- ¿Cómo vamos a entrar capitán? -pregunta el sargento Phoko mientras El Cuerpo de Expedición camina por el sendero de la Gran Cordillera
- Por dónde menos nos esperan. Por la entrada principal sólo hay una puerta y estarán esperándonos, vigilando a todos los que pasen. Pero en cambio, en la puerta para pesqueros el paso es libre.
- Señor, le recuerdo que no tenemos barcos de pesca -le interrumpe el sargento Phoko.
- Por ahora -dice Risitas con una sonrisa enorme en la cara.
- ¿Les vamos a robar a unos pobres pescadores, señor? -le pregunta directamente el sargento Phoko al capitán.
- Claro que no, sargento – se saca una bolsa llena de oro – la rebelión va a financiar esta operación.
- ¿Lo sabe la rebelión? -pregunta de nuevo Phoko
- En estos momentos, creo que ya se habrán dado cuenta de que lo van a financiar -dice el capitán con una sonrisa.
- Entonces capitán, ¿qué hago con estas bolsitas de oro que los de la rebelión nos han prestado sin saberlo y que mis hombres y yo nos hemos ofrecido a llevar? – dice el sargento Risitas.
- Creo que esto responde a tus preguntas sargento Phoko.
- Sí señor, última pregunta ¿cómo llegamos al mar?
- Huelo agua cercana y en mucha cantidad, un río al este -responde el sargento Olores.
Estratega Real
Mientras tanto en la frontera, hay una reunión en la tienda principal de una capitana. Hay seis personas de pie alrededor de la mesa, la capitana, cuatro sargentos y el estratega real. Por fuera de la tienda sentadas de forma casi desordenadas, diez soldados vigilan que no haya oídos indiscretos que puedan enterarse de lo que se habla.
Editado: 08.12.2024