Capítulo 27
El resto de semana estoy con la compañía de Ruidos y Olores aprendiendo a diferenciar a cada monstruo, cada animal, cada participante del Bosque Inhóspito.
Es difícil, pero me estoy intentado aprender todos para ayudar avisando. Lo que me he dado cuenta con El Cuerpo Expedicionario es que los sargentos tienen libre disposición de sus soldados, casi sin contar con los capitanes en ningún momento. Se avisan de los peligros, saben dónde están en cada momento, pero en ningún momento hay instrucciones entre ellos.
Cuando he intentado preguntar por como lo hacen, todos se ríen y lo único que me mandan es a hablar con los capitanes que ellos tienen un objetivo que me quieren enseñar. No son tontos y no quieren quitarles la sorpresa a sus jefes, a sus capitanes.
-Nos han mantenido vivos todo este tiempo en el Bosque Inhóspito – me dice Ruidos – Este sistema de El Cuerpo Expedicionario, lo idearon ellos. Además, son los únicos que reciben información constante de diez sargentos diferentes, la analizan y toman decisiones a la velocidad que un Zampabollos va en búsqueda de miel.
- O de Sonrisitas comiendo miel, que eso si que es rápido -dice con una carcajada Olores.
Entre ellos se conocen y una vez a la semana comen todos juntos. Cuando no hay peligro y si encuentran un gran claro. No tiene por qué ser siempre el mismo día, pero sí comen juntos.
Es fascinante como el mejor Cuerpo del ejército lo formaron a partir de gente desechada de todos los sitios y que odia a todo el mundo. Entiendo porque el emperador Drujna quería que formaran a un ejército de invasión, es lo mejor de lo mejor.
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Editado: 13.04.2025