni bien pudiera, Lara iría a ver. 

Laura le explicó que no era una casa cualquiera pero tampoco era vieja-vieja: "¿te acordás?, la hicieron mis bisabuelos hace 65 

años, mi abuelo nació ahí, desde tu ventana se ven los pinos, Lara.

¿Ves que parece cortada, como si no tuviera techo?"

"¡Pero qué decís, Lau! - dice Lara- Esa casa tiene un altillo y en la ventana de atrás, la que se ve desde acá, hay una anciana que me saluda desde hace años!"

Lara tuvo que agarrarse la panza y "correr" por un vaso de agua para su amiga, que al reponerse, dijo: "Yo...no puedo volver ahí".

"No seas tonta -dijo Lara- llevame a tu casa, filmaste el crimen de Juanjo ¿te acordás?"

"¡Pero era otra casa!" -protesta Laura.

"Dale -dice Lara- traé la cámara, vamos a hacer lo mismo a ver si sale".

Dan vuelta a la manzana y entran al jardín, Laura como que tiene los pies clavados a la tierra, Lara mira hacia arriba, "está saludando -dice, y le contesta- vamos que me desmayo".

Atraviesan el jardín, ya desde el zaguán se ve que la casa es enorme, con un vestíbulo tan amplio que "nosotros podríamos vivir allí sin que sus habitantes lo notaran".



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En el texto hay: fantasmas, hechizos, brujas

Editado: 17.03.2020

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