Las llamaradas salían sobre las fauces del dragón rojo, atacando al dragón de diamante, quemando sus escamas y dejándolo gravemente herido mientras los animales del bosque lloraban al ver semejante pelea tan injusta. Había una enorme ventaja para el dragón rojo, había faltado su palabra para pelear contra el cuervo. Mientras a toda la velocidad que podía el cuervo volaba rápidamente hacia la batalla, por una simple pelea no dejaba de amar a su querido dragón, temía que se lastimara de gravedad, si algo a comprendido el cuervo es que su dragón es demasiado viejo para pelear con semejante oponente.
El cuervo supo que ya casi estaba por llegar cuando el olor a cenizas y el calor del fuego cambiaron la temperatura del bosque, los animales emprendían la huida.
De pronto un fuerte rugido de dolor fue lanzado al aire, por un momento el bosque entero quedó en silencio, y el cuervo fue volando rápidamente hacia aquel sonoro rugido. Un lastimero llanto de dolo. Pero cuando llegó sólo pudo ver como su amado dragón caía inerte sobre la maleza del bosque, las hermosas escamas de su amado dragón de diamante estaban quemadas y sangre dorada emanaba de las heridas del dragón, el poderoso dragón rojo con soberbia poso una de sus poderosas patas encima del inerte dragón para luego mirar directamente al cuervo, quien estaba petrificado de dolor ante lo que veían sus pequeños ojos, el dragón rojo había matado a su amado dragón.
Una fuerte zarpa del dragón rojo golpeó al pequeño cuervo estrellándolo en el piso y haciendo añicos el frasco de cristal donde traía el veneno para el dragón, el líquido quedó esparcido en un pequeño charco y el cuervo quedó lastimado, una prepotente y maligna risa infernal alteró los sentidos de todos los animales. Incluso los cuervos cercanos miraban que su compañero estaba tirado herido por un golpe del dragón, la risa triunfal del dragón por primera vez no le dio miedo a los animales, lo veían injusto, eso era algo que no debía de pasar, sólo por que la unión de esos dos animales no era lo que quería el dragón rojo no le daba el poder de lastimarlos y asustarlos.
Pero el pequeño cuervo se levantó, rápidamente el cuervo emprendió vuelo y remojo sus patas en el veneno que mataría al dragón y voló rápidamente hacia el dragón para después atacar ciegamente con sus garras negras cortantes impregnadas con el veneno hacia los ojos del dragón rojo. Este no se pudo defender a tiempo a penas y pudo escupir fuego que el cuervo esquivo, los cuervos miraron el líquido del frasco, notando que ese ataque estaba debilitando al dragón rojo, en fila india los cuervos se armaron de valor para emprender el vuelo y bajar en picada para mojar sus patas con el veneno y todos se precipitaron para atacar al tirano que mantenía a todos asustados, los venados se acercaron para atacar con sus pezuñas, los osos con sus garras, todas las aves del bosque atacaban la cabeza del dragón, incluso los humanos llegaron para matar al dragón, quienes armados de hachas y guadañas cortaban y tajaban al dragón quien no pudiendo más gracias al veneno cayó muerto sobre las garras de los animales y las armas de los humanos.
El cuervo que lideró la feroz batalla se dejó caer exhausto por la pelea, al igual que todos quienes le ayudaron, todos los seres vivos presentes del bosque gritaron de júbilo ante la caída del horrible dragón que tanto tiempo les había quitado la libertad y la felicidad, todos excepto el cuervo, este se acercó donde estaba su amado dragón y la celebración se detuvo para guardar el silencio por el dragón bien amado y amable que todos lograron conocer.