"El cuervo y el dragón"

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Una tarde de verano, mientras las criaturas comenzaban a ver normal el día a día del hermoso dragón de diamante y el pequeño cuervo. Una fuerte tormenta eléctrica azotó el bosque, jamás había ocurrido un evento tan raro en ese lugar, un tornado se formó lentamente ocasionando la huida de todos los animales del bosque, las hojas verdes revoloteaban fuertemente al viento pero el dragón de diamante no huyó. Sabía quien se presentaba en forma de tornado y el miedo corrió por las venas de sangre dorada del dragón. Su pequeño cuervo no comprendía por que no se iba el dragón está que del tornado eléctrico y una neblina negra emergió una enorme criatura de colosal e imponente tamaño, de zarpas largas y negras, de un hocico que escupía fuego, de cuernos curvados que funcionaban como para rayos alimentándose de la electricidad de la tormenta, de imponentes alas rojas y escamas doradas, su apariencia parecía salida de las llamas del dolor. Era por mucho más grande que el dragón de diamante y el dragón de diamante puso a su espalda al pequeño cuervo, en caso de cualquier confusión y este saliera lastimado. La llegada del enorme dragón rojo hizo temblar la tierra por un breve segundo y su risa infernal se escuchó por todo el bosque.

– Oh mi viejo amigo – Saludó el enorme dragón rojo a su semejante – Veo que tu exilio te ha hecho bien, desde que se fue esa humana – Le dijo en tono burlón la enorme y terrorífica bestia, el semejante no hablo, mantenía su cornamenta baja en señal de respeto para no enfurecerlo. Deajaba que le hablara como se le diera la gana.

–Iré directo al grano viejo amigo, me he enterado que tienes esta extraña situación con una alimaña, un cuervo tengo entendido – Le dijo el dragón mientras miraba alrededor si veía a dicha criatura – Como tu gobernante me temo que he venido a eliminar esta unión – Cuando dijo aquello el dragón de diamante alzó su cornamenta para mirarlo totalmente asustado, las criaturas que veían la escena escondidos quienes estaban atemorizados y tristes por lo que podría suceder.

– Un dragón no puede estar con una criatura tan indigna como un cuervo, siquiera deje pasar el hecho de que amaras a una humana como otras veces anteriores. Pero todas han sido algo momentáneo que duró poco, pero un cuervo es inaceptable para mí. – Y su semblante se tornó sombrío y hostil lentamente. – Pero soy alguien bondadoso y te daré una opción más fácil, veo que en tu espalda esta el pequeño cuervo, si terminan su absurda y tonta unión en este momento no los castigare y podremos dejar este asunto en el dulce olvidó, puedes comenzar – le indicó al dragón de diamante.

El cuervo en cambio paso lentamente de temer al dragón rojo a estar furioso, le costó mucho estar al lado del dragón que amaba y no iba a permitir eso nunca. En cambio el dragón de diamantes se veía triste por la decisión que estaba obligado a cometer, nuevamente obligado a ser libre de amar. Pero amaba al cuervo más que a nadie de todos aquellos que ha conocido. Estaba listo para terminar la unión más hermosa que seguramente alguna vez tendrá, pero el pequeño cuervo no.

– ¡No lo haré! – Gritó el pequeño cuervo, su valentía dejo boquiabiertos a todos los presentes incluso al dragón rojo quien no esperaba jamás un no por respuesta y menos de parte de la otra persona que esta con el dragón de diamante. Usualmente todos callan y dejan que todo pase

– ¡Tú no eres nadie para decirme a quien debo o no debo amar, el me ama como yo lo amo y somos nosotros quienes decidimos pertenecernos mutuamente y jamás te permitiré separarme de él! – Decía refiriéndose al dragón de diamante quien veía ese arranque de ira de parte de un ser que consideraba alguien incapaz de mostrar furia – ¡Él es mío y yo soy suyo y ni siquiera muerto dejaré de amarlo! – Grito el cuervo a todo lo que daban sus pequeños pulmones.

La furia del dragón rojo no se hizo esperar y dando un fuerte pisotón se acercó furioso hacia el cuervo.

– ¿Cómo te atreves a gritarme? ¡Asquerosa basura! – El fuego salía de su nariz lleno de furia – ¡Te arrancará todas tus plumas y usaré tus huesos como mondadientes! – El dragón de diamante se puso delante del ataque que estaba por venir encima de su cuervo y el dragón rojo estaba sorprendido por aquella acción, los testigos del bosque estaban que no se creían la primera rebelión contra la tiranía del dragón rojo, estaban peleando por su derecho a amarse incluso el que se hacia ver como un dócil dragón estaba dispuesto a luchar contra el enorme tirano para defender al cuervo y eso sí le dio miedo al poderoso dragón rojo.

– Incluso TU te atreves a desafiarme a mí – Le habló al enamorado dragón.

La tensión reinaba en el ambiente y todos estaban expectantes por la decisión que se tomaría, definiría si el amor verdaderamente podía contra toda barrera, el pequeño cuervo gritó.

– ¡Te desafió dragón rojo, si yo ganó jamás volverás a molestarnos y nos dejaras vivir libremente! –

El dragón rojo rio prepotente y burlón – ¿Tú derrotarme a mí?, eso jamás pasará – Le dijo al cuervo quien incluso emprendió vuelo y volaba a la altura del dragón rojo, cara a cara.

– ¿Acaso tienes miedo de perder grandote? – Preguntó el cuervo burlándose de su oponente, un mar de murmullos estremeció al maligno dragón cuyo orgullo se rebajó a aceptar el duelo.

– Muy bien estúpida ave, pero será un duelo a muerte. Mañana a primera hora te encontrarás con tu tumba y comprobaremos si de verdad amaras a tu estúpido dragón en la muerte – Y nuevamente el tornado volvió y el malvado dragón se fue dejando con la boca abierta a todos.




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