La primera carta de advertencia había sido enviada hace 23 días y no había respuesta, la pequeña misión de vigilancia era tranquila, no había nada fuera de lo normal. Mientras tanto, Armando, Don Armando, se da el tiempo de conocer y salir tranquilamente con las hijas y sobrinas de las familias interesadas en crear una alianza más intima.
Ha sido cautivado por la mirada de Roberta D, Angelo. Sobrina de Julian D Angelo, una chica de 20 años, hogareña, de buen parecer, con cuerpo fino y ojos adormecidos, manos delicadas con pequeños rasguños producto de las tareas del hogar. Era algo apresurado el enamorarse de ella, ha sido su cita de 25 minutos pues él tuvo un ligero retraso, la cita más corta en toda su vida, pero era imposible no deleitarse en tan poco tiempo con una bella mujer como lo era Roberta.
Dos días después de aquella cita tan corta, llaman a la puerta de su casa.
-Don Armando -interrumpia Carmenla, la dama de llaves en su estudio-la joven Roberta ha venido.
Extrañado pero a la vez nervioso decide atenderla, en un intervalo de dos minutos antes que Roberta pasara por aquella puerta ancha, se dispuso a acomodar la corbata quedando un poco ladeada sin embargo, Armando no lo notó.
-Hola, Don Armando -entra con timidez al estudio, tenía puesto un vestido dos dedos debajo de la rodillas y un pequeño cesto era sostenido por su brazo - lamento interrumpirlo, si desea puedo irm..
-No no, por favor, toma asiento. ¿Qué te trae por aquí?
-Bueno, la cita de nosotros no duro más que para una hermosa platica. Estoy satisfecha con la platica pero desearía recuperar esos 35 minutos perdidos debido a su retraso, y he venido aquí por ello.
-¿Has venido a mi casa, a mi estudio por una platica de 35 minutos conmigo? -Por dentró Armando sentía su corazón como si fuera un pequeño niño de 15 años.
-No solo por eso -Se puso de pie la chica, dirigiendose hacia la gran puerta que había quedado abierta para cerrarla, él aprovecho para mirarla de pies a cabeza, la manera en como se movía era delicada, ligera, si alguien dijera que ella tenía el peso de una pluma, claramente él lo creería. Inmediatamente Roberta volvio y del pequeño cesto que cargaba saco una botella de jugo de arandano, un poco de lasagña y unos pequeños platos, vasos y cubiertos.
-Vaya Roberta, moria por provar tu sazón en la cocina.
Armando tuvo un pequeño ataque al corazón esa mañana, varios ataques,cada que ella hablaba era mortal para él, penso sobrevivir hasta que ocurrio algo inesperado y poco propio. En un momento de relajación y descuido, el gato de la casa "don michi" entro al estudio y subio al escritorio donde se encontraban los dos enamorados y le arrebato del plato el trozo de lasagña que Armando había dejado. Roberta comenzo a reir muy fuerte, dejo atrás los modales y la modestía, de sus ojos brotaron las lagrimas de risa que aquello le había ocasionado, ese ataque al corazón fue el más fuerte de todos. Al levantarse él de su silla para poderla acompañar a la puerta del estudio ella fue hacia él y con timidez pero valentia tomo su corbata y la acomodo, seguido de ello a pesar de traer tacones se levanto en puntillas y le dio un calido beso en la mejilla a él. Volteo rapidamente y se fue a paso veloz.
Fue eso el golpe que hizo que su crazón se parará.
Quien sabe, tal vez podría ser la indicada.
Tal vez...