La noticia recorrió todo el lugar, cada criatura del bosque escuchó sobre el amor prohibido entre un cuervo y un enorme dragón, incluso llegó a los oídos de los humanos. Aquella unión se hizo conocida para grandes imperios, incluso poderosos monarcas. Humanos y animales, ninfas y árboles. Ahora todos sabían que el amor podía venir de cualquier ser, ya sea un animal o un humano, pero en el rincón más oscuro y tenebroso de este mundo.
En la grieta del dolor y el olvido se supo ese rumor, otro dragón les platicó tremendo asunto a todos los dragones que estaban obligados a servirle al imponente dragón rojo, el soberbio dragón rojo de apariencia intimidante estaba furioso ¿Cómo una simple alimaña como aquel cuervo se atrevía a enamorar a uno de los suyos? ¿Y cómo el dragón de diamante se atrevió a considerar propios los sentimientos de aquella alimaña?
Estaba furioso porque incluso un simple cuervo podía ser incluso más feliz que el propio y glorioso dragón rojo. Podía hacer feliz el dragón que comenzaba un profundo odio en su alma y carcome sus huesos. Las glorietas se rompen, el fuego exhala de sus fauces gigantes con furia y enojo. Pero eso no se iba a quedar así.
Oh claro que no, por primera vez en siglos el terror de los seres vivos se levantó de su enorme trono de oro, todas las demás bestias presentes en su corte veían la furia en su mirada amarilla, iba a romper la unión de esos dos aunque tenga que matar a ese ponzoñoso cuervo.