ESTRATEGA REAL
Tras una noche insufrible, la mañana se presentó con los monstruos Zampabollos. Cualquier libro de estrategia o guerra no te sirve para preparar una batalla contra eso. Monstruos enormes de tres metros de altura, con cuatro brazos y que sabían luchar. La falange que preparé fue totalmente rebasada y cada una de las cargas que mandó el comandante fue rechazadas. La última la dirigió el propio comandante y allí le perdí.
De repente cuando todo era desesperación los monstruos perdieron las ganas y se retiraron. Se fueron a la misma velocidad con que destrozaron nuestra falange. El ejército estaba completamente desperdigado y destrozado. Pocos hombres quedaban de pie y en ese momento les vi. Eran los veintiséis hombres que habían acabado con más de tres cuartos de un ejército imperial. Al frente estaba su capitán mientras que sus hombres se desperdigan para controlar el área. Cuando llega a posición me dice:
- Coge a tus hombres, estratega real, vete al emperador. Queremos que le lleves un mensaje nuestro.
En aquel momento cualquier sitio era mejor que aquel aunque implicase hacer de mensajero,
- ¿Cuál es el mensaje? – consigo articular.
- Sí no quiere que nadie se enteré lo que le paso a la emperatriz Drujna, tendrá que liberar a nuestras familias antes de un mes delante de este mismo bosque, por donde entraste.
- ¿O si no? – la curiosidad algún día me matará.
- Iremos a por él -dice mientras sonríen todos los miembros-. Te puedo asegurar que lo que acaba de pasar aquí no es más que un pequeño incidente comparado con lo que puede llegar a suceder si tenemos que ir a por nuestras familias.
Mis piernas empezaron a temblar al mismo tiempo que El Cuerpo Expedicionario de Su Majestad en el Bosque Inhóspito se retiraba.
Seré el mensajero pero no me quedaré en la capital si el emperador se niega a aceptar el ultimátum –pensé-, mientras me dirigía al palacio.
Editado: 10.11.2024