El pequeño y solitario cuervo fue llevado por el dragón a una enorme mazmorra llena de picos peligrosos, pero entre la fealdad del exterior del lugar muy en el fondo había un hermoso centro con una enorme fuente de agua cuya piedra estaba hecha de oro, el cuervo fue alimentado por el dragón diciéndole donde conseguir hormigas para bañarse y más insectos para comer y donde conseguir comida en cosechas abandonadas con mucha vegetación.
La fuente que emanaba del centro del precioso y místico lugar fue su baño personal, que sin saberlo era la fuente de la juventud eterna, pero el dragón tenía entendido que sólo funciona en humanos y no en otros seres vivos, el dragón era dueño de una inmensa fortuna la suficiente para hacer que nadie quedara pobre en el mundo, pero el cuervo dudoso preguntó.
– No entiendo, si tienes el oro suficiente para todos ¿Porque no se los das? –
– Porque hay muchos humanos egoístas que desean todo el oro para ellos y entonces nunca llegaría a los verdaderos necesitados, pero darle a los necesitados de la noche a la mañana los corrompe y los vuelve insaciables, los vuelve déspotas y crueles. No podría permitir que por mi culpa se crearán más monstruos en este mundo, tenemos suficiente con que haya más dragones y exista el gran dragón rojo– Le dijo el dragón de diamante acostándose a un lado de la fuente de la juventud. A la altura del pequeño.
– ¿Quién es el gran dragón rojo? – Preguntó el cuervo recordando escuchar sobre aquel dragón rojo antes. Por parte de los demás cuervos que conoció volando a lo largo de sus numerosos viajes.
– Haz de alguna vez oír de el, es el más poderoso de todos los dragones, el más cruel y el más malvado, devora a otros dragones y se cree el dueño absoluto de todos los seres vivos del mundo– Comentó el dragón con cierto asco hacia aquella entidad que se creía poderosa. Pero también como si lo conociera
El cuervo simplemente pudo mostrarse aterrorizado por tremendo monstruo que todos deben de temer, el cuervo pensaba que si todos le temían tal vez él también tenía que tenerle miedo incluso sin conocerlo, mientras no se encontrarán con el dragón rojo podían estar bien.