Seguimos en dirección norte. Había que subir lo más rápido posible sin que nadie nos detectará.
Cuando estábamos a una distancia segura del campamento invasor nos detuvimos. La capitana y sus sargentos me rodearon. Ha llegado mi momento culmen donde demuestro porqué merezco seguir.
-Sé que me vais a preguntar y la respuesta es en la ciudad de Milecosi. Los rebeldes os mandaran a cualquier otra para que les ayudéis. Os intentaran engañar, no les hagáis caso.
- ¿Por qué debemos confiar en tí y no en ellos?
- Porque soy el único que se ha preocupado de vosotras. No es lucha anti expansionista. Es una lucha por gobernar y ambos, tanto rebeldes como imperiales, os necesitan en el sur para que adiestréis a sus soldados. Además, vuestro objetivo es reunirnos con el resto del Cuerpo. Nadie os quiere.
- ¿Y tú por qué sí?
Saqué mi mejor sonrisa:
- Quiere aprender tácticas con vosotros. Quiero aprender a luchar en el Bosque Inhóspito.
-Estás majara.
-Ya lo sé pero ahora sabéis con quién estáis. Debéis decidir si confías en mí.
Se reune todo el grupo mientras yo me iba a dar una vuelta. Cuando volví tenían la decisión tomada. Me seguirían.
Lo difícil es que ni rebeldes ni imperiales nos vieran. Ocultar a tantas personas me dieron dolores de cabeza todos los días que estuvimos en ruta antes de llegar. El tiempo nos acompañó. Sólo caminábamos por la noche por los caminos principales, Y seis días después conseguimos entrar en Milecosi. Fue por la mañana, nada más abrirse las puertas.
Cuando nos queremos dar cuenta estamos reunidos con el resto del Cuerpo Expedicionario.
- Entonces subimos hacia el Bosque Inhóspito con este y les dejamos que se rompan la cabeza ellos.
Y así es como empezó mi aventura en el Bosque Inhóspito.
¡¡Han vuelto!! Después del parón navideño, vuelven los capítulos de El Cuerpo Expedicionario. Espero que os guste su vuelta.
Editado: 12.01.2025